Ocurre en la zona céntrica, pero también en las grandes avenidas. En muchos comercios aplican esa metodología todo el día; en otros, sólo al atardecer. Se acentúa donde hay personal femenino.
El caso de la violación de una trabajadora en un comercio de la Peatonal –abril de 2012– marcó un antes y un después para muchos negocios de la zona céntrica. Hoy, en una práctica generalizada, más aún en los locales que cuentan sólo con personal femenino, hay empresas que mantienen sus puertas de blindex cerradas en determinados horarios y abren cuando un cliente lo solicita.
“Es una triste realidad que hoy estemos atendiendo de esta manera ante la ausencia del Estado a través de la policía. Uno siente sino que se expone y queda inseguro y toma este tipo de medidas que incluso atenta contra posibles compradores”, admitió Martín Fernández, comerciante de San Martín Norte, en diálogo con Diario UNO.
Este emprendedor relata que, en su caso, la mayoría de los días tiene la precaución de cerrar la puerta al atardecer. “Hace unos cinco años las puertas permanecían con una traba pero para que se mantuvieran abiertas, invitando a la gente a entrar. Esa costumbre tenía más de 100 años y ahora en muy poco tiempo se revirtió en forma asombrosa”, expresó.
—¿A quiénes les abren?
—Lamentablemente uno tiene que elegir a cada instante y decidir si abre o no, si expone o no a su personal por sobre la persona que quiere ingresar al local. Es una situación irrisoria con respecto a lo que era una práctica comercial común.
—¿Cuándo comenzó a ser una práctica habitual atender a puertas cerradas (en algunos horarios)?
—En muchos casos nace a partir de cada hecho de inseguridad individual. Se va contagiando de uno a otro, pero por la experiencia propia. Ya casi no quedan comercios que no hayan sufrido hechos de inseguridad y, a partir de ello, redoblen las medidas de seguridad. Creo que se dio un cambio fuerte a raíz de la violación de una chica en un local fuerte. Fue un hito que obligó a los comerciantes a tomar medidas más fuertes para proteger al personal, sobre todo en aquellos que trabajamos con personal femenino.
—¿También en otros barrios se trabaja de esta manera?
—En todas las marchas de seguridad que pude compartir con otros comerciantes me di cuenta de que es en toda la ciudad. Llama más la atención en la Peatonal, donde los clientes preguntan por señas si el comercio ya cerró; pero se aplica en todos lados. No sólo eso, en muchos locales colocaron rejas, incluso internas, para protegerse. Es sorprendente la cantidad de elementos que los comerciantes incorporaron para protegerse. La sorpresa mayor es en comparación con cinco años atrás.
En un relevamiento realizado por Diario UNO en centros comerciales a cielo abierto, tales como la avenida Aristóbulo del Valle, se pudo constatar la existencia de enrejados dentro de los locales, por ejemplo, de venta de teléfonos celulares. Si bien la puerta de blindex queda abierta, el vendedor o vendedora queda detrás de un cuadriculado de metal que lo protege del accionar delictivo. En la mayoría de los casos ocurrió luego de uno o más robos.
“Vemos que los hábitos cambiaron en todo sentido en los últimos años, porque antes, además de los negocios a puertas abiertas, estaban los vecinos en las veredas. Había mucha gente circulando o sentada en grupo o en parejas, mientras que hoy las calles están cada vez más desiertas. Es uno de los peligros que atravesamos en los feriados. Si abrimos, muchas veces el personal queda luego durante un buen rato a la espera del colectivo, a merced de los delincuentes, ya que no queda nadie en las calles”, contó Fernández.
—¿Qué otras medidas de seguridad toman los comercios?
—En primer lugar rejas. El que puede, por capacidad económica, incorpora cámaras también. Hay botones de pánico y diversas prácticas que permiten estar atentos a lo que ocurre afuera. El problema es que cada vez multiplica más el estrés con que trabaja el empleado del comercio y el del propio dueño, a la expectativa de cuándo le va a tocar ser víctima.
—¿Hay presencia policial en la zona?
— No, uno no se siente seguro. Hasta hace unos meses había policías caminantes, que pasaban en forma constante. Hoy ya no y es necesaria la presencia policial. Desde diciembre hubo un cambio, porque excepto apariciones fugaces por algún hecho en particular, es muy raro ver policías en la zona. Que estén al menos tranquilizaría un poco a quienes estamos trabajando y alejaría también a quienes intentan cometer un delito.
Las cámaras
A fines de noviembre del año pasado, el Concejo Municipal santafesino aprobó la creación del Programa Municipal de Relevamiento y Optimización de Servicios de Video Vigilancia Privada. Se trata de una iniciativa para la utilización de las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad privadas al servicio de la seguridad pública.
A fines de noviembre del año pasado, el Concejo Municipal santafesino aprobó la creación del Programa Municipal de Relevamiento y Optimización de Servicios de Video Vigilancia Privada. Se trata de una iniciativa para la utilización de las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad privadas al servicio de la seguridad pública.
El programa cuenta con cuatro objetivos definidos. El primero será contar con una base de datos de las cámaras existentes; el segundo, facilitar el mejoramiento de los sistemas para incrementar el rendimiento y visibilizar el exterior de los comercios y zonas aledañas; promover la incorporación de cámaras en locales que aún no las tengan; y por último, capacitar en buenas prácticas de seguridad al personal y los dueños.
Todos los locales que se integren al programa se comprometen a almacenar las imágenes captadas durante las últimas 24 horas. En el caso que se lleve adelante el proceso de investigación de un delito, deberán entregar las grabaciones a los funcionarios que estén autorizados a retirarlas. Este procedimiento se rige por las normas del Protocolo de Seguridad para la Disposición de Imágenes que se encuentra vigente en la Municipalidad cuya finalidad es garantizar la intimidad de las personas que allí aparecen y la validez de dichas imágenes como objeto de prueba legal ante la comisión de un ilícito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario