Hay medidas sencillas que pueden bajar el consumo eléctrico hasta un 20% en los hogares. Es el aporte que cada uno puede hacer para “aliviar” el impacto sobre la infraestructura de energía, que viene trabajando al límite por la ola de calor.
La temperatura del aire acondicionado nunca debe ser menor a los 24°C. Ingresá y mirá la infografía multimedia. |
El Litoral
En el marco de la agobiante ola de calor, que el jueves y el viernes dejó sin luz a varios barrios de la ciudad, es una irresponsabilidad derrochar energía. Es que el sistema eléctrico de distribución es vulnerable a los picos de consumo —porque la demanda hace décadas que le gana la carrera a la inversión—, que sobre todo se producen durante la siesta y fueron récord en la provincia, con más de 2.000 megavatios de demanda por hora en Santa Fe.
La combinación del calor y la “presión” de la demanda producen fallas en estaciones transformadoras, cables y bajadas domiciliarias. Es una historia que cientos de santafesinos atravesaron esta semana en primera persona, con los cortes de energía que comenzaron el jueves a la siesta y se prolongaron por más de 24 horas, en algunos casos.
La misma situación se vivió en buena parte del país. Los negocios se ven obligados a tirar para de la mercadería, hay otros que no pueden elaborar sus productos y tienen dificultades para cobrar “porque no hay sistema”.
En las casas particulares, se complica mucho conservar los alimentos sin la heladera y el que puede dormir a la siesta, más que el “sueño pesado” lo tiene a prueba de fuego. La mayoría sólo puede “dormitar” al ritmo de una lenta pesadilla de sopor y transpiración.
¿Hay algo que se pueda hacer ? Una vez que se corta la luz hay que llamar al 0800-777-4444 de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), para asentar el reclamo (especialmente si es un problema domiciliario).
Pero antes del apagón, hay varias medidas que se pueden tomar para “amortiguar” los picos de demanda en el verano. Especialistas como Jorge Caminos, de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), hace años que vienen diciendo que con políticas de uso eficiente de la energía el consumo se puede reducir entre un 15% y un 20%.
En la mayoría de los casos, las medidas de ahorro energético son de sentido común. Por ejemplo, usar el aire acondicionado en 25º, apagar las computadoras cuando no se utilizan y no dejar en stand by (“en espera”) televisores y equipos de música.
Esta última cuestión no debe ser subestimada. El Departamento de Energía de Estados Unidos determinó que el 10 % del consumo total de los hogares de California se debe a los DVD, televisores, microondas y equipos de audio que se dejan “en espera”, sin apagarlos completamente.
Además es importante planificar la climatización de la vivienda en una región del país en la que se sabe que el calor no perdona. Por eso, es clave los árboles y el diseño del jardín para aislar térmicamente la casa y al construir una vivienda tener en cuenta la necesidad de generar ventilaciones cruzadas y aislar correctamente las paredes, las aberturas y las puertas (para evitar que se pierda frío cuando funciona el aire).
La temperatura de la heladera es clave, ya que puede representar más de un 10 % del consumo energético del hogar —porque está prendida todo el día—. La calidad de los electrodomésticos que se compran influye (hay etiquetas que precisan su consumo energético) y su uso responsable.
En el centro, los locales comerciales pueden hacer un aporte. Hay cadenas comerciales que tienen sus puertas abiertas de par en par con los aires acondicionados funcionando al límite.
En definitiva, este contexto de molestos cortes de energía puede ser una buena oportunidad para aprender a utilizar en forma más eficiente y racional un recurso estratégico y muy caro para la Argentina. En realidad es un desafío global, de cara a un mundo más sustentable y viable ambientalmente.
En el marco de la agobiante ola de calor, que el jueves y el viernes dejó sin luz a varios barrios de la ciudad, es una irresponsabilidad derrochar energía. Es que el sistema eléctrico de distribución es vulnerable a los picos de consumo —porque la demanda hace décadas que le gana la carrera a la inversión—, que sobre todo se producen durante la siesta y fueron récord en la provincia, con más de 2.000 megavatios de demanda por hora en Santa Fe.
La combinación del calor y la “presión” de la demanda producen fallas en estaciones transformadoras, cables y bajadas domiciliarias. Es una historia que cientos de santafesinos atravesaron esta semana en primera persona, con los cortes de energía que comenzaron el jueves a la siesta y se prolongaron por más de 24 horas, en algunos casos.
La misma situación se vivió en buena parte del país. Los negocios se ven obligados a tirar para de la mercadería, hay otros que no pueden elaborar sus productos y tienen dificultades para cobrar “porque no hay sistema”.
En las casas particulares, se complica mucho conservar los alimentos sin la heladera y el que puede dormir a la siesta, más que el “sueño pesado” lo tiene a prueba de fuego. La mayoría sólo puede “dormitar” al ritmo de una lenta pesadilla de sopor y transpiración.
¿Hay algo que se pueda hacer ? Una vez que se corta la luz hay que llamar al 0800-777-4444 de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), para asentar el reclamo (especialmente si es un problema domiciliario).
Pero antes del apagón, hay varias medidas que se pueden tomar para “amortiguar” los picos de demanda en el verano. Especialistas como Jorge Caminos, de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), hace años que vienen diciendo que con políticas de uso eficiente de la energía el consumo se puede reducir entre un 15% y un 20%.
En la mayoría de los casos, las medidas de ahorro energético son de sentido común. Por ejemplo, usar el aire acondicionado en 25º, apagar las computadoras cuando no se utilizan y no dejar en stand by (“en espera”) televisores y equipos de música.
Esta última cuestión no debe ser subestimada. El Departamento de Energía de Estados Unidos determinó que el 10 % del consumo total de los hogares de California se debe a los DVD, televisores, microondas y equipos de audio que se dejan “en espera”, sin apagarlos completamente.
Además es importante planificar la climatización de la vivienda en una región del país en la que se sabe que el calor no perdona. Por eso, es clave los árboles y el diseño del jardín para aislar térmicamente la casa y al construir una vivienda tener en cuenta la necesidad de generar ventilaciones cruzadas y aislar correctamente las paredes, las aberturas y las puertas (para evitar que se pierda frío cuando funciona el aire).
La temperatura de la heladera es clave, ya que puede representar más de un 10 % del consumo energético del hogar —porque está prendida todo el día—. La calidad de los electrodomésticos que se compran influye (hay etiquetas que precisan su consumo energético) y su uso responsable.
En el centro, los locales comerciales pueden hacer un aporte. Hay cadenas comerciales que tienen sus puertas abiertas de par en par con los aires acondicionados funcionando al límite.
En definitiva, este contexto de molestos cortes de energía puede ser una buena oportunidad para aprender a utilizar en forma más eficiente y racional un recurso estratégico y muy caro para la Argentina. En realidad es un desafío global, de cara a un mundo más sustentable y viable ambientalmente.
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