En los primeros seis meses de este año hubo 80 homicidios en el Departamento La Capital, 31 muertes más que durante el mismo período de 2013. San Lorenzo fue el barrio más afectado.
/Diario UNO |
En la primera mitad del año, el gran Santa Fe atravesó días violentos: hubo 80 muertes en 181 días, 31 casos más que en el mismo período del año pasado, cuando se registraron 49. Esos 31 casos de más, representan un aumento del 63, 27 por ciento en la tasa de homicidios. Ninguno de los episodios aún tiene responsables condenado por la Justicia, pero las investigaciones avanzan y es sobre las hipótesis principales de cada uno de ellos que Diario UNO elaboró el listado.
Los primeros 12 asesinatos fueron cuando aún estaba en vigencia el antiguo sistema penal, que tuvo una profunda modificación que empezó a regir el 14 de febrero. Solo dos días después del cambio, la unidad especial de fiscales de homicidio ya asistía a la primera escena de crimen de su gestión: el ataque a Alejandro Arce, un muchacho de 29 años que fue emboscado en las calles de barrio Acería, cuando caminaba junto a un amigo y los hijos de ambos y fue baleado en un presunto ajuste de cuentas.
Los móviles del crimen
Uno de los primeros datos que –a simple vista– surgen del listado, es la cantidad casos en los que el móvil del crimen fue una situación de conflicto entre los actores previa al ataque. Lejos de cualquier simplificación, en la nómina fundamentalmente se intentó diferenciar los casos de ajustes de cuenta de las situaciones de robo sin desconocer que ambos son episodios de inseguridad, aunque con características que los diferencian.
Para sumar más detalles, se hizo una división entre casos de conflictos interpersonales y venganzas: la diferencia entre ambas categorías fue la planificación del crimen. En los casos en que a simple vista, por la alevosía, o porque se trató de una emboscada, se evidenció un ardid o una maquinación del asesinato se los catalogó como venganza. En cambio, se dejó como conflictos interpersonales a las muertes que se produjeron de manera improvisada, por ejemplo, al calor de una discusión. Así, el listado de 80 muertes se puede discriminar en 36 casos de venganza, 29 de conflictos interpersonales, ocho muertes en situación de robo, tres casos de riña, un femicidio y un caso de violencia intrafamiliar. Aparte, calificados como aún en investigación, queda el doble crimen del matrimonio Roskop. Es que las hipótesis sobre el móvil de las muertes ocurridas el 29 de marzo pasado, en el patio de la casa donde ambos vivían en Sauce Viejo, aún son demasiado amplias. Los investigadores todavía no han podido descartar versiones, y las presunciones conforman un abanico de opciones que va desde un robo, hasta un caso de venganza.
Varones y muy jóvenes
Las víctimas son, en su gran mayoría menores de edad. Pero hubo ocho casos en los que las víctimas fueron adolescentes, menores de 18 años. En cinco de los casos tenía 17, hubo dos que tenían 16 y el último, Facundo Segado, tenía 14. El crimen de Facundo fue uno de los que sucedió durante el lunes negro, aquel 2 de junio que horrorizó a santafesinos y santotomesinos con un total de cinco crímenes en menos de 24 horas. En declaraciones a la prensa, el martes 3 de junio, el fiscal Regional, Ricardo Fessia, manifestó que los cinco episodios habían estado atravesados por la droga.
Sobre Facundo, una de las primeras versiones que circuló y que hoy se sostiene con fuerza, es que junto con su primo se habían quedado con un kiosco de drogas que pertenecía a una familia de barrio El Chaqueño que había escapado de la zona cercada por la Justicia. El crimen de Facundo fue una venganza, y el de su primo, Abel Villarruel de 19 años, también. Y es que la juventud es una constante en el listado. El rango de edad entre los 18 y los 25 años es la que suma mayor cantidad de víctimas, con un total de 26 casos. De cerca, le siguen las 23 víctimas de entre 26 y 35 años, lo que da cuenta de un listado de víctimas en su mayoría muy jóvenes y varones.
Un femicidio
El género es otra de las referencias a analizar. En los primeros 181 días del año cinco mujeres fueron asesinadas. Solo uno de esos episodios está siendo investigado como un femicidio. Se trata del caso de Jénifer Castro, de 23, una travesti que fue apuñalada de muerte en barrio Las Vegas de la ciudad de Santo Tomé en las primeras horas de la tarde del lunes 27 de enero. Cuatro meses después, en el mes de mayo, falleció en el hospital Cullen una joven de 24 años, llamada Mayra Pérez Alonso. Mayra llegó al nosocomio con el 70 por ciento del cuerpo quemado. Su pareja, un hombre de 27 años, también tenía las manos quemadas, y quedó detenido. Sin embargo, en los diálogos que la joven pudo mantener con los médicos que la atendieron, dijo que se había tratado de un accidente y que se había prendido fuego ella sola, por lo que su pareja quedó libre. Mayra agonizó una semana antes de morir, y la causa quedó paralizada con sus dichos.
En sus calles y pasillos
De los 38 barrios de la ciudad en donde se produjeron los 80 homicidios, hay uno de ellos en cuyas calles corrió más sangre. Se trata de barrio San Lorenzo, en el extremo suroeste de la ciudad. En ese perímetro trazado por las calles General López al norte, Jujuy al sur, Zavalla al este y el río Salado al oeste, se produjeron ocho muertes violentas, le siguieron barrios Los Troncos, Yapeyú y la ciudad de Santo Tomé, con cinco homicidios cada uno. Y con cuatro muertes por jurisdicción quedaron barrio Centenario y Brigadier López. Así, en estos meses, tuvo un respiro el populoso Santa Rosa de Lima, que otros años ha encabezado el listado de los barrios más violentos de la ciudad.
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