La policía encontró telas y máquinas de coser en una vivienda. Los defensores del residente terminaron a los golpes con los uniformados, en una sucesión de hechos bochornosos. La comisaría Nº 12, en la zona oeste de la ciudad. El lugar donde terminaron los iracundos letrados.
La Capital |
Una sucesión de hechos bochornosos. Así podría resumirse la saga registrada ayer al mediodía en Matienzo y Junín, en el barrio Ludueña. Agentes policiales de la seccional 12º allanaron una vivienda particular en busca de armas de fuego por amenazas calificadas. Se encontraron con un taller textil clandestino con al menos dos residentes de nacionalidad boliviana. Y luego la reacción violenta de los abogados defensores de los moradores. Resultado del operativo: los dos letrados detenidos por resistencia y lesiones a la autoridad, más uno de los ocupantes del inmueble demorado en sede policial.
"La comisaría tiene jurisdicción sobre una barriada conflictiva. Pero nunca vimos una reacción tan violenta de profesionales del derecho que conocen de leyes y debieran tener otra actitud. Estaban totalmente fuera de sus cabales", confió a LaCapital una fuente de la seccional 12º.
El vocero consultado relató que todo se desató ayer en horas del mediodía en medio de un allanamiento ordenado por el juzgado Correccional de la 2º Nominación. La medida fue dispuesta tras la denuncia por amenazas calificadas mediante la utilización de armas de fuego efectuada por un vendedor ambulante.
Los uniformados llegaron hasta Matienzo 191 bis con la orden de allanamiento. Allí los atendió un hombre de 38 años ,de nacionalidad boliviana, quien permitió el ingreso de los agentes a la vivienda.
El allanamiento arrojó resultado negativo. Los policías no encontraron armas de fuego pero vieron elementos sospechosos. "Había muchas telas y en una habitación había cinco máquinas de coser. El residente dijo que vivía solo, con lo cual resultaba sugestivo que tuviera tantas máquinas", agregó la fuente consultada por este diario.
Más adelante, el hombre admitió que confeccionaba prendas para dos reconocidas firmas que comercializan ropa en la ciudad de Rosario. Pero no acreditó habilitación municipal y otra documentación requerida.
Minutos después llegaron al lugar dos abogados para defenderlo. Según la versión policial, los profesionales J.A.M y A.M, padre e hijo, actuaron "desde el primer momento de manera muy violenta".
"En realidad —continuó el vocero — buscaron desviar el eje de la atención, que era el hallazgo de un taller textil clandestino mediante artilugios legales. Dijeron que el allanamiento era por las amenazas y no por el taller y reclamaron otra orden de la Justicia".
La situación se desmadró. Los abogados "echaron a empujones y a los gritos a los agentes policiales, quienes pidieron refuerzos a la seccional". De inmediato se hicieron presentes el jefe y subjefe de comisaría.
"Cuando llegaron el panorama era desastroso, y eso que se habían tranquilizado un poco los abogados", graficó el funcionario consultado.
Tras comunicarse con el juez de Faltas en turno, éste ordenó fotografiar las máquinas e incautarlas. Y la Justicia correccional autorizó un allanamiento adicional para dejar sin actividad al taller clandestino.
El operativo concluyó con los dos abogados detenidos por resistencia y lesiones a la autoridad, quienes fueron trasladados a la 12º. Mientras que el residente recuperó la libertad a media tarde, tras constatarse que carecía de antecedentes penales.
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