La nueva fuerza tendrá por objetivo hacer tareas de prevención de delitos y fortalecer lazos de solidaridad con los vecinos para generar un mayor compromiso y recuperar el respeto perdido. Se trata de una prueba piloto que aún se encuentra en etapa de desarrollo por parte del Ministerio de Seguridad, a cargo de Raúl Lamberto.
El gobierno de Antonio Bonfatti implementará en el primer semestre del año una policía comunitaria para algunos de los barrios más conflictivos que tienen las dos principales ciudades de la provincia: Santa Fe y Rosario. Se trata de una prueba piloto que aún se encuentra en etapa de desarrollo por parte del Ministerio de Seguridad, a cargo de Raúl Lamberto. La idea es que el agente tenga tareas de prevención del delito en territorio y fortalecer los lazos con los vecinos.
“Estamos convencidos de que es necesario poner en marcha una policía de cercanía, de proximidad, que tenga directo impacto con su comunidad y que, en cierta forma, empiece a lograr que el vecino se sienta respaldado y ese funcionario policial respetado”, manifestó Lamberto ante la consulta periodística.
—¿A partir de cuándo funcionará la policía comunitaria y de quién dependerá presupuestariamente?
—La policía comunitaria o de proximidad es de la fuerza (provincial), no será una patrulla municipal. Serán policías con una determinada preparación, destinada centralmente a tener una política de relación directa con los vecinos.
“La experiencia es que un policía comunitario suele tener un relevamiento de todo el barrio y a una escala humana, o sea, llega a conocer quién vive en cada lugar y cómo se desarrolla la vida allí. A su vez, los vecinos podrán tener el (número) celular del policía para llamarlo en todos aquellos inconvenientes que se presenten a diario”, añadió el funcionario respecto del esquema que tratará de recuperar al viejo vigilante de esquina en los barrios de Santa Fe y Rosario, pero adaptados y capacitados a los nuevos tiempos.
Asimismo, Lamberto consideró: “Queremos tener una policía que trate de dar prevención en todos aquellos conflictos que muchas veces le absorben a la policía de seguridad pública gran cantidad de tiempo, como los problemas de vecindad, entre familiares, problemas de convivencia y, por supuesto, la prevención del delito en contacto directo con la policía de seguridad pública de la provincia”.
Con anclaje territorial
“Estamos en la obligación de reconstruir lazos de solidaridad, por eso queremos recuperar al policía que la gente aprecia porque lo conoce y está cerca, un policía que se vincula con las escuelas, que se vincula con las organizaciones sociales, con toda la vida comunitaria del lugar, a los efectos de lograr que haya otra imagen de lo que es la función policial”, confió el ministro. De esa manera, se buscará revertir una “imagen” negativa de las fuerzas de seguridad, que muchas veces son vistas como parte de los problemas y no de las soluciones concretas.
“Estamos en la obligación de reconstruir lazos de solidaridad, por eso queremos recuperar al policía que la gente aprecia porque lo conoce y está cerca, un policía que se vincula con las escuelas, que se vincula con las organizaciones sociales, con toda la vida comunitaria del lugar, a los efectos de lograr que haya otra imagen de lo que es la función policial”, confió el ministro. De esa manera, se buscará revertir una “imagen” negativa de las fuerzas de seguridad, que muchas veces son vistas como parte de los problemas y no de las soluciones concretas.
“Hoy más que nunca estamos trabajando en un proyecto que pretende poner en práctica a ese nuevo actor de proximidad para la resolución democrática de conflictos comunitarios en el barrio, que será un facilitador proactivo del consenso comunitario no violento. Es que la lógica de actuación pretende mitigar los riesgos antes de que el delito se produzca como así también a fortalecer los factores que lo evitan”, agregó.
En definitiva, “estamos en la etapa de elaboración de la normativa mínima indispensable, en el marco de la emergencia (en seguridad) declarada (por ley Nº 13.297), para crear un cuerpo al interior de la Policía que sea profesionalizada en el perfil comunitario, con participación social directa (voluntariado) integrada a la labor policial, capaz de gestionar estrategias y prácticas innovadoras”, resaltó Lamberto a Diario UNO.
Es en ese marco que “se trabajará conjuntamente con las autoridades municipales, para delimitar el trabajo territorial en una primera etapa de implementación. Planificamos comenzar en dos barrios de Rosario y en uno de la ciudad de Santa Fe, previa celebración de convenios de colaboración y trabajo conjunto interestatal”, reconoció. Por lo pronto, en la ciudad capital el nombre del barrio donde se hará la experiencia piloto surgirá de las conversaciones con el intendente José Corral y su equipo de gestión.
—¿Cuándo creen que estarán en condiciones de poner en marcha a la nueva policía comunitaria?
—Aspiramos a comenzar el trabajo en territorio en junio de 2013, pero las tareas de evaluación, planificación y capacitación comenzarán, esperamos, el mes próximo.
Además, el ministro Raúl Lamberto remarcó que “este trabajo incluye etapas de diagnóstico, selección y capacitación de personal, y la puesta en marcha del trabajo en terreno (publicidad, contacto directo, coordinación con voluntarios barriales, acciones de patrullaje de proximidad, control interno/externo y rendición de cuentas a la comunidad, etcétera)”. Precisamente, esos aspectos son los que aún restan definir desde el Estado.
Según la información a la que pudo acceder Diario UNO, la policía comunitaria se va a constituir con la combinación de un grupo de jóvenes agentes y otros con más experiencia. Varios de los aspectos operativos están siendo diseñados por la Secretaría de Seguridad Pública, a cargo del doctor Matías Drivet. Y algunos de los elementos más esquemáticos fueron dados a conocer en el Consejo de Seguridad Provincial que se realizó en Rosario la semana pasada.
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