Guía y chofer fueron quienes sumergieron a rosarinos y turistas en la nostálgica experiencia de recorrer Rosario en la vieja línea 218, un viaje en el tiempo a los más chicos. El 218, puesto a nuevo en las calles, partió este sábado colmado de pasajeros desde la sede del Etur.
La Capital |
"Pasen para el fondo que hay lugar” dijo con voz fuerte Miguel Grivarello mientras Maximiliano Castellán se sentaba en la vieja butaca del restaurado Mercedes Benz 911, modelo 1971. Guía y chofer fueron quienes sumergieron a rosarinos y turistas en la nostálgica experiencia de recorrer Rosario en la vieja línea 218, y en un viaje en el tiempo a los más chicos, que vieron con otros ojos muchos de los lugares de la ciudad que le son cotidianos. “El recorrido es turístico, pero el protagonista es el colectivo”, afirmó sin dudar Miguel, integrante de la Asociación de Guías de Rosario; y para el chofer es parte de su propia historia. “Es el bondi que tomaba para ir a la escuela”, contó.
El remozado colectivo Mercedes Benz de 20 asientos fue fabricado en 1971 con carrocería El Indio y formó parte de la flota de la línea 218, después reconvertida en 122, y de muchas otras de la ciudad y el país. En Rosario circuló hasta entrada la década del 80 y volvió a salir al asfalto el jueves pasado, para realizar un recorrido turístico que se inicia en la oficina del Ente Turístico Rosario (Etur), en el parque a la Bandera.
“El colectivo está buenísimo, pero además se aprenden cosas de la historia de la ciudad, como las antiguas mansiones del bulevar Oroño de las familias adineradas”, comentó al bajar Aluhé, un adolescente cordobés, que pasaba tres días de vacaciones con su familia de vacaciones en Rosario. Para Antonella (7 años), también cordobesa y que llegó con su mamá Marcela, era la primera vez a bordo de un colectivo y todo era novedad.
Lo cierto es que en su recorrido, además de la costa central y el bulevar, el viejo 218 pasa por el histórico parque Independencia, la avenida Pellegrini, la plaza López, la calle Buenos Aires y la plaza 25 de Mayo, el Monumento a la Bandera, para volver nuevamente al punto de partida en el Etur.
Recuerdos. Sin embargo, más allá de la propuesta turística y pese a la localía, los rosarinos también quisieron subirse. Casi como un ejercicio de nostalgia y un viaje en el tiempo de un poco menos de media hora. Así hubo referencias al “típico” olor al gasoil y al “ruidoso” motor, los asientos y los boletos cortados por el propio chofer.
“Para mí es puro recuerdo, pero quiero que él vea cómo eran los colectivos en los que viajábamos e íbamos a la escuela, los boletos y los asientos”, dijo Adriana, que llegaba con su hijo Facundo, lista para tomar el recorrido de las 16.30, los dos horarios que hubo ayer y que salieron completos.
Dos fanáticos se quedaron afuera porque ya no había más lugar. “Soy un loco de los colectivos y este está buenísimo”, repetía Ariel, casi como un chico, mientras miraba el viejo Mercedes. Su amigo Pablo lo había llevado de sorpresa hasta ahí y nunca imaginaron que no habría más lugar. En el relato de los dos todos eran recuerdos. “Yo vivía en zona sur, veía pasar el 218 por la esquina de Necochea y era el colectivo que me tomaba cuando tenía 8 años para ir a la casa de mi abuela, eran los años 80”, contó Ariel. Se quedaron abajo y lo miraron irse, pero prometieron volver el fin de semana que viene.
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