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viernes, 21 de octubre de 2011

EL CASO DE LA WHISKERÍA OASIS/Procesaron a proxenetas de la costa santafesina

La víctima contó que su captor la amenazaba con meter a su bebé en un lavarropas si no hacía caso. Y para que no se fugara la llegó a esposar al respaldar de una cama. En total son cuatro las personas privadas de la libertad.

Procesaron a proxenetas de la costa santafesina

El juez de Instrucción Sexta de Santa Fe, Sergio Carraro, procesó este miércoles a los cuatro miembros del clan familiar dedicado al negocio de la prostitución en San Javier. El hecho se remonta al 19 de septiembre, cuando el papá de una joven de 19 años denunció que su hija estaba retenida en la casa de un proxeneta, que la obligaban a tener sexo por dinero y que la iban a vender en Catamarca junto con su bebé de 6 meses.

Ese mismo día la policía del Departamento San Javier -URXIV- rescató a la muchacha de la casa de Gustavo Ojeda, alias “Paco”, que fue procesado como presunto autor de los delitos de “privación ilegítima de la libertad cometida con violencia o amenazas; y promoción y facilitamiento de la prostitución de mayores de 18 años”.

Al otro día tomó intervención la Unidad Especial de Trata de Personas de provincia y se produjeron más detenciones y allanamientos.

Entre los imputados se encuentran la madre de “Paco”, Nélida Susana Pereyra de Ojeda, de 53 años; su medio hermano, Eduardo Beltrame, de 22 años y apodado “Toco”; y la novia de este último, Bárbara Guadalupe Trento, “Barbi” de 23 años. Los tres recibieron falta de mérito por la privación de la libertad, pero fueron procesados como coautores del delito de “promoción y facilitamiento de la prostitución”.

Por la gravedad de los delitos atribuidos y de acuerdo a la pena en expectativa en caso de que fueran encontrados culpables, el juez Carraro confirmó la prisión preventiva, tal como se lo solicitara el Fiscal N° 6, Rubén Díaz y ordenó el pase a manos del Servicio Penitenciario de la provincia.

Amenaza de muerte

La versión que ofreció el denunciante en sede policial fue sostenida más tarde ante la Justicia, y corroborada con los dichos de la propia víctima y las declaraciones de cada uno de los testigos. Si bien “Paco” Ojeda, de 33 años, negó los cargos en su contra, para la Justicia sobran elementos para considerarlo responsable por los hechos atribuidos por la víctima.

Del relato de la joven cautiva se desprende que dos semanas antes había decidido irse a vivir junto a Gustavo Ojeda, con quien inició una relación sentimental. “Al principio se mostraba interesado en ayudarla con su hijo”, al punto que le prometió “encontrarle un mejor trabajo donde iba a ganar más dinero”, explica el procesamiento.

Sin embargo, “de a poco fue cambiando de actitud, induciendo a la víctima a que debía trabajar en la whiskería de la madre, iniciándola en tal actividad, primero llevándola a expender bebidas y luego obligándola a mantener relaciones sexuales con clientes del lugar”.

Para la Justicia, Ojeda “la amenazaba permanentemente, le sacó su teléfono celular y documentación personal, privándola de comunicarse con familiares y personas de su entorno y controlando todo tipo de comunicaciones con personas ajenas a su actividad”. Además “la golpeaba y amenazaba de muerte tanto a ella como a su hijito”, reconoció el juez.

Ojeda “llegó a tomar a éste último de los pies y lo tiraba para abajo provocando miedo a su madre o amenazando inclusive con meter al nene adentro del lavarropas”.

Clan familiar

Si bien el trato violento era propinado sólo por Ojeda, la joven pudo ver que además estaba la madre de Gustavo, llamada Nélida, su hermano “Toco” y la mujer de éste “Barbi”, quienes formaban parte del negocio prohibido.

Nélida Pereyra era la titular de la whiskería “Oasis”, ubicada 3 km al sur de la ciudad de San Javier, al costado de la Ruta N° 1. “Barbi” era la encargada del funcionamiento del local y le explicó donde anotar las “copas” y los “pases”, lo que implica atender a clientes “manteniendo relaciones sexuales en las piezas del fondo”.

Para lograr quebrar su voluntad no solamente la amenazaba con dañar a la criatura, sino que en un primer momentos Ojeda la esposó al respaldar de la cama y en esa primera noche tuvo que atender a siete clientes. La noche del debut fue el miércoles 14 de septiembre; y la secuencia se repitió el viernes 16 y sábado 17, donde la muchacha “tuvo que atender a nueve y cinco personas” más cada día.

Ante semejante panorama, el juez Carraro sostiene que “no caben dudas que no solo el imputado Gustavo Ojeda decide relacionarse con la víctima, sino que en tal cometido es ayudado por su hermano Eduardo Beltrame y por la pareja de éste Bárbara Trento, quienes van convenciendo a la víctima desde su inicio marcando la conveniencia de iniciar una relación”.

Reclutamiento

La víctima fue especialmente seleccionada por su condición de “persona joven, sin pareja estable y con un niño de meses, con necesidades propias de sostén económico”. Según la Justicia “lo que comienza como un ofrecimiento de ayuda y afecto y que luego una vez ingresada al sistema, se torna en una actividad violenta y agresiva que debe padecer hasta finalmente tener que acceder a mantener relaciones sexuales contra su voluntad y a cambio de dinero con la promesa de mejorar su situación económica y bajo amenazas permanentes que una vez iniciado en ello ya no puede salirse de la actividad fácilmente”.

Sin documentos

Durante el allanamiento realizado en la casa de ‘Paco’ Ojeda, de calle Intendente Bode al 1000 de San Javier, la policía secuestró desde el techo de uno de los dormitorios de la vivienda una caja de zapatos donde estaban guardados y ocultos, dentro de una billetera, los documentos de identidad tanto de la víctima como los de su hijo.

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