En medio de la preocupación general que se vive en el mundo Newell's porque las victorias no llegan, uno de los oasis que surgieron tras la igualdad en uno ante All Boys fue la grata aparición de Fabián Muñoz, que se despachó con un golazo en su estreno en la máxima categoría en la noche del lunes en Floresta.
En medio de la preocupación general que se vive en el mundo Newell's porque las victorias no llegan, uno de los oasis que surgieron tras la igualdad en uno ante All Boys fue la grata aparición de Fabián Muñoz, que se despachó con un golazo en lo que fue su estreno en la máxima categoría en la noche del lunes en Floresta. "Cumplí dos sueños juntos. Porque logré debutar en primera y además meter un gol", confió ayer con una sonrisa el pibe de Rufino, tras la práctica vespertina en Bella Vista.
"No podía creer que la pelota haya entrado en el ángulo. Le pegué al arco y cuando la vi adentro no sabía ni cómo festejarlo. Por suerte vinieron mis compañeros a abrazarme porque no sabía qué hacer. Todos me felicitaron. Uno siempre sueña con debutar y hacer un gol, pero no me lo imaginaba y por eso en el momento quedé sorprendido. El primer gol es muy importante por el empuje que te da para el futuro", relató Muñoz.
Claro que el pibe sabe que en el fútbol las presiones están a la orden del día, más allá de que se trate de jugadores juveniles o experimentados. "Ahora los hinchas me van a exigir más goles y voy a trabajar para seguir progresando", razonó con absoluta claridad.
El día del debut no empezó de la mejor manera para Muñoz. Amaneció con una descompostura gastrointestinal, con algunas líneas de fiebre y además no había dormido bien. Fue medicado y finalmente junto al cuerpo médico se decidió que sea de la partida. "Hubiera sido más fácil que no jugara, pero estamos en Newell's, en este fútbol argentino donde los equipos son cortos. Hay que agradecerles a los jugadores que ponen su salud para estar en la cancha. Por suerte salió todo bien e hizo el gol, pero estaba el riesgo de que sólo aguante quince minutos", explicó ayer Juan Ignacio Bóttoli, médico leproso.
Más allá de que el gol fue vistoso porque la pelota ingresó en el ángulo ante la mirada perpleja del arquero Nicolás Cambiasso, Muñoz fue claro y admitió que: "Lo importante es que la pelota entre, más allá de la forma. Me gusta probar de media distancia y por suerte se me dio el gol". Y agregó: "Nos quedó un sabor amargo porque hubiésemos querido traernos los tres puntos que es lo que necesitamos. Y sobre todo porque jugamos un buen tiempo con un hombre de más".
De cara a lo que viene, el pibe de Rufino auguró: "Uno siempre tiene la esperanza de seguir jugando, pero hay que entrenar y ganarse el puesto en la semana. Esperemos poder vencer a Olimpo (el sábado) para ganar tranquilidad".
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