La Secretaria de Gobierno del municipio de Cañada de Gómez, Carina Mozzoni, dijo que abrirá un debate entre los jóvenes "para conocer las motivaciones de por qué se sigue defendiendo la ilegalidad".
La Capital |
Las secuelas que dejó una fiesta "privada" en la zona norte de Cañada de Gómez, con el saldo de un auto quemado, el robo de partes, roturas de vidrios y ralladuras en otras unidades, siguen generando polémica en Cañada de Gómez. La secretaria de Gobierno del municipio, Carina Mozzoni, dijo que abrirá un debate entre los jóvenes "para conocer las motivaciones de por qué se sigue defendiendo la ilegalidad".
Las declaraciones fueron hechas luego de que el municipio presentada en el ámbito judicial un pedido para que "haya intervención policial" en los posibles nuevos casos de "fiestas" que se presenten.
"Entiendo que algunos jóvenes están enojados, pero no podemos permitir la ilegalidad. También es cierto es que hay que escucharlos, de allí que abramos un ámbito para el debate. Veremos de qué manera lo hacemos, pero consideramos que es necesario", dijo la funcionaria.
Mozzoni mantuvo una serie de reuniones con jueces, funcionarios policiales y miembros de instituciones locales, y hasta participó de debates sobre el rol de la guardia urbana, los inspectores municipales y los propios policías. La conclusión es que "para que se lleven a cabo allanamientos debe haber una constancia judicial".
Desmanes. La fiesta "privada" en cuestión y a la que asistieron unos 200 jóvenes, ya es objeto de investigación judicial. Se realizó en una casa de la zona norte de Cañada, en cuyo interior "no se registraron incidentes", pero en las afueras hubo destrozos y ciertas conductas "escandalosas" para los vecinos.
Los hechos ocurrieron durante la madrugada del domingo, cuando prendieron fuego a un Ford K, robaron una rueda a otra unidad, rompieron vidrios y dañaron otras unidades estacionadas en las calles Oroño y Santa Rosa.
"Yo estaba bailando y de pronto me dijeron que el auto se estaba prendiendo fuego. Cuando llegué vi que la luneta estaba rota. Saqué el matafuego a costa de correr riesgos, pero no pude sofocarlo. Las pérdidas fueron totales", dijo la víctima de lo sucedido, Franco Fina, de 22 años.
"Mi amigo que tenía el auto detrás lo intentó sacar, pero le faltaba una rueda. Igualmente lo pudo salvar. No sabemos qué pensar. Lo único que hacíamos era divertirnos en una reunión de amigos. La gente ha hecho un mundo de todo esto", añadió Fina.
"No hubo escándalo". Por su parte, Fabio Marcolini, el organizador del evento, pidió disculpas públicas por lo sucedido, tras reconocer que "la fiesta se fue de las manos". Dijo además que la idea era que asistieran unas cien personas, "todos amigos", pero que ni bien avanzó la noche se sumaron otros jóvenes. "Todo el desarrollo del evento fue normal, no hubo incidentes", aclararon algunos asistentes, quienes contrariamente al testimonio de los vecinos del barrio norte, remarcaron que "no vieron nada escandaloso".
"No tenemos muchas opciones para divertirnos y estas fiestas se hacen en paz. En los boliches te cobran una fortuna un trago. Acá cada uno toma lo que se lleva y nadie molesta a nadie", dijeron otros participantes.
En efecto, una vecina lindera al lugar de la fiesta —quien prefirió mantener su nombre en reserva—, contó que los chicos "salen borrachos, hacen sus necesidades en la puerta de las casas cercanas y hasta tienen relaciones sexuales en los terrenos baldíos. Está muy bien que se observe lo sucedido con relación a los daños en los autos, estamos de acuerdo, pero también sería interesante que se ocupen de los padecimientos de los vecinos. Los jóvenes tienen derecho a divertirse, pero dentro de ciertas reglas", dijo la vecina.
"Las chicas, todas hermosas que bajaban de autos lujosos las veía horas después orinando entre los autos. ¿Qué piensan los padres cuando las dejan en lugares así? ¿No preguntan qué se hace en estas fiestas?", preguntó la mujer indignada.
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