Una revista local denunció los hechos cometidos entre 1984 y 1992 por un sacerdote que en esa época era prefecto del Seminario Menor de la capital entrerriana. Las víctimas fueron seminaristas de entre 12 y 14 años. El arzobispado de Paraná expresó en un comunicado su “pesar y vergüenza”.
El cura paranaense Ilarraz ya hace algunos años que no se encuentra en el Seminario, pero ahora está al frente de una parroquia en Monteros, provincia de Tucumán. |
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