Sandra Miranda, ex pareja del indicado como narco Daniel "Tuerto" Mendoza, fue una testigo clave en el juicio que terminó condenando a seis años de prisión al ex jefe de policía Hugo Tognoli. El fiscal del caso acusa ahora a los abogados defensores de Mendoza de "haberla sometido a presiones inaceptables". No concurrió a las audiencias.
Rosario 12 |
El juicio y la condena a Hugo Tognoli destapó otra trama. El Ministerio Público reveló un juego de "presiones inaceptables" contra una testigo clave que había denunciado los vínculos entre su ex pareja, Daniel "Tuerto" Mendoza y la Policía Santafesina y quedó al borde del falso testimonio. Se trata Sandra Miranda, quien debía declarar en el debate ante el Tribunal Oral de Santa Fe, pero no concurrió, por lo que ahora se le inició una causa para que explique por qué no lo hizo. Miranda ya dio tres versiones ante la justicia y en la última dijo que tenía "temor" por ella y por sus hijos. En noviembre de 2012, relató los "contactos" de Mendoza con policías que iban a verlo a su casa en vehículos oficiales. En marzo de 2015, realizó una denuncia penal por una supuesta "adulteración" de sus dichos de tres años antes, patrocinada por un abogado que "apareció en escena por sugerencia de la defensora de Mendoza". Y en junio, volvió a retractarse de lo que había firmado en marzo y ratificó la primera versión. "La testigo ha sufrido presiones inaceptables que ponen en tela de juicio los límites del ejercicio de la defensa en juicio", dijo el fiscal que investigó el caso, Walter Rodríguez, en un dictamen que señala a los dos abogados involucrados: Hilda Knaeblein, que defendió a Mendoza y Guillermo Morales, quien patrocinó la denuncia de Miranda, cuidó los "intereses" y era "vigía de la ignorancia" de la testigo.
La causa 3927/2015 que se tramita ante el juez federal Reinaldo Rodríguez fue una de las pruebas que el fiscal Martín Suárez Faisal presentó en el juicio a Tognoli y compañía. Así que los jueces José María Escobar Cello, María Ivón Vella y Luciano Lauría la valoraron antes de dictar su veredicto. El martes, el Tribunal condenó al ex jefe de Policía de la provincia a seis años de prisión por "encubrimiento agravado" y "coacciones", entre otros cargos, y a Mendoza a seis años y seis meses por "fabricación y comercio de estupefacientes" y "coacciones".
En su última declaración, en junio, Miranda explicó cómo sucedieron los hechos. La llamó por teléfono "la abogada de Mendoza, de nombre Hilda, no recuerdo su apellido, -dijo- para informarme que a Daniel le iban a dar seis meses más". Ella le respondió que ya "no tenía nada que ver con" su ex. "La abogada me cambió de tema y me dijo: \'¿viste que estás involucrada por lo que declaraste en la Fiscalía cuando te llevó Gendarmería? Miranda respondió que no sabía "nada". "Entonces, la abogada me hizo referencia a que había una parte de la declaración, donde dice que yo oigo que Daniel menciona \'vos hablás con el de arriba\'. Ante esto, respondo que no había dicho eso y la abogada me preguntó: \'¿vos tenés abogado? Le digo que no, que no entiendo mucho" y que "me pase el número de un abogado".
En un diálogo posterior, la abogada le pasó "el número del doctor Morales, a quien le expliqué que había algo en la declaración que yo no había dicho y el me sugirió realizar la denuncia".
"En síntesis -señaló el fiscal Rodríguez-, Miranda realizó la denuncia por consejo de un abogado (Morales), que apareció en escena por sugerencia de la abogada de Mendoza, es decir, la encargada de la "estrategia defensiva" de su cliente.
En el testimonio de junio, Miranda se "desdijo" de lo que había firmado en marzo. "La redacción de la denuncia corrió por cuenta de mi abogado", reveló. El fiscal le preguntó entonces qué había querido decir cuando dijo que su declaración de noviembre de 2012, \'no es del tenor ni conceptual ni pictórico\'. Miranda respondió: "No entiendo qué significan esas palabras. Las escribió mi abogado".
"Valoro en este aspecto que Mirada, nuevamente se retracta de lo que firmó" en marzo y atribuye "la responsabilidad de sus \'no dichos\' a un tercero", planteó el fiscal. Y se preguntó: "¿Se rectificará de lo que declaró el 19 de junio?".
Miranda reconoció que "nadie" la había inducido a "decir nada" en su testimonio de 2012. "Me hicieron todas las preguntas que están en la declaración". "Nadie me impidió leer el contenido del acta. Me sentí con absoluta libertad de leerla y suscribirla". Ante esta situación, el fiscal Rodríguez interpretó que "la testigo ha sufrido presiones inaceptables que ponen en tela de juicio los límites del ejercicio de la defensa en juicio".
"No se explica, por lo menos racional y legalmente, que un abogado (Knaeblein) tenga el número de teléfono de un testigo del caso, y menos aún, que se comunique telefónicamente para proporcionarle evaluaciones de la causa penal y mucho menos aún, que le aconseje acudir a un abogado de su confianza para culminar haciendo una denuncia afín a sus intereses procesales".
"Ahora bien y sin perjuicio de los reparos que me genera una denuncia formulada por intermedio de la defensa de Mendoza, debe valorarse desde la buena fe procesal, que un testigo siempre tiene abiertas las puertas para aclarar este tipo de circunstancias, sin que ello implique necesariamente llegar al extremo de efectuar una denuncia penal que incluso puso en riesgo a la persona que la presentó (la falsa denuncia es un delito). Y esto corre por cuenta y responsabilidad del doctor Morales", concluyó el fiscal.
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