“Las lluvias fueron muy oportunas para los cultivos de soja de primera, la mayoría de los cuales se encuentra en estado reproductivo “R”. El estado sanitario de los cultivos es muy bueno y se continúan los controles de isocas y chinches”, según el informe semanal del Sistema de Estimaciones Agrícolas para el Centro-Norte de la Provincia de Santa Fe, un trabajo articulado con el Ministerio de la Producción de la provincia y el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas (Idicyt) de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Ambiente de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF).
Además, las condiciones climáticas fortalecen los cultivares implantados “para expresar todo su potencial productivo, lo que consolida la estimación de rendimiento promedio en el centro-norte de la provincia de Santa Fe y abre la posibilidad de un incremento del 8 al 10% del mismo”.
La superficie a cosechar se estima en 510.000 hectáreas, con rendimientos promedio de 30 quintales por hectárea y una producción total estimada en 1.530.000 toneladas.
Sobre la soja de segunda, se señaló que los cultivares se encuentran con buen crecimiento. Los más avanzados ya han cerrado entresurcos y se revierte la condición de estrés termo-hídrico que estaban soportando. En los departamentos San Cristóbal, San Justo, Castellanos, Las Colonias y La Capital, en el 85% los lotes no presentan uniformidad en razón a las instancias climáticas que debieron soportar desde el comienzo del proceso de siembra y germinación.
Se continúan manifestando los ataques de isocas defoliadoras y medidoras lo que obligan al continuo seguimiento de los cultivares para su control.
El informe mencionó la situación de otros cultivos. En el caso del maíz de primera, destacó que “se ha cosechado el 27% de la superficie sembrada. La trilla avanza según los porcentajes de humedad presentes en cada lote. Los rendimientos pueden ser calificados de buenos a muy buenos y óptima la calidad del grano. Cabe recordar que el 37% de la superficie sembrada se orientó al autoconsumo (picado-embolsado), lo que representó 19.980 hectáreas; el 62% -unas 33.939 hectáreas- se destinaron a cosecha de grano y un 1% (540 hectáreas) se consideran de pérdidas por los eventos climáticos”, apuntó.
Para el centro-norte de la provincia, se estiman rendimientos promedio de 87,5 quintales por hectárea y una producción final para grano de 296.966 toneladas.
En cuanto al sorgo granífero, los lotes implantados presentan un panorama heterogéneo. Los sembrados en la primera etapa se observan con buen desarrollo de estructura y estándar de plantas. En un 80% los lotes no presentan uniformidad y con síntomas de déficit hídrico en gran parte de los departamentos. Después de las lluvias se podrá ver el grado de impacto de la falta de agua. Se estiman rendimientos promedio de 38 quintales por hectárea para el final del ciclo.
Más adelante, el informe refirió al maíz de segunda. “Cambian las condiciones para los cultivos que soportaban los problemas de estrés termo-hídrico, en el área comprendida por el norte del departamento Las Colonias, oeste de San Justo, centro-este de San Cristóbal y sur de 9 de Julio. Las precipitaciones caídas beneficiaron su desarrollo y los maizales presentan muy buena estructura y estándar de plantas”, aseguró.
Finalmente, y sobre el algodón, explicó que “los plantíos finalizaron el proceso de floración. Por las altas temperaturas, cierto estrés hídrico y lluvias muy dispares, hubo pérdida de hojas y flores, que seguramente afectará la productividad final. La superficie sembrada con algodón fue de 112.000 hectáreas”, concluyó.
Alerta
Desde la estación del Inta Venado Tuerto, alertaron por la presencia y ataque del complejo de orugas defoliadoras en soja. Las principales especies (Gata peluda norteamericana, Oruga medidora, Oruguita de la verdolaga, Oruga militar tardía, Oruga de las leguminosas, etc.) están presentes en trampas de luz en niveles de importancia, situación por la cual, poblaciones de adultos de estas especies se encuentran sobrevolando y colocando posturas de masas ovales en cultivos de soja, sobre todo en sojas de segunda y tardías.
Haciendo números
Los altos costos que afrontaron los productores agrícolas para sembrar el año pasado la soja que están cosechando hoy son un obstáculo para la estrategia de las entidades de retener cereales para perjudicar la caja nacional, como forma de protesta.
A esto se suma que arrancaron con unos 15 millones de toneladas de granos menos entre soja, maíz y trigo por la mala cosecha que arrastraban de la campaña 2011/12, por lo que la desfinanciación del sector rondaba los u$s 5.000 millones, según indicó el especialista Néstor Roulet.
Es así como los productores llegan a la cosecha actual con más de la mitad de su soja comprometida para pagar deudas contraídas con las empresas de insumos y a los bancos a través de las tarjetas rurales muy difundidas en el sector o préstamos efectivos.
Según un informe elaborado por Roulet, es exactamente el 56% de la cosecha, unas 28 millones de toneladas, las que irán a pagar insumos (34%) servicios de cosecha (8%), transporte (10%) y otros gastos de comercialización (4%). Es decir que de no vender esa soja, entrarían en mora con sus acreedores y no podrán pagar las labores para recolectar la soja nueva. La amplísima mayoría de los préstamos (cerca del 90%), tiene como cierre el fin de mayo.
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