El equipo canalla sabe que debe crecer. Que necesita tránsito para el aprendizaje. Para desarrollar un concepto. Y todo proceso de elaboración tiene contratiempos.
.La Capital |
Central desarrolla un fútbol físico. Mientras transita el proceso de formar un equipo, corre, presiona, satura al rival, lo cansa, no lo deja pensar. Se convierte en un rival agotador, aunque también tiene que meter la pausa. Sabe que debe crecer. Que necesita tránsito para el aprendizaje. Para desarrollar un concepto. Y todo proceso de elaboración tiene contratiempos. Y son esos escollos los que golpean. Pero crecer duele. Como las derrotas. Más si esas caídas parecen injustas. Como la de ayer ante River. Un River que no fue grande. Lejos estuvo de serlo. Pero ganó. Y se quedó con todo haciendo muy poco. Pero lo suficiente. El gol.
Es que el fútbol tiene un juez. Que es inapelable. Que no entiende de merecimientos. Que falla sin miramientos. Y que deja un vacío al perdedor. Aunque en el haber quede un sedimento para seguir edificando. Pero siempre es más sencillo construir desde la tranquilidad que otorgan los resultados. Algo que ahora tendrá que aprender este equipo en formación. Que se fue masticando bronca por los imprevistos. Pero son ellos, las causas eventuales, las que pueden modificar un plan de acción forjado en la entrega y dedicación.
Así surgió la primera ausencia fuera de contexto. La salida de Rafael Delgado por lesión. Y ahí apareció un plan de emergencia para cubrir la vacante. Y Russo mandó a Ballini como bombero al lateral izquierdo a hacer todo lo que pueda. Y pudo. Claro que toda improvisación presenta detalles de terminación. Pero el volante devenido en lateral cumplió con lo elemental.
Y después llegó el hecho menos deseado para los canallas, el gol de Andrada, un pibe que entró por Ferreyra y sin siquiera pedir permiso hizo lo que nadie hacía: la diferencia. Apoyado también en la desordenada cobertura de una defensa que hasta ahí no había pasado sobresaltos. Pero con una situación alcanza y sobra.
El equipo de Russo corre mucho. Es destacable la vocación de servicio de la cooperadora canalla.
Son solidarios a lo largo y a lo ancho. Para avanzar como para contener. Pero a ese despliegue debe aportarle más juego, criterio y osadía. El juego lo aportarán los que más saben. El criterio los de experiencia. Y osadía los jóvenes que tienen que animarse a romper con el orden establecido, tanto propio como ajeno. Porque en este deporte el desequilibrio viene de lo impensado.
Es cierto que la diferencia fue exigua. Y que sólo estuvo en el resultado. También es verdad que si hubo una ventaja en el campo fue para Central. Parece una contradicción, pero no lo es. Porque aunque River no haya sido el de la historia, que este equipo de Ramón diste mucho de aquellos que recuerdan los millonarios, es el que ganó. Más allá de que este Central haya hecho lo suficiente para no irse derrotado. Pero crecer también provoca dolor. Que a veces debilita. Otras tantas fortalece. De Russo y sus muchachos dependerá el aprovechamiento de la enseñanza que dejan estos partidos.
"Fuerza Rosario" monumental
Las tragedias se graban en la memoria. Hacen huella porque calan hondo. Y esa cicatriz social siempre duele. Por eso anoche la emoción se hizo incontenible cuando el público le rindió un homenaje monumental a Rosario por las víctimas del siniestro de calle Salta. Cuando la voz del estadio expresó la solidaridad con un potente “Fuerza Rosario”, un cerrado aplauso partió desde los cuatro costados, pariendo un respeto ejemplar.
Pero eso sólo fue la antesala de un tributo, porque Central ingresó con una bandera que rezaba “Fuerza Rosario”, y la gente de River también hizo lo propio con otra idéntica pero con el escudo de River, al tiempo que el equipo de Ramón posaba con otra que pedía justicia para una víctima de la inseguridad en nombre de la familia riverplatense.
Luego, un mutismo casi imposible de conseguir en un estadio de fútbol se hizo dueño del Monumental para darle mayor trascendencia al minuto de silencio que ordenó el juez antes de iniciar el partido.
La ejemplaridad del homenaje a Rosario no fue casualidad ni tampoco una vivencia organizada, porque la consternación estuvo siempre en la gente de estos lares, ya que desde temprano la sola referencia de pertenencia rosarina generaba la consulta de los bonaerenses en el ingreso al estadio.
La ejemplaridad del homenaje a Rosario no fue casualidad ni tampoco una vivencia organizada, porque la consternación estuvo siempre en la gente de estos lares, ya que desde temprano la sola referencia de pertenencia rosarina generaba la consulta de los bonaerenses en el ingreso al estadio.
Por eso no extrañó que por el Multiled del estadio, desde la previa al encuentro, se exhiba un video con Ponzio, Vangioni y Barovero dándole forma a un pedido de donaciones a los hinchas millonarios para las víctimas del desastre, todo bajo el nombre de River Solidario.
El fútbol dio ejemplo de que los corazones sienten lo que muchas veces la razón no entiende, aunque en este caso el sentir y el pensar convergieron en “Fuerza Rosario”.
Los canallas siguen sin ganar en el Monumental
Y Central no pudo con la racha adversa ante los millonarios. Anoche cayó por la mínima diferencia y de esta manera se mantiene la falta de triunfos en ese reducto, donde lleva 16 años sin conocer la victoria. De catorce visitas cayó en nueve ocasiones y empató en cinco. El último triunfo de Central fue por 3 a 1 en el Apertura 97 .
Los números marcan cantidad, configuran estadísticas, trazan una huella, pero no mensuran calidad. Central llegó anoche al Monumental a visitar a un River que llevaba 15 partidos invictos como anfitrión, y con un Ramón Díaz que desde 1999 mantenía su condición de invulnerable como DT millonario.
Las últimas caídas de River remiten a septiembre de 2012, cuando fue Racing el ganador aquí en Núñez por 1 a 0. Y también fue el mismo Racing el que venció por última vez a un River de Ramón, 3 a 2, en aquel Clausura 99.
Ovación anticipó que este reducto para Central era complicado, ya que desde 1997 no ganaba aquí, y vaya paradoja del destino, el técnico auriazul era también Miguel Angel Russo.
Los números marcan cantidad, configuran estadísticas, trazan una huella, pero no mensuran calidad. Central llegó anoche al Monumental a visitar a un River que llevaba 15 partidos invictos como anfitrión, y con un Ramón Díaz que desde 1999 mantenía su condición de invulnerable como DT millonario.
Las últimas caídas de River remiten a septiembre de 2012, cuando fue Racing el ganador aquí en Núñez por 1 a 0. Y también fue el mismo Racing el que venció por última vez a un River de Ramón, 3 a 2, en aquel Clausura 99.
Ovación anticipó que este reducto para Central era complicado, ya que desde 1997 no ganaba aquí, y vaya paradoja del destino, el técnico auriazul era también Miguel Angel Russo.
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