Mauro Formica contó los motivos que lo llevaron a ser operado de nuevo: “Me sentí bien ante Temperley, pero después no pude entrenar normalmente”, confesó el volante de Newells.
La Capital |
Mauro Formica no vive el momento que soñó hace algunos meses. Todo lo contrario. Había imaginado otro presente, pero la lesión que arrastra en una rodilla fue el obstáculo que impidió transitar un camino diferente, el que deseaba caminar. “Vine con muchas ilusiones y con la idea de hacer otras cosas importantes”, dijo el Gato con cierta bronca interna por lo que le toca vivir en la actualidad. Nada puede cambiar a esta altura más que pensar en la recuperación plena después de la operación a la que fue sometido hace nueve días para “realizar una buena pretemporada y apuntarle con todo al próximo torneo. Quiero volver pleno”. Esa es la meta del volante que llegó en el inicio del ciclo de Lucas Bernardi como DT para sumarse como uno de los refuerzos del plantel.
El Gato aceptó el mano a mano con Ovación para contar lo sucedido que lo llevó a la sala de operaciones, narrar sus sensaciones y el pensamiento a futuro. Acaba de terminar los ejercicios programados del día e inicia la charla contando que “estoy haciendo la rehabilitación a full”. Esta es una de las primeras etapas importantes después de una cirugía. Luego llegará la cuestión física y futbolística, aunque para eso tiene largos meses de preparación para volver al ruedo en 2016 en un ciento por ciento.
El nuevo debut con la rojinegra lo tuvo el 16 de agosto cuando ingresó en el complemento frente a Temperley. “Ese día me sentí muy bien. Fue importante para mí, pero después no fue igual por una sinovitis que me impidió entrenar normalmente. Traté de regular las prácticas, pero no la estaba pasando de la mejor manera. Decidí hablar con el médico, hacer una resonancia porque el líquido no se me iba y salió que los remanentes estaban dañados. Por eso se decidió sacar el menisco. Hoy estoy bien y con ganas de empezar a trabajar”, relató el Gato.
—¿Fuiste mal operado en México o no tuvo nada que ver?
—Me operaron de la misma forma que acá. Con las prácticas no me sentía bien, entonces a medida que fueron pasando las semanas se dañaron los parameniscos. En la resonancia que me hice cuando llegué a Newell’s salió todo bien. Quizás las cargas puedan haber dañado la zona. Esto era algo que podía pasar.
—¿La idea es apuntarle a la pretemporada para arrancar pleno el próximo torneo?
—Sí. Ahora no hay apuro. Por más que quiera fueron dos operaciones en cuatro meses que no dejan de ser cirugías y quiero llegar de la mejor manera a la pretemporada. Tengo que realizar una buena rehabilitación y ponerme bien físicamente para empezar con todo el próximo año.
—¿Charlaste con Bernardi y el médico para tomar una determinación sobre los pasos a dar?
—Hablamos con el cuerpo técnico y médico, y decidimos pensar en la pretemporada ya que en el campeonato no se juegan cosas importantes más allá de la Liguilla. Llegaría con lo justo y no es necesario arriesgar porque debo llevar a cabo una buena preparación.
—Seguramente lo que te toca vivir no era lo que esperabas porque llegaste con otras expectativas.
—Vine con ilusiones al club de mis amores, con la idea de hacer cosas importantes. Me sentí bien con Temperley y después la sinovitis me complicó y retrocedí. Igual sigo con muchas ganas, con la ansiedad de arrancar con todo y sumar desde donde me toque.
—¿Estás con bronca por esta situación?
—Sin dudas. Más que nada por cómo se dio. Si hubiera sabido lo de los meniscos llegaba a Rosario y me operaba antes. Pensé que me quedaba en Cruz Azul un año más, hice la recuperación y quizás me apuré un poco. Esto hay que llevarlo de a poco porque el menisco externo es más complicado que el interno, pero ahora estoy bien y debo mirar para adelante.
—¿Es difícil observar todo sin jugar?
—A pesar de que uno está con el grupo todos los días y he concentrado, quisiera luchar a la par de ellos. Estoy afuera y trato de apoyar. No esperaba todo esto, pero lo tomo de la mejor manera y estoy con ganas de regresar con todo para lo que vendrá.
—Cuando llegaste dijiste es que querías jugar el clásico. Lo lograste, pero fueron pocos minutos. ¿Cómo te encontrabas en ese momento?
—Me di el gusto de entrar, pero no estaba de la mejor forma físicamente. Igual, a partir de ahí el equipo inició un nuevo torneo, los chicos están más sueltos y eso es importante. Me hubiese gustado jugar más, pero debo ser consciente de lo que me pasó.
—Optaste por cambiar la tranquilidad que aporta estar en el exterior por la locura con la que se vive el fútbol en Rosario.
—Sí. Me tocó venir en un momento complejo por falta de resultados. La gente es muy exigente y eso se respeta. Estamos contentos por las tres victorias consecutivas, algo que no se lograba hace mucho tiempo.
—¿Cambiaste lo económico por los afectos y estar feliz en la ciudad?
—Tengo a mi hija acá y eso fue un factor importante. Mis amigos, Newell’s, todo incidió. Tuve una oferta de Arabia, pero prioricé otras cosas. Estoy feliz a pesar de la lesión y con ganas de arrancar de la mejor manera en lo físico.
—¿Qué le dirías a la gente que está ilusionada con vos?
—Agradezco el apoyo. Me gustaría estar jugando, pero la lesión no me lo permitió. Se vienen lindos desafíos e iremos por grandes cosas. De eso no tengo dudas.
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