La banda fue desarticulada en mayo del año pasado tras un operativo en la autopista a Santa Fe y varios allanamientos en el Gran Rosario. La investigaban en Misiones.
La Capital |
La Cámara Federal de Apelaciones de Posadas determinó que la investigación sobre la banda de narcotraficantes denominada Los Lagartos y desarticulada en mayo de 2014 pase a manos de la Justicia Federal de Rosario. Luego de un año de conflicto jurisdiccional, iniciado a partir de los planteos de territorialidad realizados por los defensores de los siete procesados por el juez federal misionero José Luis Casals, la causa por narcotráfico pasó a manos del juez federal rosarino Carlos Vera Barros, quien ahora analiza todo lo actuado para notificar a las partes sobre el temperamento a seguir en la causa.
Los camaristas misioneros Ana Lía Cáceres de Mengoni, Mario Osvaldo Boldu y Mirta Tyden de Skanata resolvieron, en virtud de que los operativos y detenciones realizadas en el marco del expediente que investiga a la banda de Los Lagartos se realizaron en las ciudades de Rosario, San Lorenzo, Funes y Roldán, la causa sea competencia del juzgado federal de nuestra ciudad.
Controversia. Antes de eso, la Justicia de Misiones debió resolver sobre dos posiciones antagónicas. Para el juez Casals, la investigación sobre Los Lagartos se desprende de la organización que lideraba Slawmir Andrzej Polus, más conocido como El Francés, detenido en una cárcel federal de Resistencia a la espera de un juicio oral. Para los abogados de los rosarinos, como el supuesto delito, el secuestro de evidencia, los allanamientos y detenciones se produjeron en el sur de la provincia de Santa Fe, la causa debe ser trabajada en el juzgado Federal de Rosario.
En ese marco, la Cámara de Posadas valoró el artículo 118 de la Constitución Nacional (”la actuación de estos juicios se hará en la misma provincia donde se hubiera cometido el delito”) y resolvió que los ocho cuerpos del expediente con las actuaciones recalaran en el escritorio del juez Vera Barros. “No existe controversia respecto de que los hechos objeto de investigación se materializaron en jurisdicción de la provincia de Santa Fe, sin perjuicio de que originariamente habrían existido sospechas en orden a la vinculación con un imputado sometido a proceso en jurisdicción de Eldorado (Misiones) y que motivara la iniciación de la pesquisa; empero y con el devenir de las investigaciones fue desplazada aquella hipótesis, circunscribiendo el ámbito de los hechos a la provincia de Santa Fe”, expresaron en su resolución.
Por un celular. La investigación que puso en jaque a Los Lagartos comenzó con otro viejo conocido de las crónicas policiales de la región: Slawmir Andrzej Polus, un polaco de 56 años reconocido por el apodo de El francés. Este hombre explotaba la ruta de la marihuana que une Paraguay, Argentina y Chile, y está a la espera de un juicio oral. Un celular que le incautaron en la cárcel de Resistencia, donde está preso desde el 4 de febrero de 2013, fue clave para la caída de la banda de Los Lagartos.
Es que ese teléfono llegó a manos del juez Casals, quien desde Misiones ordenó la intervención de varios números de la agenda del aparato. Y, según la acusación, esas escuchas permitieron descifrar el último viaje dirigido por el hombre. Se trataba del traslado de 20 kilos de cocaína que terminaron incautadas en el peaje de la autopista Rosario-Santa Fe, a la altura de La Ribera, el 12 de mayo de 2014. Entonces fueron apresadas dos personas en los vehículos y otras cinco en una serie de allanamientos y todos quedaron vinculadas a El francés.
Según el juez Casals, Víctor Fabián Grgisevic y su padre, Víctor Hugo “Lagarto” Grgisevic, apresados en los allanamientos realizados en Rosario, comandaban la narcobanda. El primero como líder y el otro como financista. Además, su apodo sirvió para que la Policía Federal bautizara como es costumbre a la banda.
El hallazgo de los 20 kilos de cocaína motivó el desembarco en Rosario del secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, quien entonces dijo que Los Lagartos eran “una escisión de la banda de Delfín Daniel Zacarías”, el empresario de San Lorenzo caído en desgracia en septiembre de 2013 en una casa de Funes en la que se incautaron 300 kilos de pasta base y una importante cantidad de precursores químicos para fabricar la droga. A partir de entonces, dijo el funcionario, este grupo “tomo vuelo propio con despliegue territorial en Rosario”.
Los demás imputados en la causa son la pareja de Fabián Grgisevic, una joven con prisión domiciliaria por tener un bebé a su cargo; Marcelo Alejandro Acosta, ex chofer de la gobernación de Entre Ríos que conducía el Peugeot 307 en el que la Policía Federal incautó los 20 kilos de cocaína; Edgardo Emilio Refour y su pareja, Constanza Melisa Baldi, quienes iban custodiando el auto de Acosta durante el viaje; y Martín Oliva, quien manejaba un tercer vehículo y hacía de campana. En julio de 2014 Casals los procesó como integrantes de una organización delictiva dedicada a la venta de cocaína en Rosario y localidades aledañas.
En el peaje. La tarde del lunes 12 de mayo de 2014 la flamante sección antinarcóticos de la Policía Federal en Rosario, coordinada por la Procuraduría Nacional contra el Narcotráfico (Procunar), entró en acción tratando de limpiar la mala imagen dejada por antiguas gestiones en la fuerza. A las 19.25, con la anuencia del juez Federal rosarino Marcelo Bailaque e información de primera mano llegada a sus oídos, los federales esperaron el paso de un pez gordo a la altura del peaje del acceso sur a San Lorenzo, sobre la autopista a Santa Fe.
A la hora señalada, un Volkswagen Bora negro pasó por la cabina de peaje con una pareja y una beba de 3 años a bordo. Era una familia perfecta y también la punta de lanza de la caravana esperada por los agentes. Ese auto actuaba como vigía para chequear que no hubiera retenes policiales sobre el camino.
Al no detectar anormalidades, unos minutos más tarde pasaron dos autos más. A las 19.30 fue interceptado un Peugeot 307 gris en el que llevaban un bolso con 20 kilos de cocaína de máxima pureza. Para la investigación, dos de los autos habían salido de la ciudad de Santa Fe y el restante de Paraná. Notificado el juez federal misionero José Luis Casals, éste coordinó con su par rosarino ocho allanamientos: seis en Rosario, uno en Funes (a dos cuadras de la casa donde cayó preso Zacarías) y el restante en Roldán. Un galpón en el que se almacenaban 70 kilos de creatina (suplemento nutricional para deportistas) y manitol (diurético osmótico y vasodilatador renal) ubicado en Laguna del Desierto al 3200, en el corazón del barrio Acindar, funcionaba como laboratorio de la banda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario