Alberto Tortajada, el abogado
penalista de 71 años que fue baleado la tarde del viernes en el palier
del edificio donde tiene su estudio jurídico, evolucionaba
favorablemente tras ser operado en el Hospital de Emergencias.
La Capital |
Alberto Tortajada, el abogado penalista
de 71 años que fue baleado la tarde del viernes en el palier del
edificio donde tiene su estudio jurídico, evolucionaba ayer
favorablemente tras ser operado en el Hospital de Emergencias. En tanto,
los investigadores del episodio que sacudió las estructuras del fuero
penal rosarino, buscaban ayer alguna pista concreta que los lleve a
tratar de esclarecer un episodio que en primera instancia se presenta
bastante oscuro pero que a estas horas nadie duda que está vinculado a
su tarea profesional.
El gallego Tortajada, como se reconoce
al abogado entre sus pares, recibió tres balazos cuando ingresaba al
edificio de Montevideo 2026 en cuyo primer piso tiene su estudio
jurídico desde hace varios años. La persona que lo baleó, dijeron
fuentes allegadas a la víctima, lo había contactado por vía telefónica
varias veces durante la semana para ofrecerle un caso vinculado al
narcotráfico. "Tengo un familiar detenido por drogas y quiero que usted
lo defienda", le dijo el desconocido en esas conversaciones.
El profesional, como la mayoría de los
penalistas de la ciudad, no pidió más detalles al presunto cliente y
concretó una cita con él para el viernes a las 18 en su despacho ubicado
enfrente de los Tribunales provinciales.
Cruce de preguntas. Media
hora antes de la reunión, Tortajada se fue a tomar un café al bar de
Montevideo y Blacarce para hacer un rato de tiempo. Pero cuando se
aproximaba el momento del encuentro recibió un llamado a su celular por
lo que apuró el último sorbo y se dirigió a su estudio. En la puerta del
edificio lo estaba esperando un hombre. "¿Usted me espera a mí?",
preguntó el penalista asabiendas del nuevo cliente que debía atender. Y
el visitante le respondió con otra pregunta: "¿Usted es el doctor
Tortajada?"
Ante la coincidencia, el profesional
abrió la puerta de ingreso al edificio y antes de que la escena se
completara con su ingreso al palier, el agresor sacó una pistola calibre
22 de entre sus ropas y empezó a dispararle a mansalva y por la
espalda.
Según confiaron ayer varias fuentes,
las heridas que presenta el abogado hacen presumir que el objetivo del
agresor era dispararle a la cabeza, lo que Tortajada evitó con
movimientos instintivos de defensa. El tirador efectuó los disparos
desde una distancia que no superó los dos metros. Dos de los balazos
perforaron el brazo derecho del profesional y otro más le dio en la
espalda, a la altura del omóplato, provocándole una fractura y
alojándose en el pecho.
En la escena del crimen los pesquisas
que arribaron hallaron tres vainas servidas de una pistola calibre 22
milímetros que deberán ser peritadas. Mientras tanto, el propio
Tortajada reconoció ante sus pares que mientras caía herido al piso
"escuchó como el maleante seguía martillando el arma. Menos mal que se
le trabó porque sino lo mataba", confió un abogado allegado a El
gallego.
Hipótesis. En cuanto a
la resolución del oscuro episodio con sabor a venganza, ayer fuentes de
la causa en manos del juez de Instrucción Juan Carlos Vienna indicaron
que se está trabajando para conseguir las grabaciones de las cámaras de
vigilancias ubicadas en los Tribunales provinciales, ubicados enfrente
del estudio de Tortajada, y que podrían haber captado la llegada o la
partida del atacante del penalista.
En ese sentido, el profesional habría
dicho a sus colegas que "no reconoció al agresor cómo uno de sus
clientes" y que desconocía los motivos de semejante hecho. Sin embargo,
algunos investigadores policiales dudan de la veracidad de esas
afirmaciones y pretenden saber qué causas tenía entre sus manos el
abogado, algo que resultará de difícil resolución ante el secreto
profesional que la víctima debe respetar.
"Hoy por hoy El gallego no es un tipo
conflictivo. Está último a la hora de imaginar una persona a la que le
pudiera pasar esto", reflexionó ayer un penalista del foro local.
Causa difícil.
Finalmente, algunos allegados a Tortajada dejaron trascender ayer que el
abogado herido había asumido la defensa de un narco que estuvo preso en
una controvertida causa que derivó en el apartamiento de un alto jefe
de la ex Drogas Peligrosas de un departamento del sur provincial.
"No pienso que la cosa venga por ahí.
Los acusados recuperaron la libertad, no fue él quien avanzó
profesionalmente en la nulidad del procedimiento policial y no creo que
desde la policía se arriesguen a un atentado de esta naturaleza",
comentó ayer un abogado muy cercano a Tortajada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario