El condenado cura recibió la visita de su hermano y se acercó a la puerta.
Pocas horas después de que el fiscal de Morón, Alejandro Varela,pidiera la "inmediata detención" del cura Julio César Grassi, condenado por abuso sexual y corrupción de menores, el sacerdote se mostró desafiante en su casa deHurlingham ante la guardia decámaras de TV y periodistas, se acercó a la reja de su casa para saludar y no respondió las preguntas de la prensa.
Grassi fue visitado por apenas 20 minutos por su hermano, quien entró y salió en coche de la residencia del prelado, condenado a 15 años de prisión efectiva, ante la numerosa presencia de camarógrafos. Con notable tranquilidad, el cura saludó a sus seguidores, mientras la querella del abogado Juan Pablo Gallego y los familiares de sus víctimas reclaman que la Justicia detenga al cura por temor a que se fugue.
Por eso, con esta aparición ante las cámaras el cura confirmó que se encontraba en su casay descartó, de momento, un posible intento de fuga, como supone la querella.
En el mismo sentido que el fiscal Varela, el abogado defensor de "Gabriel", Sergio Piris, hizo un pedido similar ante el Tribunal Oral Criminal 1, que condenó a Grassi en primera instancia a 15 años de prisión, en junio del 2009.
Sin embargo, los jueces -Luis Andueza, Jorge Carrera y Mario Gómez- resolvieron que el prelado siguiera gozando de su libertad hasta que la sentencia quedara firme y dispusieron un régimen de libertad morigerada, por lo que el sacerdote fijó domicilio en una quinta situada frente a la Fundación Felices los Niños, en la localidad de Hurlingham, lugar donde se cometieron los abusos denunciados.
Tanto la Cámara de Apelaciones de Morón como el Tribunal de Casación bonaerense ya habían ratificado la condena impuesta al cura católico y el miércoles pasado se expidió en igual sentido la Corte provincial, aunque no dispuso su detención porque no tiene atribuciones para hacerlo.
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