Mientras la Legislatura santafesina trata la autorización para tomar deuda de corto plazo, el Gobernador Antonio Bonfatti no piensa detener ninguna obra ni suspender las licitaciones que están programadas. “Le puedo confirmar que la obra pública no se verá afectada, mucho menos paralizada, su ritmo seguirá tal cual está pautado en cada uno de los emprendimientos con las empresas que las llevan adelante”, sostuvo el Ministro de Obras Públicas, Julio Schneider.
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Schneider dejó en claro así que la administración de Antonio Bonfatti encontró la manera de evitar quedar atrapado en una disyuntiva de hierro que en medio del proceso electoral habría resultado bastante incómoda.
El mismo gobernador le dijo a la prensa horas atrás que no piensa detener ninguna obra pública ni suspender las licitaciones que están programadas. A lo sumo, en un caso extremo, contemplar alguna obra grande que no tenga caso apurar su conclusión, si la Legislatura no le aprueba la autorización para tomar deuda por 2000 millones que pidió el ministro de Economía, Angel Sciara, argumentando tener que tapar un bache financiero, se resentía el pago de salarios o la obra pública.
Ambas opciones representaban asalariados enojados protestando; una postal que ningún gobierno quiere para su despedida ni para su arribo si llega de la mano del mismo partido que el del que se va. Mientras se espera la decisión legislativa al pedido del ministro y con el cronograma de pagos de salarios a los empleados públicos en marcha, algunos empresarios contratistas de obra pública ya comenzaron a ser anoticiados de la decisión que, probablemente, se haga oficial la semana próxima: no habrá reprogramación de pagos ni paralización ni ritmo más lento.
Puente. La salida que el gobierno encontró para que Schneider pudiera resultar categórico en su optimista respuesta (aunque excusándose a dar detalles que correspondían al área de Economía) la confirmó a La Capital el subsecretario de Ingresos Públicos, Gonzalo Saglione.
“Lo que les estamos proponiendo a las empresas es el reconocimiento de los intereses financieros que la normativa reconoce para cualquier demora en los contratos y de ese modo, con un trato de atención de entidades financieras (aunque no son parte del acuerdo) puedan descontar los certificados de obra, tener fecha cierta de cobro y no detener la marcha de las obras”, explicó.
La operatoria, dicha así de un modo sencillo para comunicar al público, no se enmarca en acuerdos superestructurales sino que se está haciendo saber a cada empresa en particular. De hecho, reveló el funcionario, a algunas empresas ya se les hizo conocer.
El optimismo reinante parece ser estar dado por la buena recepción que tuvo la idea que permitirá continuar con el ritmo de obra.
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