Las mujeres que fueron "rescatadas" en el allanamiento efectuado por Gendarmería Nacional en el cabaret Escorpio no serían víctimas del delito de trata de personas en el cual la Justicia Federal centró su investigación para ordenar el sonado operativo. Al menos así lo planteó el abogado que representa a las meretrices.
La Capital |
El abogado aseguró que ejercen su trabajo por voluntad propia y "no son explotadas sexualmente". El letrado venadense Antonio Di Benedetto además desmintió que hayan estado en situación de vulnerabilidad y bajo condiciones inhumanas, como indicaron fuentes de la investigación.
El procedimiento se efectuó el sábado 1º de septiembre en el marco de una causa por violación a la ley 26.364 de trata de personas, instruida por el Juzgado Federal Nº 4 a cargo de Marcelo Bailaque a través de la Fiscalía Federal Nº 2 cuya titular es Liliana Bettiolo. La medida también incluyó un allanamiento similar en el prostíbulo El Unicornio Azul, en Arteaga, donde fueron registradas cuatro mujeres que tampoco habrían sido hostigadas a trabajar.
Entre los dos locales fueron "rescatadas" 23 meretrices mayores de edad, 11 de ellas paraguayas, cinco dominicanas, una boliviana y seis argentinas. En ese contexto trascendió que las mujeres trabajaban bajo el accionar de una organización que se quedaba con el 60 por ciento de su recaudación siendo sometidas a la explotación sexual en condiciones de hacinamiento, aunque no probado.
Por su voluntad.Las razones que motivaron y fundamentan la investigación fueron refutadas por Di Benedetto al referir que las 19 meretrices del cabaret Escorpio trabajan por su voluntad al significarle "una fuente de ingreso". Y destacó que "viven en Melincué, donde algunas alquilan y otras están en pensión con sus familias".
"Tuvo tanta trascendencia periodística este tema —sostuvo el abogado— que resulta necesario aclarar la situación porque nunca existió trata de personas. Las mujeres aseguran que nunca estuvieron en situación de vulnerabilidad y servidumbre, que no son explotadas sexualmente y que se manejan con total libertad. Para ellas es un trabajo digno el que hacen ya que les permite generar ingresos para vivir y, en el caso de las que son extranjeras, además enviar dinero a sus familias de escasos recursos, con lo que es una versión equivocada hablar de delito de trata".
Así salió al cruce de las versiones que indican que mediante la investigación "se comprobó que los proxenetas financiaban los viajes de las mujeres que provenían de otros países, principalmente de Paraguay, lo que les generaba dependencia económica con sus sometedores".
Las brigadas de la delegación rosarina de Gendarmería llegaron a los prostíbulos de Melincué y Arteaga muñidos de órdenes de allanamiento emitidas por el juez Bailaque, quien tomó la decisión de intervenir los locales luego de una larga investigación que comenzó en diciembre de 2011 a partir de una denuncia al 0800-888-8804, que Gendarmería Nacional dispone para estos casos.
El profesional indicó que "las mujeres extranjeras tenían toda la documentación pertinente y llegaron al país por sus propios medios. Nadie las fue a buscar ni las trajo por engaño. Son chicas que trabajan por su cuenta, viven en Melincué y algunas están en un hospedaje vecino al local nocturno, por lo que en ningún caso se detectó irregularidad desde el punto de vista de la ley de migraciones".
Di Benedeto dijo haberse apersonado al momento del "espectacular" procedimiento del que recordó participaron "60 gendarmes, todos encapuchados y con armas largas que estaban con psicólogas para tratar a las chicas, que luego fueron trasladas a Rosario donde declararon que eran bien tratadas y estaban cómodas en Melincué, por lo que queda claro que no son explotadas".
El abogado explicó que "no se encontró ningún tipo de irregularidad que justifique la clausura del local, el cual cuenta con habilitación comunal y sigue trabajando normalmente".
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