Lo asegura el especialista en gestión ambiental y creador de una ONG, Fernando Alvarez, quien disertó ayer en Rosario y cargó sin medias tintas hacia ciertos sectores. “Hay que educar”. Fernando Alvarez habló ayer en Rosario en el marco del programa “Compromiso Sustentable”.
La Capital |
Fernando Alvarez no tiene medias tintas. Especializado en gestión ambiental, cambio climático y su impacto económico y social, llegó a ayer a Rosario bajo lo que algunos medios denominaron la tormenta Berta y no dudó en calificar la idea de ponerle nombre a un fenómeno de primavera como "producto de la estupidez humana y falta de respeto a la comunidad climatológica mundial". Y con fotografías y gráficos pasó por la sede de Gobierno de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) para hablar de lo que asegura "nadie habla y pocos quieren escuchar", nada menos que de los efectos del proceso de cambio climático que "ya se están dando".
Hace hincapié una y otra vez en la "necesidad de educar y leer más", afirma que "la información está disponible", pero aclara: "Siempre hay resistencia: en dos horas les voy a dar información, citar a miles de científicos y no a borrachos trasnochados, les voy a decir que en 2013 el Artico perdió un bloque de hielo grande como la India, pero si en el camino se cruzan con alguien que les dice que es todo un invento de los mormones o los rusos, lo más probable es que la gente se quede con esa idea". Pese a todo insiste, se define como "optimista y realista", y propone: "Yo les muestro, después que cada uno vaya a su casa, se informe y saque sus propias conclusiones".
—Llegó a Rosario en medio de un fenómeno que algunos llamaron "Tormenta Berta", ¿es una clásica tormenta de primavera o producto del cambio climático?
—Es un clásico fenómeno de la estupidez humana y le falta el respeto a la comunidad climatológica. Un par de ridículos le pusieron nombre a una tormenta cuando a nivel mundial hay un convenio entre organizaciones globales para darle nombre a fenómenos que se repiten cada seis años y que son huracanes de categoría ciclónica, y eso tiene que ver con darles una denominación para advertir a la población y hacer un seguimiento.
—Entonces vayamos a la charla que dio ayer sobre cambio climático.
—No puedo explicarle a la gente el fenómeno climático sin antes no hacerle entender por qué nadie quiere escuchar sobre esto y por qué nadie les cuenta. El cambio climático es una situación real del mundo y en las charlas doy toda la información científica global disponible hasta octubre de 2013, pero como esas cosas no se ven en la televisión local o en la prensa, entonces una sola imagen les resulta apocalíptica. Sin embargo, intento sacarlos de su comodidad y dejarles un mensaje positivo, pero realista.
—¿Se trata de acercarles una problemática que resulta ajena?
—Se trata sobre todo de empezar a educar, de leer más. Eso es lo más importante. Hay información por todos lados de la comunidad científica global. El 27 de septiembre pasado se presentó el último informe la IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), que advierte que las ultimas tres décadas fueron las más calurosas jamás registradas en la historia.
—Algunos siguen planteando la controversia sobre si el proceso del cambio climático es producto de la actividad humana o no, ¿cómo se posiciona?
—No hay controversia y me entristece después de 18 años trabajando en esto, que sigan hablando de esa controversia que no existe, porque te pueden decir que la tierra es cuadrada y eso más que controversia, es estupidez. En la comunidad científica global no hay ningún debate, ni biólogos, climatólogos ni oceanógrafos plantean ese debate. El informe de septiembre del IPCC plantea que no hay dudas de que el hombre está detrás del cambio de clima, con un 97 por ciento de certeza. Es cierto que ha habido cambios climáticos naturales, pero en una escala geológica de la tierra que no tienen nada que ver con la actividad humana y moderna de hoy.
—Digamos que es sólo una controversia mediática.
—De eso se tratan las charlas, de mostrar cómo se manipula la vida del ser humano en este sistema de consumo. La información sobre este proceso está disponible, en la charla les voy a hablar dos horas, voy a citar información de miles de científicos y no de borrachos trasnochados, les voy a decir que en 2013 el Artico perdió un bloque de hielo grande como la India, pero si en el camino se cruzan con alguien que les dice que es todo un invento de los mormones o los rusos, lo más probable es que la gente se quede con esa idea.
—¿Cuáles son los efectos concretos del fenómeno, sobre todo en esta región?
—Hay que ser cauteloso. No podemos ser muy precisos sobre cómo serán los impactos regionales, pero sí podemos decir hacia donde estamos yendo. Nadie puede decir que la última lluvia fue producto directo del cambio climático, pero sí que estamos rompiendo los sistemas terrestres e incrementando la posibilidad de eventos cada vez más extremos que antes se daban cada 100 años y ahora cada tres. El proceso ya se siente y ahí aparecen las sequías en Argentina, las inundaciones en Europa. Científicos plantean que nos acercamos a un planeta con cuatro grados centígrados más al final del siglo y si pasa, no vamos a poder contar el chiste. Por eso es importante educar.
—¿Qué cambios se pueden aportar en la vida diaria?
—Lo primero es la educación, leer e informarse más. Si no sabés del problema, tampoco sabés del impacto que puede tener lo que hagas. Vivimos en un consumismo exacerbado y eso hay que cambiarlo mucho. En las casas y en el trabajo, mucho o poco se puede aportar usando menos el auto, subir por escaleras en lugar de utilizar el ascensor, no recibir bolsas plásticas, no usar descartables, reducir el consumo de carne, comprar local, no comprar productos fuera de estación. Todo eso y más, pero siempre equilibradamente y sin ir a los extremos.
—En la web de Aktúa, la ONG que creó en España, hay un calendario que cuenta los días que faltan para la próxima Cumbre del Clima. ¿Cuál es la importancia?
—Es el evento más grande organizado por Naciones Unidas, donde se presentará la última información científica y donde se sentarán representantes de países como Estados Unidos, China, India y Rusia para determinar nuevas políticas. Es la primera cumbre que se hará con información de este año, ya que el último informe era de 2007. De ahí las expectativas.
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