Desabastecimiento en productos básicos y en medicina, restricciones en los servicios públicos más elementales, aumento de la pobreza y una grave crisis institucional. La situación de Venezuela “es catastrófica”, y desde hace un año, Otero se encarga de denunciarlo alrededor del mundo.
Foto: Flavio Raina
El Litoral
Nancy Balza - politica@ellitoral.com
Desde hace un año Miguel Henrique Otero recorre el mundo para contar lo que pasa en Venezuela, y denunciar la grave crisis que enfrenta el gobierno a cargo de Nicolás Maduro.
Ex legislador y director de El Nacional, único diario independiente, debió abandonar su país luego de que el número dos del gobierno, Diosdado Cabello, presentara una demanda de difamación en su contra tras hacerse eco de una publicación del diario ABC de España que lo acusaba de narcotraficante.
La medida lo expulsó de su tierra pero no lo silenció: con residencia en España, lleva recorridos más de 20 países donde -asegura- el apoyo de la prensa es total. “Hay una solidaridad de todos los medios, de radio, televisión, prensa. En los gobiernos que no son socios de Maduro también hay apoyo”.
—¿Qué gobiernos son socios de Maduro?
—Era (Cristina) Kirchner, Bolivia, Nicaragua y Ecuador. Fui a Nicaragua porque La Prensa, el periódico de Nicaragua está acosado por (Daniel) Ortega, pero funciona bien. El periódico cumplió 90 años hace tres semanas y me invitaron como orador.
—Hace un año que salió de Venezuela, ¿cuál era la situación en su país en ese momento?
—Estaba en Israel y publicamos una nota de ABC de España donde un fiscal general del Estado de Nueva York había abierto una investigación por narcotráfico. Eso lo publicó ABC en exclusiva y lo repetimos nosotros y 80 periódicos en el continente. En Venezuela sólo lo repetimos nosotros, un periódico que se llama Tal Cual y una página web. Los demás se autocensuraron y nadie sacó absolutamente nada. (El diputado) Diosdado Cabello (actual número 2 del chavismo) introdujo una demanda de difamación que no aplicaría en ningún país del mundo porque estábamos reproduciendo una nota que salió en ABC y es una información; ni siquiera tiene contenido subjetivo. Y además el Departamento de Estado confirmó la noticia de que había una investigación. En Venezuela los jueces son provisorios, no hay jueces por concurso y los utiliza el gobierno para criminalizar a la disidencia de la manera más arbitraria. Allá hay 75 presos políticos, el único que tiene sentencia es Leopoldo López (líder opositor). Todos los demás están presos por medidas cautelares, algunos desde hace 12 años. Me han llamado traidor a la patria, financiador de paramilitares, que tengo un plan para asesinar a la hija de él. son todos expedientes. Si regreso, en principio tengo una orden de conducción pero en la práctica lo que va a pasar es que voy a ir directo a Ramo Verde que es donde está preso Leopoldo López, porque a alguno de esos expedientes lo convierten en acusación y aplican medidas cautelares para un juicio que puede durar años.
—¿Cuál es el margen para ejercer periodismo independiente en Venezuela?
—Nosotros publicamos todo. Y todo es todo. Si ves la página web de El Nacional te vas a dar cuenta de eso. El tema está en los populismos autoritarios que es la nueva forma autoritaria que sustituye a las dictaduras bananeras del siglo XX. Y que eran brutales: era la arbitrariedad total al no haber Estado de derecho ni nada. Esto tampoco es el Estado de derecho, pero ponen un manto. Ellos dicen: “Acá hay libertad de expresión porque El Nacional publica lo que quiere”. Pero a la radio y la televisión la silenciaron, a los otros periódicos grandes los compró el gobierno con dineros públicos, el acoso judicial con este mecanismo es gigantesco, el suministro de papel es inexistente, la represión tributaria y publicitaria es brutal.
—Hay otros datos en Venezuela que hablan de este caos: indicadores económicos, educacionales, con un millón y medio de personas que están viviendo fuera del país.
—La situación de Venezuela, para hablar del país, es absolutamente catastrófica. No la ha vivido ningún país de América Latina nunca. La única cosa que se parece es Haití cuando hubo el terremoto. Ellos entraron en una emergencia humanitaria y eso es lo que va a pasar en Venezuela. El país tiene 60 % de desabastecimiento de productos básicos, especialmente leche, mantequilla, café. Además hay 85 % de desabastecimiento en medicina, por lo que la gente se está muriendo de enfermedades que se curan con medicinas y en el cáncer es peor porque no hay quimioterapias. Hay una inflación del 400 % pero el año que viene va a ser 1.700 % si sigue el modelo. El índice de inseguridad personal es el más alto del mundo: Caracas es la ciudad más violenta del mundo y en todo el período de Chávez y de Maduro han muerto violentamente más de 250 mil personas. Hay toque de queda: a las 8 de la noche los restaurantes cerraron. Además tienen racionamiento de electricidad, de agua y de gas. Estamos en medio de una guerra sin que haya guerra.
—¿Cómo se sale de esta situación?
—La salida más deseable es la democrática constitucional. Hay salidas que tiene la Constitución: enmiendas, recortes de períodos, pero pasan por el tribunal supremo y las salidas que incluyen decisiones que pasan por el tribunal supremo no son aplicables. La única es el referéndum revocatorio que pasa por el consejo nacional electoral que a su vez, de los 5 directores, 4 son del partido de gobierno. Están las elecciones pero son en 2018 y no sé si el nivel de crisis permite que se llegue hasta ese año. Pero, además, está la situación de los cuatro líderes de la oposición que podrían ser candidatos: Leopoldo López está preso hasta 2024, Corina Machado está inhabilitada, Antonio Ledezma está preso y a Henrique Capriles, que es el único que está en la calle, se le está montando el expediente para inhabilitarlo.
—A nivel social, ¿cómo se vive esta situación?, ¿hay algún margen de apoyo a Maduro?
—El apoyo es de un 15 % y eso no incluye al millón 400 mil venezolanos que están en el exterior. El tema está en que cuando Chávez llegó al poder había 50 % de pobres en Venezuela y fue mejorando las condiciones de vida de los sectores populares. Eso lo reconocieron organismos internacionales. Cuando baja el precio del petróleo, esos sectores empiezan a estar mucho peor: la pobreza crítica llega a 73 %, es tierra arrasada. El que defiende el régimen y dice que Chávez benefició a los sectores populares, dice la verdad. Pero en el mediano plazo eso no solamente se revirtió sino que está en un período de emergencia humanitaria.
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