Con la incorporación de Pablo Javkin y Gustavo Leone al futuro gabinete municipal, la Intendenta de Rosario Mónica Fein prefigura una rectificación del rumbo de su gestión. Se esperan más cambios en el equipo de gobierno para recuperar iniciativa política y "trabajar más cerca de la gente y de los problemas", dijeron.
Rosario 12 |
El anuncio de la incorporación de Pablo Javkin y Gustavo Leone al futuro gabinete municipal, prefigura una rectificación del rumbo de la gestión que importará una renovada mirada sobre los problemas de la ciudad y el abordaje de las soluciones, y un recambio generacional que se plasmará a la hora de incorporar figuras a un elenco en el que sólo mantendrán sus cargos a partir del 11 de diciembre no más de dos de los actuales secretarios. Pero como se adelantó en el comunicado distribuido por la oficina de prensa del municipio, no se tratará de un cambio de nombres únicamente sino que la idea es recuperar la iniciativa política a partir de una mayor y más efectiva presencia en el territorio y empezar a dar respuestas efectivas a los problemas que se presentan en cada barrio. Desde ya que la problemática de la inseguridad es el factor primordial y para ello, desde el municipio, se apostará a fortalecer políticas de inclusión y contención, para lo cual se pretende habilitar en los diferentes distritos centros de denuncias, fiscalías, atención a la víctima, y de ser necesario ampliar los horarios de atención y desarrollar planes sociales y culturales que se sostengan en el tiempo. Tanto Javkin como Leone le hicieron llegar a la Intendenta en medio de reuniones sucesivas, sendos escritos con sus ideas principlaes entorno a los temas principales y su visión sobre los mismos. La coincidencia en el diagnóstico y el abordaje del los problemas hizo que Mónica Fein decidiera hacer pública la incoporación de ambos para su segundo mandato, como una señal hacia la sociedad que reclamó en los comicios de est año la corrección del rumbo y una mayor apertura. Se trata, en principio, de una apuesta fuerte a la restauración de la política, y para los futuros funcionarios un compromiso, que en el caso de Javkin conlleva dejar dos años de mandato como diputado nacional y en el de Leone resignar su participación en el Gobierno de Miguel Lifschitz. El futuro Secretario General, que llega al cargo con un importante caudal de votos en el último comicio, sabe que sus chances de ser el próximo intendente, dentro de remotos 4 años, están íntimamente ligadas al éxito de la gestión. El nuevo secretario de Gobierno, está al servicio de la causa, su participación en el gobierno municipal es una jugada estratégica de Lifschitz que tiene claro que si no mejora la situación en Rosario todo será cuesta arriba.
Javkin se sentará en el despacho de la secretaría General a partir del 11 de diciembre, pero desde ya trabaja en la elaboración de políticas que permitan al gobierno municipal abandornar el rol contestario que viene observando últimamente. Es decir, recuperar el centro del ring y no ir detrás de los problemas sino anticiparlos e inclusive evitarlos. Para eso, tanto el diputado que deja su banca para volver a Rosario, como la intendenta están convencidos de la necesidad de un cambio en la gestión. Ese cambio no será únicamente de nombres sino de actitud de los nuevos funcionarios y del par que se quede. Para citar algunos ejemplos, ya es tiempo de que la secretaría de Planeamiento deje de hacer eje en la altura de los edificios y pase a ocuparse del medio ambiente, la sutentabilidad y movilidad. Tal vez después de mucho tiempo no será un arquitecto quien esté al frente y haya una mirada diferente. Lo mismo con los servicios públicos, o en áreas como Promoción Social o Cultura donde se apostará fuertemente al desarrollo territorial atendiendo las demandas y necesidades de cada barrio, a partir de profundizar mecanismos ya existentes -como el Presupuesto Pparticipativo, el plan Abre- y otros nuevos a la medida de cada lugar.
Es probable que haya un rediseño del organigrama de las secretarías para darle más dinamismo a la toma de decisiones, y una marcada jerarquización del trabajo en los distritos.
Como se ve, la intención es lograr mayor cercanía con la ciudadanía, más rapidez en la respuestas, y sobre todo una impronta difertente, que permita recuperar a los vecinos la autoestima y la estima por una ciudad que en los ultimos años ha caído en sus estándares de vida y a partir de ellos ha sido "apuntada" tal vez más de lo que se merecía.
Eso también está entre los objetivos, recuperar la presencia que tuvo hace más de un lustro y encabezar la recuperación en un contexto nacional en el que comienzan a verse en otras ciudades los flagelos que aún hoy acechan a Rosario.
No está en duda la voluntad de la intendenta ni de sus colaboradores. Se abre un margen razonable de expectativa a partir de la designación de los futuros colaboradores. El nuevo gabinete debería reflejar la comprensión del mensaje de las urnas. Los primeros pasos parecen ir en ese sentido. Hay que darle tiempo al tiempo, y volver a empezar.
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