La empresa metalúrgica se lo comunicó a la UOM de Villa Constitución aunque se espera una reunión clave para el lunes. La fábrica amenaza con finalizar su actividad a fin de mes. La planta cuenta en la actualidad con 205 empleados, de los cuales 180 fueron cesanteados.
La Capital |
La empresa Paraná Metal le notificó hoy a la UOM de Villa Constitución que no dará marcha atrás con la decisión de despedir a 180 trabajadores, a quienes les había enviado telegramas de preaviso de despido. En lunes habrá una reunión clave, ya que la empresa tendría pensado cerrar sus puertas a fin de mes debido a la baja productividad.
La planta que comenzó con sus operaciones en 1957 en la localidad santafesina de Villa Constitución cuenta actualmente con unos 205 operarios en relación de dependencia, aunque 180 de ellos fueron cesanteados mediante telegrama el pasado mes de agosto.
El secretario general de la UOM de Villa Constitución, Héctor Ibarra, dijo que la empresa sigue su marcha sobre la decisión tomada de despedir a la mayoría de los operarios, por lo que sólo existe incertidumbre en la planta.
La comisión interna gremial de la planta de producción y la UOM iniciaron contactos con terminales automotrices para ofrecer los servicios, con el objetivo de recuperar niveles de actividad que permitan evitar los despidos.
También hubo contactos con las empresas estatales Fabricaciones Militares (organismo dependiente de la Secretaría de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa en el ámbito del Ministerio de Defensa) y Trenes Argentinos Operadora Ferroviaria.
Si bien aún no hubo avances en las tratativas por obtener nuevos clientes, los delegados de la Comisión Interna y sindicalistas de la UOM se reunirán el lunes a las 14:00 con representantes del Grupo Indalo en el ministerio de Trabajo de Santa Fe.
Desde el interior de la planta, los trabajadores señalaron que la larga historia de Paraná Metal podría terminar el 31 de octubre (seis días después de las elecciones), porque esa sería la fecha prevista para el cierre definitivo.
La planta, que se originó como una firma satélite de Acindar, pasó de ser una de las fundiciones más importantes del país, con más de 1.300 trabajadores, a una industria casi abandonada con 205 empleados.
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