El Rojinegro visita a Estudiantes con un equipo que se viene reacomodando y al que le falta mayor efectividad para que reditúe. Arranca a las 19, televisa América y dirige Juan Pablo Pompei.
La Capital |
La señal positiva que dio Newell\'s en el clásico llevó a que el entrenador Diego Osella no modifique ningún titular para visitar esta tarde-noche a Estudiantes, otro encuentro durísimo en el derrotero que le resta al rojinegro hacia el final del torneo. En esta pendiente cuesta arriba que trepa fecha tras fecha, a partir del orden que fue encontrando y que sostiene mínimamente para no irse derrotado, hoy la principal deuda pasa por una mayor efectividad frente al arco adversario. Llegar más y mejor es la cuestión a mejorar, y si no llega tanto, apuntar con precisión para que aparezcan los goles, que hasta el momento son escasos. "Convertimos poco. Debemos darle un alto porcentaje de efectividad a las chances que generamos", expuso Osella sobre esa falta de puntería. Tal requisito, el de convertir, que en definitiva es el más complejo en el fútbol, adquiere una exigencia superior en la presentación de hoy en el estadio Ciudad de La Plata. Le toca Estudiantes, animador del torneo y justamente uno de los que se hace fuerte en su arco, ese mismo que la Lepra tiene que tratar de vulnerar.
El único gol del rojinegro en los tres últimos partidos fue anotado por el juvenil Fértoli, en la victoria sobre Huracán, en el medio de la igualdad 0-0 ante Argentinos y Central. Si se mira para el lado del Pincha, se contrapone la seguridad que mantiene en el fondo, con apenas 9 conquistas recibidas en el arco de Mariano Andújar. Es el tercer equipo menos goleado.
Frente a este rival Newell\'s pone a prueba si es capaz de encontrar los caminos al gol. Cuanto mayor cantidad de veces se aproxime contará con mejores opciones. Si no, deberá aprovechar al máximo las pocas que tenga.
Contra Central, por tomar el último partido, contó con apenas tres ocasiones, en los pies de Boyé y de Maxi, ambas salvadas por el arquero canalla Sosa, y la de Scocco que evitó Salazar. Una fecha antes, contra Huracán, además del gol de Fértoli, tuvo un par de entradas solitarias de Maxi que fueron despejadas por Balbi, y otros tiros de la Fiera que atajó Marcos Díaz. Y otro antecedente, en la previa ante el Globo, con Argentinos en La Paternal, no generó nada.
Para no seguir repasando los restantes cuatro partidos de la Lepra desde que lo tiene a Osella como entrenador, alcanza con decir que o sólo convirtió un gol por encuentro o ninguno, exceptuado los tres de aquel empate 3-3 fren te a Tigre en Victoria. Antes, en los breves ciclos de Bernardi y Vojvoda, ocurrió lo mismo. Tuvo anemia de gol, salvo la goleada sobre Racing por 5-0, en el Coloso Marcelo Bielsa.
A Newell’s le costó todo en este torneo Transición, no exclusivamente meterla. Al menos desde que está Osella se entiende que sea así. La prioridad del técnico fue recomponer el equipo y acomodarlo en la cancha para que no lo superen con facilidad.
Lo fue consiguiendo de a poco, y allí radica la principal virtud del rojinegro. En el otro extremo, en el que se culminan las jugadas, que requiere indefectiblemente elaboración, aparece el principal inconveniente. Las alternativas que ofrece la Lepra con las trepadas de los marcadores Luis Advíncula y Emanuel Insúa, la pegada precisa de Formica y Maxi, la presencia en el área de Boyé y hasta la cabeza de Nehuén Paz en la pelota detenida requieren una mayor eficacia.
A cada intento de Newell’s se le opondrá una línea de cuatro clásica de Estudiantes, seguro con Desábato encima de Boyé, y dos volantes centrales, Damonte y Ascacibar, este último obstruyendo a Formica.
Si Newell’s logra que la pelota termine en la red, y conserva el orden, por qué no pensar que es capaz de aprobar el examen de La Plata.
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