La chica de 17 años tiene síndrome de Tourette, precisa una urgente intervención y la obra social Iapos se niega a autorizarla porque entiende que es "experimental". “El médico de Iapos dijo que al ser experimental, deberían hacerse cargo la industria o el Estado”, contó la madre.
La Capital |
Incomprensiblemente, no hubo definiciones en la audiencia judicial de ayer por el caso de Candela Rodríguez, la joven de 17 años que tiene síndrome de Tourette, y que reclama la autorización de Iapos para poder acceder a una cirugía que necesita con urgencia debido a su estado de gravedad. Inexplicablemente, la obra social argumentó que según su óptica la intervención es de "carácter experimental", buscó sumar cuestiones burocráticas, y esta delicada situación se dilata sin ningún sentido. Lo único que aceptó fue trasladar a la chica al instituto Fleni, de Buenos Aires, mientras se espera una determinación del juez Néstor García (del Juzgado Civil Nº 6), quien actúa en la causa, y hasta el momento tampoco le ha dado la celeridad que necesita una familia que está desesperada ante este escenario de torpeza, ineptitud y falta de humanidad.
Candela está grave, los médicos del Fleni, una entidad sumamente reconocida a nivel local e internacional, le ordenaron una cirugía urgente, y mientras tanto Iapos sólo intenta explicar lo inexplicable y pone palos en la rueda, transformando la lucha de la familia de la joven en un auténtico tormento.
"Ellos me dijeron que al ser una cirugía experimental, no me tendrían que cobrar, y que entonces se tendría que hacer cargo la industria que promueve este tipo de intervenciones, o el Estado. Me salieron con esas cosas, y yo no lo puedo creer", comentó cada vez más indignada Mabel, la madre de la joven.
"El médico auditor de Iapos (Pablo Ríos) me dijo que esa cirugía sólo se cubre para los que sufren Parkinson, y no el síndrome de Tourette. Además, le pidió un informe más exhaustivo al médico del Fleni que ordenó la operación. Y yo ya no tengo más tiempo", señaló Mabel con la voz quebrada, escondida en el baño de la habitación del sanatorio de Niños, para que su hija no la escuche llorar.
"Le mostré el video y le pregunté: «¿Qué harías si fuera tu hija?», «decime, ¿qué hago con esta situación?», «la dejo que se me muera en la cama del hospital»", confió la madre lagrimeando, exponiendo la actitud descorazonada de la obra social.
En la audiencia de ayer, a Candela sólo le autorizaron un traslado al instituto Fleni, de Buenos Aires, que se concretaría hoy, en ambulancia, y con la asistencia de un médico a bordo. "Todo está pedido con urgencia", remarcó Mabel.
En relación a la posición de Iapos, la madre sostuvo: "Según mi abogado, se quieren cubrir ante el resultado de la operación. Pero yo firmo un consentimiento, y la obra social no es la responsable de cómo salga la cirugía. Y aunque me digan que hay un uno por ciento de posibilidad, yo no tengo opción, no tengo tiempo. Tengo que hacerlo por mi hija".
"Estoy tratando con gente muy fría, parecen de piedra", graficó Mabel, muy dolida.
Con este panorama, mientras Candela será trasladada hoy a Buenos Aires, seguirán discutiendo el tema el juez Néstor García, el abogado de la familia, y los representantes de Iapos.
Por ahora no hay fecha de nueva audiencia y el juez espera la contestación del cuestionario que le enviaron ayer al médico del Fleni que ordenó la cirugía de Candela para poder llegar a tomar una decisión, que a todas luces es urgente.
A favor de la familia de Candela juega que el caso ya trascendió en los medios, y que tanto el juez como las autoridades de Iapos están bajo la lupa de la opinión pública.
La joven exhibe síntomas del síndrome de Tourette desde los 11 años. Lleva 6 años de una dura batalla que sumó muchas complicaciones en esta última etapa. "Es una enfermedad neurológica que se expresa con tics. Y mi hija lo tiene en grado muy severo. Es como si estuviera convulsionada casi todo el día, salvo por pequeños minutos entrecortados. Es como un ataque de epilepsia", explicó la madre.
Candela hace un año y medio que está siendo atendida en el Fleni y, teniendo en cuenta su gravedad, el médico que lleva su caso en ese instituto determinó la necesidad de una cirugía urgente, que no se puede concretar hasta el momento por los obstáculos que sigue interponiendo Iapos.
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