Fue el jueves en plena tormenta en un violento hecho ocurrido en el Barrio Acería de Santa Fe.
Diario UNO |
Ayer, Diario UNO de Santa Fe mantuvo un diálogo exclusivo con Mario Oscar Ferrer, de 52 años, y su esposa, Patricia Alejandra Bazán, de 44, padres y abuelos de las tres mujeres heridas durante la tarde del jueves en un violento hecho ocurrido en el barrio La Acería de Santa Fe.
—¿Pueden ustedes narrarnos cómo fueron las circunstancias que atravesaron en la tarde del jueves?
—Sí, claro. Fue después de las 18. Nosotros estábamos con nuestros hijos, tenemos 13, y los ocho nietos en nuestra casa, que está ubicada en la planta baja de La Acería, cuando sentimos el estruendo de varios disparos de arma de fuego e inmediatamente se escuchó que uno de los impactos de bala se estrelló en la puerta de ingreso a nuestra casa. Nosotros estábamos con todos los chicos porque fue cuando empezó la tormenta.
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—¿Dos de sus hijas y su nieta de siete meses resultaron heridas?
—Sí. Esto no fue una tragedia sólo de casualidad, porque esos mismos balazos hubieran podido matar a algún chico o a alguno de nosotros. Lo que vivimos fue una verdadera locura y es un milagro que podamos contar todo lo que pasamos.
—¿El autor de los disparos es un presidiario que salió con permiso de la cárcel de Las Flores?
—Son siempre los mismos. Ya en 2010 nos asesinaron a nuestra hija Cintia Macarena Furrer, que tenía 19 años. El que salió de la cárcel es el mismo que ayer corrió con dos pistolas nueve milímetros, una en cada mano, y se ve que venía herido de otro lado y se la agarró con nosotros.
—Mario, ¿usted evitó que esta situación fuera peor aún?
—Sí. Yo hice todo lo posible para que este delincuente no ingresara. Pero los tiros pasan a través de las aberturas. Nosotros desde hace años padecemos la misma situación de amenaza con la familia
de este muchacho. Tanto, que nos mataron una hija a tiros. Esto es lo que pasa.
de este muchacho. Tanto, que nos mataron una hija a tiros. Esto es lo que pasa.
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