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¿Podría haber algo más escalofriante que el Presidente Donald J. Trump, indignado e impaciente, enfrentando una tensa crisis internacional, con el dedo sobre el botón que activa un arma nuclear?
“Trump es un peligro para la seguridad nacional”, advierte John B. Bellinger III, consejero legal del Departamento de Estado durante el gobierno del Presidente George W. Bush.
La mayor parte de la discusión sobre Trump tiene que ver con la política interna de Estados Unidos. Pero la separación de poderes significa que hay límites en cuanto a lo que un presidente puede hacer en el país, mientras la constitución le da mucha más autoridad al comandante en jefe en temas internacionales.
Eso es lo que tiene horrorizados a los observadores en el extranjero. Der Spiegel, la revista alemana, llamó a Trump el hombre más peligroso del mundo. Incluso el líder de un partido nacionalista sueco(que comenzó como un grupo supremacista neonazi) ha repudiado a Trump.
J. K. Rowling, autora de los libros de Harry Potter, reflejó la opinión de muchos británicos cuando tuiteó que Trump es peor que Voldemort.
Los principales analistas conservadores en materia de política exterior publicaron una carta abierta en la que decían que no podían apoyar a Trump. Entre quienes la firmaron se encuentran Michael Chertoff, el exsecretario de seguridad nacional; Robert Zoellick, el exsecretario de Estado suplente, y otras 100 personas.
“Las declaraciones de Trump nos hacen concluir que, como presidente, utilizaría su autoridad para actuar de maneras que vulnerarían la seguridad de Estados Unidos”, afirma la carta.
Un primer punto es su increíble ignorancia sobre asuntos internacionales. En uno de los debates más recientes, le pidieron que nombrara a las personas cuyas ideas de política exterior le inspiran respeto. Trump mencionó al General Jack Keane, y pronunció mal su nombre.
Cuando le preguntaron sobre Siria el año pasado, Trump dijo que daría rienda suelta al Estado Islámico para que destruyera al gobierno sirio. Eso es una locura: EI asesina o esclaviza a cristianos, yazidíes y a otras minorías religiosas; ejecuta a los homosexuales; destruye antigüedades, oprime a las mujeres. ¿Y Trump quiere que EI invada Damasco?
Una segunda preocupación es que Trump desate una guerra comercial o, incluso, una guerra real. En enero, Trump le dijo a The New York Times que apoyaba un impuesto del 45 por ciento a los productos chinos y después negó haberlo dicho. El Times reveló el audio (una parte de la conversación estaba grabada) en el que Trump deja claro su respaldo a tal medida, lo cual implicaría el riesgo de una guerra comercial entre las economías más grandes del mundo.
Trump también ha dicho que se necesitan más tropas estadounidenses en Irak, y mencionó la posibilidad de bombardear sitios nucleares norcoreanos. Un líder desinformado, impaciente y belicoso puede causar desastres, ya sea Kim Jong-un o Donald Trump.
El tercer riesgo es la reputación y el soft power. Tanto Bush como el Presidente Obama se esforzaron mucho para convencer a los 1,6 mil millones de musulmanes en todo el mundo que Estados Unidos no está en guerra con el islam. Trump prácticamente les declaró la guerra.
Aunque Trump jamás sea elegido, el daño a la imagen de Estados Unidos ya está hecho.
Trump ha reforzado los prejuicios y ha manchado la reputación de los estadounidenses a nivel mundial. Está convirtiendo a Estados Unidos en un objeto de burla. Es el Ahmadineyad estadounidense.
En Twitter, sugerí que Trump era pendenciero, pugnaz y pueril; le pedí a los usuarios que lo describieran con otras palabras que comenzaran con “p”. El resultado fue abrumador: petulante, pesado, patético, presumido, pernicioso, perjudicial, prejuicioso, presuntuoso, pomposo, provocador, perdedor, patriotero, profano, problemático y muchos otros, incluyendo el alarmante “probablemente presidente”.
La posibilidad de que el próximo presidente de Estados Unidos sea visto como una burla mundial, un bufón o un hombre peligroso rompe el corazón.
Trump no es particularmente ideológico y es posible que, en caso de ser presidente, se rodee de expertos y se aleje de posturas extremistas. Fue una buena señal que en los últimos días prometió que no ordenaría al ejército estadounidense cometer crímenes de guerra. Aunque eso demuestra que el nivel es tan bajo que ¡no puedo creer que yo haya escrito esta oración!
En cualquier caso, Trump es todo menos predecible y es posible que comience nuevas guerras. Es un riesgo que muy poca gente sensata está dispuesta a tomar. Como lo ha dicho Mitt Romney: “Ese es precisamente el tipo de rabia que ha provocado que otros países caigan en un abismo”.
Peter Feaver, un politólogo de Duke University que fue funcionario de seguridad nacional durante el gobierno de Bush, notó que la mayoría de los republicanos tienen algo en común: opinan que el Presidente Obama y Hillary Clinton han perjudicado a Estados Unidos y han aumentado los problemas que deberá enfrentar el próximo presidente.
“Sin embargo, las promesas de Trump empeorarían todos los problemas que enfrentamos”, me dijo. “¿Por qué sacamos a los payasos cuando necesitamos a los mejores candidatos posibles?”.
nytimes.com
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