Esta semana esperan el tratamiento del tema en la Legislatura Provincial. El Ejecutivo pretende que si el recurso está bien se puedan reducir los 90 días que dura la prohibición para extraer peces.
El jueves pasado comenzó a regir la veda pesquera en la provincia, tal cual lo establece la ley provincial Nº 12.212. Sin embargo, el oficialismo está impulsando un proyecto en la Legislatura santafesina para modificar la norma que regula la pesca en la provincia y que establece la prohibición de la actividad entre el 1 de noviembre y el 31 de enero.
Algunos funcionarios tenían esperanzas de que el tema tenga tratamiento en la sesión del jueves pasado. Pero los senadores ocuparon sus bancas por unos minutos, aprobaron una pensión para las personas que hayan sido presos políticos, entraron en un cuarto intermedio y nunca retornaron al recinto.
Por ese motivo, el Frente Progresista volvería a insistir esta semana para que se debata la iniciativa oficial que tendría tratamiento preferencial. Las modificaciones consisten en flexibilizar el período de veda y reducirlo o sostenerlo en 90 días según los resultados de estudios biológicos sobre el estado del recurso ictícola. En tanto para este período en curso la idea era reducir a entre 30 o 45 días la prohibición y reducir los tres pagos mensuales de subsidios a uno solo.
Al respecto, el subsecretario del Sistema Forestal, Hídrico y Minero, Roberto Tión, dijo: “Hay un mes, que coincide con los tres en los que se venía aplicando la veda, donde los pescadores paran por las altas temperaturas, las fiestas de fin de año y para reparar sus herramientas. Por eso con buen criterio y sentido nos pusimos de acuerdo, porque tampoco nos parecía bien suspender la veda a cero de golpe y porrazo. Esto es un paso intermedio para que el año que viene responda a un estudio biológico”.
Al ser consultado sobre cuáles son las diferencias que aún no permitieron que el proyecto tenga luz verde en la Legislatura, dijo: “Por lo conversado con los senadores aún quedaban algunas dudas aunque no son tan gruesas, tan importantes como para no ponerse de acuerdo. Creemos que esto cambiaría el sistema y lo haría para bien. Sería muy superador de lo que hoy tenemos vigente. Incluso los propios pescadores, algunas ONG y la Secretaría de Medio Ambiente dan consenso en esto que fue discutido durante todo el año”.
—Pero existen trabas.
—No sé si llamarles trabas. Tienen que tratarlo los senadores. Tienen que tomar el tema, discutirlo y aprobarlo o no. Después tiene que pasar a Diputados, donde no debería haber problemas porque ahí fue aprobado hace un año y medio atrás. Nosotros le hicimos algunas reformas, que entendemos son superadoras, al proyecto que habían aprobado los diputados y creemos que no debería haber mayores problemas. Está la posibilidad de discutir y de cambiar otras cosas más importantes en el sistema de pesca.
—¿Ustedes confían en lograr un tratamiento rápido?
—Si se aprueba el jueves, la semana que viene pasaría a Diputados. Si bien no se va a suspender la veda completa, podríamos estar hablando de reducirla a 40 o 45 días este año y nos prepararíamos para hablar el año que viene de otros temas que mejorarían el sistema.
Dónde poner la mira
El año pasado al Estado provincial la veda pesquera le costó 12 millones de pesos en subsidios. En la actualidad hasta los propios pescadores están criticando el sistema y la necesidad de un cambio se debe sustentar en una planificación del sistema pesquero que garantice la sustentabilidad del recurso –más allá de la mirada optimista de los últimos estudios–, mayores oportunidades de progreso social y económico para los pescadores y la presencia efectiva del Estado para garantizar el cumplimiento de las normas.
El año pasado al Estado provincial la veda pesquera le costó 12 millones de pesos en subsidios. En la actualidad hasta los propios pescadores están criticando el sistema y la necesidad de un cambio se debe sustentar en una planificación del sistema pesquero que garantice la sustentabilidad del recurso –más allá de la mirada optimista de los últimos estudios–, mayores oportunidades de progreso social y económico para los pescadores y la presencia efectiva del Estado para garantizar el cumplimiento de las normas.
Por su parte, Jorge Cappato, director general de Fundación Proteger que viene trabajando en la temática desde hace décadas, dijo: “Lo que opinamos hace varios años, por un lado en base a la opinión de especialistas en el tema de manejo pesquero y, por otro, a la luz de la experiencia de lo que fue la aplicación de esta ley –sancionada en noviembre de 2004– es que ocho años después de la implementación del sistema de veda y subsidios no se han visto mejorías ni para los pescados, ni para los pescadores”.
“Lo que se debería hacer con estos recursos –continuó–, y en esto queremos ser absolutamente claros y contundentes, es que esos fondos no vayan a rentas generales de la provincia. Por el contrario, esos doce millones de pesos que hoy se destinan a subsidios deberían reinvertirse de forma inteligente y eficiente en mejorar la situación socioeconómica de los pescadores. Se debería reinvertir ese dinero en emprendimientos productivos, implementar medidas eficientes de manejo del recurso pesquero y en un estricto control”.
“Para aplicar medidas de manejo y evaluar las eficiencias de esas medidas, se necesitan recursos económicos, capacitación de los recursos humanos, equipamientos, combustible, infraestructura”, explicó.
Luego añadió: “También se necesita que funcione el sistema de puertos de fiscalización y que se controle y evalúe ese sistema. Hay una cantidad de asignaturas pendientes que conforman una lista muy extensa en el tema de manejo pesquero, por una parte, y, por otra, en el mejoramiento de la calidad de vida de los pescadores artesanales que siguen siendo uno de los sectores más postergados en la vida social de nuestra provincia”.
“Ese sector es uno de los que mayores necesidades tiene en cuanto a capacitación, educación, salud, vivienda y equipamiento. Porque no se puede sacar de un estado de postergación a este sector si no se le brinda capacitación, equipamiento y herramientas para que sea el mismo sector de los pescadores artesanales quienes sean los dueños y beneficiarios del uso de sus propios recursos. Un recurso que les corresponde por ser los usuarios originales del mismo”, concluyó.
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