En medio de un inusual operativo
de seguridad, la Presidente llegó el viernes por la tarde a Río
Gallegos por primera vez desde las acusaciones contra el gobernador
Daniel Peralta por supuesto espionaje.
La jefa de Estado arribó cerca de las 18.30 al aeropuerto de Río Gallegos, luego de haber encabezado el jueves un acto en San Juan en simultáneo a los cacerolazos en Plaza de Mayo y en otros centros urbanos.
Durante la última estadía de la Presidente en la ciudad, hace quince días, se produjo un conflicto con el gobierno de Santa Cruz a partir de que una filtración periodística revelara una falla en el Tango 01 que le impidió despegar hacia El Calafate.
El despliegue de seguridad en la terminal aérea estuvo ahora a cargo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y de los custodios de la mandataria, quienes cortaron el ingreso al predio mientras aterrizaba el avión oficial, hasta que Cristina Kirchner se retiró del lugar con destino a la casa de su hijo Máximo, algo que nunca había ocurrido.
Se trató del primer viaje de la Presidenta después que la Casa Rosada se acusara al gobernador Peralta de ordenar tareas de espionaje contra la jefa de Estado para seguir sus movimientos durante su estadía en la provincia.
A raíz de eso, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, ordenó a la policía provincial que se abstuviera de participar del operativo de seguridad presidencial, por lo que durante este viernes no estuvo presente ningún policía en el aeropuerto.
Cristina Kirchner llegó a Río Gallegos acompañada por la ministra de Desarrollo, Alicia Kirchner, el empresario Osvaldo San Felicce, quien asesora a Máximo en los negocios familiares, y el médico presidencial, Luis Buonomo.
Este viernes, antes de partir hacia el sur, la mandataria desarrolló su agenda en la quinta de Olivos donde recibió al ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, luego al ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y finalmente al secretario de Obras Públicas, José López.
Durante la última estadía de la Presidente en la ciudad, hace quince días, se produjo un conflicto con el gobierno de Santa Cruz a partir de que una filtración periodística revelara una falla en el Tango 01 que le impidió despegar hacia El Calafate.
El despliegue de seguridad en la terminal aérea estuvo ahora a cargo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y de los custodios de la mandataria, quienes cortaron el ingreso al predio mientras aterrizaba el avión oficial, hasta que Cristina Kirchner se retiró del lugar con destino a la casa de su hijo Máximo, algo que nunca había ocurrido.
Se trató del primer viaje de la Presidenta después que la Casa Rosada se acusara al gobernador Peralta de ordenar tareas de espionaje contra la jefa de Estado para seguir sus movimientos durante su estadía en la provincia.
A raíz de eso, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, ordenó a la policía provincial que se abstuviera de participar del operativo de seguridad presidencial, por lo que durante este viernes no estuvo presente ningún policía en el aeropuerto.
Cristina Kirchner llegó a Río Gallegos acompañada por la ministra de Desarrollo, Alicia Kirchner, el empresario Osvaldo San Felicce, quien asesora a Máximo en los negocios familiares, y el médico presidencial, Luis Buonomo.
Este viernes, antes de partir hacia el sur, la mandataria desarrolló su agenda en la quinta de Olivos donde recibió al ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, luego al ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y finalmente al secretario de Obras Públicas, José López.
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