Hace 30 años se producía el accidente nuclear más grande de la historia cuando la central nuclear ubicada en Chernobyl, Ucrania explotó liberando una radiación 200 veces más potente que las bombas de Hiroshima y Nagasaki.
Como consecuencia de la explosión 31 personas murieron en el lugar impactadas por la potencia de la radiación, y debieron ser evacuadas al rededor de 135 mil personas. Asimismo la radiación llegó a al menos 13 países de Europa Central y Oriental y la lluvia radioactiva llegó incluso hasta Irlanda.
Como consecuencia de los trastornos y enfermedades que la radiación ha provocado durante estos 30 años se calcula que la cifra de muertos llega aproximadamente a 500 mil personas. Al mismo tiempo que las zonas más afectadas por la radiación siguen permaneciendo inhabitables para el hombre.
No obstante según activistas de Greenpeace en Moscú “Cinco millones de personas que viven hoy en día en áreas contaminadas de Ucrania, Bielorrusia y Rusia se ven afectadas por partículas de estroncio y plutonio que son absolutamente peligrosas si se inhalan o ingieren”. Mientras que el plutonio que se encuentra en las zonas más afectadas se calcula que tiene vida media de 24 mil años.
Por otro lado si bien es cierto que luego de la explosión se construyó un sarcófago para aislar el interior del reactor, con el paso del tiempo el mismo se ha degradado y deteriorado, por lo que corre grandes riesgos de desplomarse. Por lo que desde el año 2004 se comenzó a construir un nuevo sarcófago, el cual se espera terminar para el 2017.
NF
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