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sábado, 10 de agosto de 2013

SANTA FE: Barrio 7 Jefes: Dos mujeres sufrieron media hora de terror

Tres delincuentes armados se metieron este viernes a la mañana en una casa de familia. Robaron dinero y joyas. Amenazaron a la dueña de la vivienda con cortarle una mano, mientras le apoyaban un cuchillo de cocina.
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Barrio 7 Jefes: Dos mujeres sufrieron media hora de terror

 Un hogar del barrio 7 Jefes fue blanco ayer por la mañana de un violento asalto perpetrado por tres delincuentes vestidos con ropa de trabajo y una caja de herramientas. Fueron aproximadamente 30 minutos de terror para las dos mujeres que estaban en la casa, ubicada en la cuadra de calle Iturraspe al 900.

Delia tiene 67 años y hace más de 20 que vive en el lugar con su esposo. Ayer desayunó -como habitualmente lo hace- con Carina, de 37 años, quien la ayuda con las tareas domésticas. “Después de tomar el café, cerca de las 9.40, abrí el portón del garage para baldear y regar las plantas”, contó esta mañana Carina, de 37 años, quien ayuda a la dueña de casa en las tareas domésticas.

“Entonces -recordó- pasaron dos jóvenes con ropa de trabajo, tipo ombú, y camperas. Atrás de ellos venía caminando otro vestido igual, pero con una caja de herramientas en una mano. Cuando me di vuelta, los otros dos tipos ya se habían metido al garage. Pensé que iban a hacer algún tipo de trabajo, pero sospeché porque Delia no me había dicho nada. Entonces uno de ellos me tomó por detrás y me apoyó lo que creo que era un arma de fuego en la espalda”.

Los delincuentes cerraron el portón y redujeron a las dos mujeres, les ataron fuertemente las manos con sogas y las sentaron en sillas de la cocina. “Eran muchachos de entre 20 y 30 años. Estaban bien peinados y afeitados. Creo que dos tenían revólveres, uno seguro. Nos cubrieron las cabezas con trapos. Nos asustamos, porque no entendíamos por qué lo hacían. Teníamos la sensación de que algo nos iban a hacer. Además, estaban enojados porque no encontraban lo que querían. Dos de ellos revolvieron toda la casa buscando una caja fuerte. El que se quedó con nosotros tomó una cuchilla de Cocina y me amenazaba constantemente con cortarme una mano, o un dedo, si no le decía dónde estaba ‘la plata’. Eran constantes las amenazas. Todavía me dura el susto. Nosotras le repetíamos que no había ninguna caja escondida y que no tenía más plata que unos mil pesos en un monedero que les entregué, pero no nos creía. Después nos preguntó por mi marido y si teníamos una cuenta bancaria. Menos mal que él no estaba y que no regresó en ese momento, porque podría haber pasado cualquier cosa”, manifestó Delia.

Luego, también advirtieron a la propietaria que lastimarían a su empleada si no colaboraba. La tensión aumentó a las 10. “Se asustaron cuando sonó un reloj de pared. Pensaron que era una alarma y se pusieron como locos. Mientras tanto, hablaban a través de un handy con alguien que aparentemente los esperaba afuera”, agregó Carina.
Finalmente, con una algunas alhajas y un poco de dinero en efectivo, los tres ladrones se dieron a la fuga, no sin antes lanzar una última amenaza a sus víctimas: “Ahora quedensé quietas aquí y ni se les ocurra hacer la denuncia de esto. Yo soy policía y tengo contactos. Si llegan a decir algo, vamos a volver para quemar la casa. La van a pasar muy mal y se van a tener que mudar”.
“Después salieron de la casa caminando, silbando y cantando. Cerraron la puerta con llave. Quedamos inmóviles por unos minutos, fue horrible. No sabíamos si se habían marchado. Esperamos un rato y luego pudimos quitarnos las ataduras”, puntualizó Carina.

Las mujeres dudaron, pero finalmente radicaron la denuncia policial.

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