Moreno prohibe publicar precios. Los súper sospechan a la hora de reponer mercaderías. La Casa Rosada “decreta” paritarias para que no se “desborden”. Los gremios redoblan el reclamo. Los empresarios retraen la demanda laboral.
Confidente exclusivo de la providencia, Guillermo Moreno anticipó el dólar a $ 6 a fin de año y ordenó congelar precios a 60 días. Pero sus órdenes para disponer del futuro chocan con lo que la gente cree: la inflación será del 35,3 % este año.
Así lo midió el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella en su encuesta de expectativas para este año. El estudio marca que la ciudadanía “percibió” 39 % de inflación el año pasado.
“La inflación percibida por la gente triplica (o cuatriplica si tomamos el promedio) al dato oficial de inflación divulgado por el Indec”, dice el estudio. La misma universidad aclara que “la evidencia empírica indica que los agentes tienden a sobreestimar los aumentos de precios”, aunque no defiende el dato oficial.
Ese temor está presente también en los comercios, que saben que a la hora de vender sin aumentos necesitan reponer al mismo precio para no perder. “Si algún proveedor nos desabastece, inmediatamente informaremos a la Secretaría”, advirtieron. Amenaza de ir corriendo a contarle a Moreno si alguno no les hace caso...
Señalada con el índice de los supermercadistas, la Coordinadora de Productos Alimenticios también se sumó a los congelamientos verbales de precios, pero los condicionó a que no les suban los insumos. Todos miran al que antecede en la cadena para no tener la culpa de lo que suponen -temen- que va a suceder.
En ese círculo vicioso, los gremios naturalmente piden 25 % de aumento para reponer poder adquisitivo en los salarios, y reclaman menor presión fiscal para que la Casa Rosada no se lleve el incremento. Sin embargo saben por el dogma que aceptan, que cuanto más suban por la escalera, más se acelerarán los precios por el ascensor; como el escorpión que pica a la rana que lo traslada, están condenados por su naturaleza.
Como la Casa Rosada no desconoce que la mayor demanda gremial retroalimenta el problema, ya decretó la paritaria “testigo” para los docentes. El gobierno que habla de libre negociación teme ahora la reacción sindical que podría afectar un servicio fundacional como la educación, y contagiar al resto.
En el inicio de esa cadena está el Banco Central que imprime papel moneda. Ese escenario se sacudió con la investigación a Boudou, las peleas por la imprenta ex Ciccone, los primeros billetes de Evita que no entraban en los cajeros automáticos. Mientras la Justicia investiga la corrupción, la evidencia muestra que la premisa del poder central es imprimir billetes.
Si la economía creció 1,9 % como dice la presidenta y el Indec, pero la oferta monetaria creció 40 % como reconoce el BCRA, eso explica por qué se teme que la moneda pierda valor.
La Casa Rosada puede cubrir así los déficit fiscales que reniegan de uno de aquellos pilares del modelo. Teme los efectos en la industria del atraso cambiario -el otro de los pilares fundacionales- y afronta en ese escenario económico el año electoral.
Alimentarse con $ 7,77 al día
Una persona se alimenta con $ 233,13 al mes y no es indigente. Así lo ordena el Indec, según el costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) de una persona adulta; el que no lo crea, puede hacer la prueba.
El aumento fue de sólo 0,18 % respecto del mes anterior y acumula 12,44 % con relación a enero del año pasado. En tanto, la Canasta Básica Total (CBT) -es la que se necesita para no ser pobre- representa un incremento del 1,37 % teniendo en cuenta la de diciembre y del 14,86 % en el año. Según la Casa Rosada, una familia tipo puede vivir con $ 1.635 al mes para alimentarse, transportarse, pagar vivienda, estar saludable, educarse y hasta ir de vacaciones o al cine.
Cuando arrancás un congelamiento, al supermercadista los precios le siguen subiendo. Entonces empiezan a desaparecer productos de las góndolas. En Argentina, esta receta siempre fracasó”.
Federico Sturzenegger
Economista y funcionario PRO
81
de cada 100 encuestados
no cree en el Indec, según la encuesta de la UTDT. Para el organismo, la inflación fue 1,1 % en enero.
¿Alternativas?
Según revela hoy el diario La Nación, la presidenta Cristina Kirchner instó a sus colaboradores de confianza a reunirse con economistas que no participan del Gobierno, pero que tienen un pensamiento “afín al modelo” para buscar soluciones alternativas al problema de la inflación. El Cepo y el congelamiento dispuestos por Guillermo Moreno alimentaron el fenómeno. La Casa Rosada siempre redobló sistemáticamente su marcha ante la adversidad; sería una novedad política si buscara alternativas fuera de su círculo inmediato.
El grupo Clarín, que apuesta al país del miedo y de los enfrentamientos, intentó, primero, generar desabastecimiento amenazando con que no se iban a encontrar productos en las góndolas”.
María “Pimpi” Colombo,
Subsecretaria de Defensa de la Competencia
Impacto en la demanda laboral
La Casa Rosada suele basar su monólogo en la defensa de las fuentes de trabajo, y los contrasta con los de la crisis europea. Puertas adentro del país, los números del Indec se pueden comparar con los “no oficiales”. El Índice de Demanda Laboral de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Gran Buenos Aires cayó 0,3% en enero y 26,9 % respecto del mismo mes de 2012.
Es decir que los empresarios demandan menos trabajadores. “La evolución del indicador durante 2012 y el primer mes de 2013 sugiere un impacto negativo sobre el mercado laboral, sobre todo sobre el empleo, para los próximos meses”, advierte el Centro de Investigaciones y Finanzas de la UTDT.
Si bien no mide específicamente a Santa Fe, el estudio entra a la provincia con los números rosarinos. En ese conurbano la demanda laboral de diciembre cayó 6,8 % respecto de noviembre y 6,94 % interanual, según los últimos datos disponibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario