domingo, 11 de marzo de 2012

NAC. La Presidenta mantiene distancia de Boudou, que enfrenta prácticamente solo un inminente pedido de juicio político. El recuerdo de su anterior compañero.

La Presidenta mantiene distancia de Boudou, que enfrenta prácticamente solo un inminente pedido de juicio político. El recuerdo de su anterior compañero.

 La presidenta Cristina Fernández de Kirchner parece no tener suerte con la elección de sus vicepresidentes. Tras su histórica pelea con Julio Cobos por su “voto no positivo” durante el debate de las retenciones al campo, decidió con cuidado que sería Amado Boudou quien la secundaría, a pesar de la resistencia de su entorno a la figura del ex UCeDé, y hasta se encargó de ponerle límites durante su ausencia por su operación de tiroides. Pero ahora, a pocos meses de asumir su segundo mandato, su actual vice vuelve a ponerla en aprietos, esta vez con el escándalo del caso Ciccone. Y ella, lejos de salir a respaldarlo, mantiene silencio, al igual que todo el resto del gabinete.
Es que, si bien Boudou se ocupó casi solo a desmentir su relación con Ciccone, está lejos de haber despejado las dudas sobre su relación con Alejandro Vandenbroele, su supuesto testaferro, y socio fe Ciccone Calcográfica. De momento, el único que lo defendió dentro de las arcas del kirchnerismo fue el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, por pedido de la Presidenta. La mandataria y su equipo entendieron que la defensa del vice era débil y la podía arrastrar.
Ahora Boudou enfrenta también un pedido de juicio político que la oposición presentará el lunes en el Congreso, por entender que el habría tenido conductas “incompatibles” con la de su función pública.
El fantasma de "Cleto". Cobos también padeció esos vacíos dentro del gobierno, luego de su “traición”, y hasta enfrentó una denuncia penal por "violación a los deberes de funcionario público" y un pedido de juicio político que le presentó Hebe de Bonafini, titular de Madres de Plaza de Mayo. Ninguna de las dos prosperó, pero el radical se mantuvo siempre en el banquillo del acusado.
Para evitar este tipo de problemas con compañero de fórmula, apenas comenzó su mandato, la mandataria y sus funcionarios se encargaron de "marcar" ciertas pautas a Boudou, quien incluso debió gobernar durante la licencia médica de Cristina desde el Banco Nación y no desde la Casa Rosada.
Se dice que el mismo Boudou sabía sus conversaciones eran grabadas, y lo comprobó cuando la propia Cristina lo acusó de "concheto", devolviendo la gentileza sobre un comentario que el ex ministro de Economía habria hecho sobre el estilo de su socia en el Ejecutivo. Sabía también de la desconfianza que genera en Máximo Kirchner, que también desconfía de él.
Ahora, en medio del escándalo que lo pone sobre el tapete, todos guardan silencio. Hay quienes dicen en voz baja que su figura política recuerda a la de Cobos, aunque nadie apuesta a que el nuevo vice se atreva a tanto.

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