Mirá todo lo que genera en los más pequeños, zambullirse en el mundo de los libros.
1. Mejora la concentración: el hábito de la lectura hace que los niños aprendan a concentrarse, haciendo que puedan aplicar esta habilidad para el resto de sus actividades cotidianas.
2. Ayuda a la memoria: La memoria está ligada a la emoción, por lo que cuando lean una historia que los entusiasma no la olvidarán, además, cuando empiecen con novelas más extensas enlazarán un capítulo tras otro recordando de forma natural la historia, favoreciendo también de forma natural la memoria.
3. Gran entretenimiento: Lo principal es conseguir que los niños se diviertan leyendo. Para eso es importante leer con ellos, contarles historias y hacer que las disfruten. Aunque sepan leer, seguir contándoles cuentos de vez en cuando o compartir lecturas, puede resultar una buena idea.
4. Enriquece el lenguaje: Con cada libro, seguro aprenderán al menos, una nueva palabra. El uso de sinónimos hace que los niños puedan expresarse con mayor precisión, tanto para relatar sus emociones como para describir acontecimientos de su vida.
5. Mejora la ortografía y la redacción: De forma inconsciente, los niños van incorporando a su lenguaje cotidiano estructuras complejas y palabras correctamente escritas. Antes de leer una y mil veces mensajes repletos de faltas de ortografía en las redes sociales, más vale que tengan su propia ortografía bien afianzada.
6. Desarrolla la creatividad: Una historia les llevará a otra. Seguro que aunque terminen los libros, ellos seguirán dando vida en su imaginación a sus personajes predilectos. A través de los libros podrán viajar a países lejanos, incluso, a países inexistentes. También podrán descubrir el mundo que les aguarda y comparar las experiencias de otros con las propias.
7. Ejercita el cerebro: Leer requiere de un esfuerzo . Del mismo modo que cuando hacen deporte siguen esforzándose motivados en su práctica, la lectura también se les hará cada vez más sencilla y ejercitará el cerebro sin percatarse, siempre que los contenidos le gusten y, a la vez, le supongan un mínimo reto.
8. Incrementa la empatía: Favorece de forma inconsciente la capacidad para ponerse en el lugar del otro, así, del mismo modo que vive aventuras a través de los personajes, también aprenderá a entender los sentimientos de terceras personas, mejorando su empatía.
9. Brinda información y conocimiento: Tanto las historias fabuladas y fabulosas, como los relatos realistas, serán absorbidos por el cerebro del niño como si fuera una esponja, sin necesidad de esfuerzo ya que no se trata de memorizar, sino de disfrutar.
10. Reduce el estrés y mejora el ánimo: La lectura es una actividad que se realiza en un entorno de tranquilidad y de reposo. Requiere atención, por lo que es imprescindible dejar a un lado las preocupaciones para poder ejercitarla. Todos estos requerimientos hacen que la lectura alivie el estrés y logre mejorar el ánimo.
11. Los introduce en el mundo de la fantasía: Nada mejor que un viaje al espacio, un recorrido por un país imposible o la insistente persecución tras un poderoso anillo para entrar en un mundo lleno de fantasía en el que todo es posible.
12. Aparecen las preguntas: Los libros cuestionan de forma directa o indirecta afirmaciones del mundo cotidiano y hacen que los niños se pregunten por cuestiones sencillas o trascendentales logrando respuestas o abriendo una puerta para que que ellos mismos deduzcan la respuesta.
13. Estimulan la reflexión: Las historias con moraleja o las relacionadas con la educación en valores estimulan de forma obvia la reflexión, sin embargo, en general, la lectura la activa de forma natural, planteando interrogantes o replanteándoles la realidad.
Con información de: Mujerhoy.com
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