Actualmente alberga al Museo Histórico y la Biblioteca José Gálvez de la UNL. Se descubrió una placa conmemorativa y se dio inauguración a dos muestras especiales: “130 años de lectores en un edificio centenario” y “Caja de resonancia”. Y se rindió homenaje a los integrantes de la Comisión Directiva de 1968 de la Sociedad que donó el edificio.
El actual edificio que ocupan el Museo y Archivo Histórico Marta Samatán y la Biblioteca pública y popular José Gálvez de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) fue en sus inicios de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos. Pero en 1968, ese patrimonio que había sido inaugurado en 1913, fue donado a la UNL por la gestión de una Comisión Directiva integrada por Nora Possentini, Delia Travadello; Ana María Caffaratti, Marta Samatán, entre otros.
Fue a estas personas a las que la Universidad homenajeó en el acto realizado este viernes 11 de octubre, en el seno de ese edificio. En este sentido, Possentini, la única con vida, recibió una medalla de manos del rector Albor Cantard y el secretario de Cultura, Luis Novara. También recibieron el galardón los familiares de los otros integrantes de la comisión.
De la celebración también participaron el intendente de la ciudad de Santa Fe, José Corral; la secretaria de Gobierno de la Municipalidad, Adriana Molina; el senador provincial, Hugo Marcucci; la directora del Museo y Archivo Histórico, Stella Scarciófolo; la directora de la Biblioteca Pública y Popular José Gálvez, María Isabel Puliotti; entre otras autoridades universitarias y de la ciudad.
Además, las autoridades realizaron el descubrimiento de una placa conmemorativa por los 100 años del edificio. “Este edificio fue, en principio, la utopía de jóvenes progresistas que se atrevieron a levantar los cimientos de lo que iba a ser la Biblioteca Cosmopolita, la Biblioteca para todos, para los que ya estaban aquí y para los que bajaban de los barcos o de las otras provincias argentinas”, expresó Cantard en su discurso.
Este espacio “nació Cosmopolita y lo cosmopolita es indudablemente progresista y reformista. Por eso, para nosotros, este lugar es la extensión natural de nuestro universo académico, e integra junto a nuestro rectorado, a nuestras antiguas Facultades y a nuestra joven Ciudad Universitaria, parte central del Patrimonio Cultural de nuestra Universidad. Este edificio es, fue y será parte esencial de la familia universitaria, porque en este ámbito se comenzó a pergeñar nuestra comunidad universitaria”, consideró el rector. “Por eso, hoy, a un centenario de aquella utopía, festejamos esta realidad y la trayectoria histórica que la precede, trayectoria que nos pertenece a todos”, concluyó.
Muestras
En el marco de la celebración, se inauguraron dos muestras. Por un lado la organizada por la Biblioteca Gálvez que se denomina “130 años de lectores en el edificio centenario: muestra de objetos encontrados dentro de los libros”. “Las bibliotecarias creemos que lo que sucede entre los libros y los lectores es un encuentro. Entre sus páginas no sólo se hallan historias sino también escondites para todos tipo de objetos. Los lectores se apropian de los libros, los hacen suyos, los consideran algo tan íntimo que guardan entre sus hojas efectos personales”, explicó Puliotti a la hora de presentar la muestra.
Se trata de una recopilación cuidadosa de los efectos que se encontraron dentro de las páginas de los libros que son parte del patrimonio de la Biblioteca. “La exposición es a partir de esta variadísima tipología de objetos, que a manera de pequeños tesoros han sido guardados entre las páginas; estampas, grabados, fotografías, flores y herbarios de otros tiempos, cartas, boletos, recetas médicas, recuerdos que rompen las barreras del tiempo y del espacio y brindan testimonios del paso de sucesivos actores a través de sus hojas”, contó Puliotti.
En tanto, la otra muestra es llevada adelante por el Museo y Archivo Histórico y se denomina “Caja de resonancia” porque “planteamos amplificar el sonido de las historias que habían constituido la identidad de santafesinos y de universitarios. Este espacio se constituyó en escenario para las grandes luchas de magisterio, de las mujeres por su derecho, de aquellos vecinos de Santa Fe para socorrerse en momento donde el Estado no daba respuestas y por último la historia de la lucha de los reformistas por crear la nueva universidad. Consideramos que estas historias aún resuenan en este edificio y son valiosas para compartir con la sociedad”, manifestó Jorgelina Centurión, integrante del Museo.
“Preservar el patrimonio nos permite reactualizar el pasado en el presente, rescatar la memoria como conciencia humana en nuestra comunidad universitaria; el entramado de las ideas, descubrir las acciones de nuestros actores sociales, sus frustraciones y logros, evocar e hilvanar el conocimiento aportado por las colecciones donadas al Museo nos permitió dimensionar el valor de este edificio como ámbito común en las primeras décadas del siglo XX”, reflexionó Scarciófolo.
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