La gastritis o la dispepsia pueden ser provocadas por cuestiones emocionales. Para evitar estas enfermedades, aconsejan pautas saludables de alimentación y consumir lácteos con probióticos.
El estrés impacta directamente sobre el sistema digestivo y genera patologías como la gastritis o la dispepsia. Así lo confirmó el vicepresidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología, Luis Bustos Fernández, en declaraciones a la agencia Télam: “El funcionamiento intestinal afecta nuestro estado de ánimo. La serotonina u hormona del bienestar es fabricada en un 95 % por el intestino, lo cual confirma que vivir con molestias digestivas puede producir un alto impacto en la calidad de vida”.
De a poco, la ciencia va demostrando la unión que existe entre el sistema nervioso y el aparato digestivo. “Hoy sabemos que el estrés impacta directamente sobre el bienestar del intestino. Cuando nos dan una mala noticia entra por el hipotálamo, después va a la hipófisis y de ahí a las glándulas suprarrenales, que liberan cortisol. La acción de esta sustancia sobre el aparato digestivo es muy importante, porque es donde más repercuten las cuestiones emocionales”, detalló el especialista.
En este marco, los “factores gatillo” que se enfrentan a diario crean un sistema de perpetuación del estrés, que genera patologías digestivas como dispepsia, gastritis e intestino irritable.
Cómo combatir el estrés
El estrés es un estímulo agudo que actúa sobre la búsqueda de bienestar del organismo. “Un intestino sano es responsable en gran medida de un individuo sano”, subrayó Bustos Fernández.
Las bacterias juegan un papel clave en la salud, por lo que mantener una flora intestinal adecuada es de gran utilidad. Para conseguir un intestino “menos estresado” y una flora intestinal adecuada, Bustos Fernández indicó que “ciertas bacterias llamadas probióticos influyen favorablemente en el tránsito intestinal y el sistema inmune, por lo que los lácteos con probióticos son deseables en la alimentación cotidiana”.
Los probióticos son bacterias vivas que pueden agregarse a la fórmula de algunos alimentos, como los “lactobacillus” y las “ bifidobacterias”, que son las más usadas. “En muchos casos, con simples cambios en el estilo de vida y la alimentación se logra una mejor salud digestiva y, por consiguiente, emocional, por lo que es fundamental conocer el propio aparato digestivo para comenzar con el cambio”, señaló el gastroenterólogo.
Otras recomendaciones para la salud digestiva son consumir alimentos en menores cantidades y con mayor frecuencia, comer despacio y masticar bien, ingerir alimentos ricos en fibra y reducir el consumo de fritos y grasas. También se sugiere beber dos litros de agua por día, optar por comidas magras y productos lácteos fermentados con probióticos y llevar un estilo de vida saludable.
Hoy sabemos que el estrés impacta directamente sobre el bienestar del intestino. Cuando nos dan una mala noticia entra por el hipotálamo, después va a la hipófisis y de ahí a las glándulas suprarrenales, que liberan cortisol. La acción de esta sustancia sobre el aparato digestivo es muy importante, porque es donde más repercuten las cuestiones emocionales”
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