"Es urgente encontrar una solución pacífica a la crisis siria, y una justa solución al conflicto entre israelíes y palestinos", dijo esta mañana tras su llegada a Jordania. Además, reconoció al regente Abdalá II como un "artífice de la paz". Más tarde, ofició una misa frente a una multitud. El itinerario de la gira.
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Con fuertes definiciones, el papa Francisco se metió de lleno este sábado en los conflictos de Medio Oriente. Tras aterrizar en suelo jordano, pidió "buscar la paz en la región", y comprometió a la Iglesia Católica a continuar con el diálogo interreligioso y la ayuda a los refugiados de guerra.
"Es necesario y urgente encontrar una solución pacífica a la crisis siria, además de una justa solución al conflicto entre israelíes y palestinos", auguró el Sumo Pontífice. En su discurso, el pontífice dijo "constatar con dolor" que vive Oriente Medio, al que consideró "un conflicto demasiado largo".
Palabras elogiosas le dedicó a su anfitrión de Jordania, el Rey Abdalá II. "Usted es conocido como un hombre y artífice de la paz", le manifestó. Y se extendió en el agradecimiento a las autoridades que lo recibieron por su colaboración en la convivencia y tolerancia entre los distintos credos y comunidades que habitan ese reino.
"Este país acoge generosamente a una gran cantidad de refugiados palestinos, iraquíes y de otras zonas en crisis, en especial de la vecina Siria, destruida por un conflicto que está durando demasiado tiempo. Esta acogida merece reconocimiento y la ayuda de la comunidad internacional", subrayó.
Y ratificó la asistencia de los refugiados: "La Iglesia Católica se sumará, en el marco de sus posibilidades, a esa ayuda , sobre todo a través de la organización caritas en Jordania".
Como Benedicto XVI hace cinco años cuando visitó la región, el obispo de Roma abogó por la libertad religiosa, "que es un derecho humano fundamental y que espero firmemente sea tenido en gran consideración en todo Medio Oriente y en el mundo entero", dijo, y abogó por el derecho de manifestar públicamente la propia creencia", en alusión a las persecuciones que padecen los cristianos en la región.
En su breve discurso, pronunciado en italiano, el papa argentino envió un saludo a la comunidad musulmana. "Aprovecho la ocasión para renovar mi profundo respeto y consideración a la comunidad musulmana y expresar mi reconocimiento por el liderazgo que su majestad el rey ha asumido para promover un entendimiento adecuado de las virtudes proclamadas por el Islam y la serena convivencia entre los fieles de las diversas religiones", destacó.
Como símbolo de tolerancia y diálogo entre las tres religiones monoteístas, Jorge Bergoglio emprendió su gira acompañado por un rabino y un profesor musulmán, dos amigos y compatriotas suyos. Dirigió también un saludo "lleno de afecto a las comunidades cristianas" que residen en Jordania desde "los tiempos apostólicos" y que contribuyen al desarrollo de ese Estado.
Tras cerrar su alocución, una multitud saludó al Sumo Pontífice durante el trayecto en el papamóvil desde el Palacio Real Al Husseini al estadio internacional de Ammán, dondecelebró su primera misa en Tierra Santa ante más de 50 mil personas.
Más tarde, Francisco visitó Betania, orilla del río Jordán frente a la ciudad palestina de Jericó, el sitio donde Jesús fue ungido por Juan el Bautista. En la Iglesia Latina de esa región, se reunió con jóvenes discapacitados y refugiados, muchos de ellos provenientes de Siria.
"Me dirijo a la comunidad internacional para que no deje sola a Jordania, tan valiente en el recibimiento de un número tan elevado de refugiados. Renuevo mi llamado a la paz en Siria. Que cese la violencia y se respete el derecho humanitario, que no se deje la solución en manos de las armas, la solución sólo puede venir del diálogo", sostuvo el prelado papal. Y pidió: "Que Dios convierta a los que tienen proyectos de guerra y a los que trafican armas".
Francisco llegó este sábado y dio los pasos iniciales en el histórico viaje de tres días en Medio Oriente. El avión del Papa aterrizó en el aeropuerto internacional Queen Alia, de la capital jordana.
En la previa, pidió simplificar la ceremonia de bienvenida con las que tradicionalmente se acoge a los pontífices, y fue recibido por representantes del reino de Jordania así como por autoridades religiosas, entre ellas el patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal, y el custodio de Tierra Santa, Pierbattista Pizzaballa.
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