Los sabaleros pondrán en juego 19 años consecutivos en Primera División al desempatar con Rafaela. Si hay empate, alargue; si persiste la igualdad, penales.
Poco importa la discusión si le queda bien el término de final o no a lo que ocurrirá mañana, desde las dos de la tarde, en la cancha de Rosario Central. Tampoco interesa que al adelantarse en media hora para arrancar a las 14 se “pegue” demasiado con el almuerzo. Al fin y al cabo, ¿quién tendrá ganas de comer en medio de tantos nervios en el mediodía del sábado?. Llegó el día esperado y la hora señalada. Cuando el reloj marque el momento para que pite Diego Abal, Colón pondrá en juego durante 90 minutos la única plaza que le queda a la ciudad de Santa Fe en el fútbol grande de la AFA en Primera División.
Como se sabe, el reglamento de la casa de calle Viamonte determina que si el partido termina empatado en el tiempo reglamentario se apelará a un alargue dividido en dos tiempos de 15 minutos. Y en caso de persistir la igualdad, se deberán ejecutar penales, con un dato no menor: a Rafaela le patearon siete veces desde los doce pasos en toda la temporada y no le convirtieron ninguno: cinco atajó Conde y dos se fueron afuera. Del tema Colón y penales, mejor ni recordar en este tipo de partidos.
¿Qué valoración futbolística se puede hacer de este tipo de cruces como el de mañana? Todo lo que se diga es relativo. Se parte de algunas certezas, es cierto. Pero quién asegura que es lo que es seguro hoy se mantenga igual para mañana:
— 1) Es cierto que Colón viene jugando 19 finales, que le descontó una montaña de puntos a Rafaela en este 2014, lo corrió de atrás y lo alcanzó a pesar que el partido del campeonato terminó empatado.
— 2) Es cierto que los dos ganaron en la última fecha, en el peor momento y de manera agónica. Porque Rafaela hacía diez fechas que no ganaba y porque Colón sólo había pescado dos puntos de los últimos doce con dos derrotas al hilo (Estudiantes y Vélez).
— 3) Es cierto que tienen varios puntos en común: dos muy buenos arqueros (Conde y Montoya), dos líderes en la mitad de la cancha (Bastía y Videla), con un Colón que impacta mejor en el medio y un Rafaela que impresiona mejor arriba. Conclusión: no hay grandes diferencias de poderío técnico.
— 4) Rafaela pone en campo jugadores titulares con más experiencia (Garcé, Bastía, Eluchans, Vera) y Colón tiene varios pibes de sus inferiores (Castillo, Conti, Meli, Luque, Alario, Graciani). Por ende, el manejo de los tiempos puede jugar a favor de unos y la velocidad a favor de otros.
— 5) Se supone, a esta altura, que ninguno hará locuras para cambiar sus respectivos libretos. Burruchaga admitió que Colón le regalará la iniciativa para explotar de contra la velocidad antes mencionada de volantes y delanteros.
Ya no pesa la racha, ni el historial, ni las estadísticas. “Es como un clásico, un partido aparte”, reflejó claramente Diego Osella. Serán 90 minutos a todo o nada, como nunca en los últimos años. Jamás Colón llegó a una situación tan extrema en estos 19 años ininterrumpidos en Primera División. El lugar elegido por la AFA es la cancha de Central en Rosario. En la cuna de la Bandera, debe flamear como nunca la roja y negra. Con 10.000 —o un poco más— alentando en la cancha y cientos de miles sufriendo en Santa Fe frente al tele, el Monumento es para la gente.
Como se sabe, el reglamento de la casa de calle Viamonte determina que si el partido termina empatado en el tiempo reglamentario se apelará a un alargue dividido en dos tiempos de 15 minutos. Y en caso de persistir la igualdad, se deberán ejecutar penales, con un dato no menor: a Rafaela le patearon siete veces desde los doce pasos en toda la temporada y no le convirtieron ninguno: cinco atajó Conde y dos se fueron afuera. Del tema Colón y penales, mejor ni recordar en este tipo de partidos.
¿Qué valoración futbolística se puede hacer de este tipo de cruces como el de mañana? Todo lo que se diga es relativo. Se parte de algunas certezas, es cierto. Pero quién asegura que es lo que es seguro hoy se mantenga igual para mañana:
— 1) Es cierto que Colón viene jugando 19 finales, que le descontó una montaña de puntos a Rafaela en este 2014, lo corrió de atrás y lo alcanzó a pesar que el partido del campeonato terminó empatado.
— 2) Es cierto que los dos ganaron en la última fecha, en el peor momento y de manera agónica. Porque Rafaela hacía diez fechas que no ganaba y porque Colón sólo había pescado dos puntos de los últimos doce con dos derrotas al hilo (Estudiantes y Vélez).
— 3) Es cierto que tienen varios puntos en común: dos muy buenos arqueros (Conde y Montoya), dos líderes en la mitad de la cancha (Bastía y Videla), con un Colón que impacta mejor en el medio y un Rafaela que impresiona mejor arriba. Conclusión: no hay grandes diferencias de poderío técnico.
— 4) Rafaela pone en campo jugadores titulares con más experiencia (Garcé, Bastía, Eluchans, Vera) y Colón tiene varios pibes de sus inferiores (Castillo, Conti, Meli, Luque, Alario, Graciani). Por ende, el manejo de los tiempos puede jugar a favor de unos y la velocidad a favor de otros.
— 5) Se supone, a esta altura, que ninguno hará locuras para cambiar sus respectivos libretos. Burruchaga admitió que Colón le regalará la iniciativa para explotar de contra la velocidad antes mencionada de volantes y delanteros.
Ya no pesa la racha, ni el historial, ni las estadísticas. “Es como un clásico, un partido aparte”, reflejó claramente Diego Osella. Serán 90 minutos a todo o nada, como nunca en los últimos años. Jamás Colón llegó a una situación tan extrema en estos 19 años ininterrumpidos en Primera División. El lugar elegido por la AFA es la cancha de Central en Rosario. En la cuna de la Bandera, debe flamear como nunca la roja y negra. Con 10.000 —o un poco más— alentando en la cancha y cientos de miles sufriendo en Santa Fe frente al tele, el Monumento es para la gente.
EL LITORAL.
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