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jueves, 8 de noviembre de 2012

El Gobierno de Santa Fe quiere reestructurar la policía en unidades más chicas


El Gobernador Antonio Bonfatti anticipó que trabajan en un proyecto para reformular la estructura de la fuerza de seguridad. “Una organización de 18 mil personas es inmanejable”, argumentó. Y añadió que la corrupción policial es un problema grave, pero que surge de la propia sociedad.

El Gobierno de Santa Fe quiere reestructurar la policía en unidades más chicas

—Gobernador, ¿como quedó la discusión sobre el cuadro de situación de la seguridad en la provincia, tras la liberación del ex comisario Hugo Tognoli (cuyos supuestos vínculos con el narcotráfico siguen siendo investigados por la justicia federal en Rosario)?


—Es que todos se han quedado con el caso de una persona, que ha sido investigada y está siendo juzgada por la justicia, y no se analiza el conjunto de las acciones, que no significa para nosotros un antes y un después de Tognoli. Porque nosotros ya tenemos un proyecto y un plan que comenzó cuando dijimos “las fuerzas de seguridad tienen que ser consideradas para poder exigirles”, y lo acompañamos con toda una dotación de recursos, la capacitación de dos años en el instituto, el 911, las cámaras de seguridad que pronto van a estar en funcionamiento, y un cambio hacia el interior de la estructura, que tiene que ver con una cultura de décadas, y tal vez de una centuria, que tampoco se hace de un día para el otro.

—¿Cómo se hace este cambio estructural?

—A ninguna organización uno la transforma por un decreto o por una ley, porque enfrente hay personas. por lo tanto los cambios tienen que ser graduales, y nuestra pretensión es un control estricto y absoluto desde la autoridad política; la Policía no se puede manejar en forma autónoma. Nosotros hoy estamos controlando el tema de los recursos humanos, de los recursos económicos -que antes eran manejados por la Policía-, el control del combustible también va a ser aplicado, ya tenemos ahorros considerables. Y después, una organización de 18 mil personas no existe en el mundo. No hay ni una fábrica, ni una empresa con 18 mil hombres. Es inmanejable; pero no porque sea la Policía, sino por el volumen. por eso estamos planteando, y vamos a definir en los próximos días -estamos trabajando con el ministro Lamberto y todos sus colaboradores- cómo hacemos unidades más pequeñas, más fáciles de abordar. Y obviamente, con un control estricto desde la Secretaría de Control y la Dirección de Asuntos Internos.

—¿Podría hablarse de una suerte de múltiples y distintas “policías”?

—de por sí, en las 312 comunas la policía está en unidades muy pequeñas, que son las comisarías. Creo que tanto en Rosario como en Santa Fe, que son unidades metropolitanas, tenemos que ir a una organización diferente.

—en un contexto de sospechas de connivencia de la policía con sectores del delito, ¿esto no sería multiplicar la posibilidad de casos de corrupción?

—No es lo que nos dicen los expertos en criminología y organizaciones. Si usted tiene una cúpula donde hay una manzana podrida, eso permea hacia abajo. en unidades más pequeñas, el control es más sencillo, y no hay vasos comunicantes entre unas y otras. Ahora, también quiero decir otra cosa, porque sobre la Policía se cargan muchas cuestiones negativas que, obviamente, tienen que ver con un pasado y también con el presente. Esto pasa lógicamente porque uno tiene que ser custodiado por la Policía, y ocurren hechos como los que hemos visto tres o cuatro semanas atrás en Santa Fe ciudad, con el tema de los adicionales; o con los más de 200 policías que fueron pasados a disponibilidad; o con los 22 que fueron pasados a disponibilidad de Drogas porque hay indicios de que están involucrados en cuestiones que rayan con la violación de la ley. Es decir, ponemos una gran carga sobre ellos, y está bien, porque son los que nos tienen que custodiar. Pero yo siempre digo que en toda la sociedad hay una enorme corrupción. Si hay alguien que pide dinero en una ruta por una infracción de tránsito, hay alguien que lo entrega. Esto lo vemos cotidianamente. el empresario que elude impuestos -en un país donde hay un solo caso de una persona presa por evasión de impuestos-, el contador que se presta a la jugada también es corrupto. Todos los días vemos jueces que están sospechados de cosas turbias. la Policía no viene de un repollo.

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