Los seis policías acusados de maltratar a un joven de 22 años dentro de la comisaría 13º de Firmat fueron procesados y continuarán detenidos. El juez de Instrucción en lo penal de los Tribunales de Melincué, Leandro Martín, reunió elementos suficientes para dictar el auto de procesamiento contra los imputados en el sonado caso por los presuntos delitos de privación ilegítima de la libertad, tortura y falsedad ideológica.
.La Capital |
El hecho ocurrió el pasado 29 de junio cuando Alexis Meyer fue interceptado en la vía pública por un patrullero y trasladado a la comisaria donde lo habrían intimidado para exigirle información sobre un robo que ignoraba, y al no obtener datos lo llevaron al patio de la repartición para torturarlo.
Según lo denunciado, los uniformados le quitaron la ropa y además de arrojarle agua con una manguera y golpearlo, lo habrían picaneado con descarga eléctrica. Tras ser sometido presuntamente a este tipo de práctica violenta e ilegal, el muchacho se las ingenió para escapar del lugar luego de saltar un tapial y salir corriendo desnudo hasta conseguir refugio en una casa de una vecina. Ella le dio ropa y protección hasta que pudo, mientras era buscado por la policía, volver a su casa y contarle a su madre lo sucedido.
El episodio generó conmoción en la comunidad y un fuerte repudio y pedido de esclarecimiento por parte de fuerzas políticas y de organizaciones sociales y de derechos humanos. Sin embargo la Asociación Profesional Policial Santa Fe (Apropol), una suerte de gremio policial aunque no reconocido por el Estado, salió en defensa de los acusados al punto que su secretario general, Alberto Martínez, sostuvo que se trató de "un invento para perjudicar a la policía". Al conocerse los procesamientos, esta organización fue aún más lejos al denunciar públicamente presuntas presiones políticas contra el juez de la causa.
Apelación. El titular de la entidad acusó tanto a la abogada y concejal firmatense María de los Angeles Sacnun, como al senador del departamento General López, Lisandro Enrico, de "presionar indebidamente, rompiendo la independencia de poderes y el equilibrio respectivo". Así lo manifestó en una nota publicada en la página web de Apropol donde además se adelantó que los abogados que patrocinan a los policías procesados apelarán la resolución de Martín ante la Cámara Penal de Venado Tuerto, al considerar que "no hay elementos valederos" que justifiquen la medida "contra el personal policial y mucho menos con tortura".
La asociación policial fundamentó su planteo, entre otras consideraciones, en un informe forense que indicaría que el muchacho no tenía signos de haber sido torturado con descarga eléctrica, aunque el juez tuvo en cuenta otros elementos acreditados en la causa como haber sufrido lesiones por golpes, hostigamiento psicológico, amenazas de muerte y hasta ser desnudado, entre otros sometimientos.
Incluso la querella representada por el abogado penalista Antonio Di Benedetto, cuestionó la labor del médico al no haber realizado la biopsia de la piel de la víctima dentro de los primeros cinco días del suceso, como indica el protocolo médico para estos casos.
Sacnun valoró la decisión de la Justicia y restó importancia a las declaraciones de Martínez al sostener que "no tienen entidad" y tras remarcar que "siempre fui y seré respetuosa de la independencia de los poderes y del cabal funcionamiento de los instituciones democráticas" confió en la marcha de la investigación para esclarecer el caso.
Por su parte Enrico calificó a las manifestaciones de Martínez, en una emisora radial de Firmat, como de "graves y maliciosas". "Siempre sostuvo —aclaró— la importancia de investigar el hecho y la aplicación del mayor rigor de la ley en caso de probarse la culpabilidad de los acusados, pero nunca ejercí presión sobre un funcionario público".
Sin motivos. Fuentes allegadas a la investigación indicaron que la resolución del juez se fundamentó también entre otras consideraciones, en que la policía detuvo al joven "sin motivo ni orden judicial". Además se acreditaron, por medio de documentación y testigos, las circunstancias denunciadas por Meyer desde que fue "levantado" en plena calle, mientras iba en bicicleta hacia la plaza Estanislao López, de barrio Fredriksson para encontrarse con su novia, hasta que lo llevaron a la comisaría donde lo violentaron y logró escapar.
Según el fallo también se comprobó a través de testimonios que el muchacho ingresó vestido a la dependencia y que al huir estaba desnudo y mojado. Consta además que fue llevado al patio y se escucharon gritos mientras era golpeado, lo que está corroborado por pericias médicas que dan cuenta de marcas de un zapato tipo borceguí o botín —como el que usa la policía— y otras lesiones que, según infiere el juez, no se produjeron durante la huida.
Por último, se descubrió que los policías intentaron falsificar actas para justificar la detención de Meyer y fue clave el secuestro de celulares con mensajes reveladores sobre su accionar y el intento de borrar pruebas.
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