lunes, 12 de marzo de 2012

Más que una Perla, el Tate tuvo dos Joyas frente a La Crema

Unión cortó una racha de ocho partidos sin victorias tras derrotar a Atlético de Rafaela por 2 a 0. Diego Jara y Pablo Magnín, ambos de cabeza, marcaron los tantos. Así, el Tate pudo salir de la Promoción. Mirá los goles del partido.

Unión ganó en Rafaela un partido de seis puntos en la lucha por el descenso.


El camino que abrió Unión luego del empate en el clásico santafesino, remontando un 2-0, sigue en construcción. Ayer, el Tate entró a jugar con Atlético de Rafaela estando en descenso directo y, después de concretar su primera victoria en el certamen por 2 a 0, salió fuera de todo. Ni Promoción ni descenso.

Sin Paulo Rosales ni Jerónimo Barrales, los santafesinos jugaron en la Perla del Oeste un encuentro clave pensando en la permanencia. La Crema, rival directo, llegaba de dos derrotas al hilo y Unión supo aprovecharse de esta situación. Tras un buen primer tiempo, llegó el gol a los 40’ de la mano (o de la cabeza) de Diego Jara. Segundo tanto con la casaca Tatengue, segundo por la azotea. En el complemento, Pablo Magnín (ST 11’) liquidó el pleito y, para no desentonar, fue con un muy buen cabezazo.

Llegó tarde, pero más vale que nunca lo haga. Después de cinco minutos de dominio celeste, el Tate se adueñó del juego y fue ganando terreno. Velázquez fue importante por izquierda, ganándole la espalda a Serrano, Donnet hizo un trabajo claro en el medio y arriba la sociedad Jara-Magnín se la arregló para complicar a la defensa local.

El buen funcionamiento de Unión, además del dominio territorial y de pelota, se manifestó en las situaciones de gol y, finalmente, en el tanto de la Joya. A los 4’, Velázquez habilitó a Jara, que decidió definir al cuerpo del arquero local en vez de cederle el gol a Magnín, que entraba por derecha.

Cuando corrían los 10’, Jara metió un centro bajo para Velázquez, pero el Negro remató débil a las manos de Sara. Sobre los 28’, otra aproximación. Centro alto para el Memo, que picó en diagonal y peinó el balón, que terminó durmiendo en el techo del arco.

Además de las chances generadas, Unión tuvo dos jugadas dudosas dentro del área. En una, al Negro Velázquez lo tomaron y la sensación que quedó fue de falta, obviada por Pezzotta. En la otra, a Montero lo bajó Sara pero el línea Bonfa había sancionado un erróneo fuera de juego. Sin embargo, el elenco de Frank Kudelka tuvo su merecido premio. Centro de Erramuspe para que la Joya vuelva a poner la cabeza, como en el clásico, y rompa el cero.

También sufrieron los de la Avenida y fue por distracciones propias. A los 6’ nadie marcó a Filomeno, que disparó desviado estando solo. En la última de la primera mitad, Avendaño salió mal y le dejó el gol a Gandín. El tiro del Chipi se dirigió lento al segundo palo, dio en el poste y salió, ante la custodia de Cárdenas.

Usó la cabeza
Con la tranquilidad de la ventaja, Unión salió al complemento con la clara intención de plantarse bien en defensa y salir de contra en búsqueda del segundo. Si bien sufrió en el arranque, cuando Niz se erró un gol casi hecho, pudo controlar muy bien al dueño de casa.

Del otro lado, Carlos Trullet apostó por jugar con tres en el fondo y metió más jugadores de características ofensivas. La intención fue buena, pero no así lo que sucedió dentro de la cancha. Parte por la incapacidad del elenco rafaelino para encontrar espacios y parte por la gran tarea que realizó Unión en el sector defensivo, complementado por una gran labor del mediocampo.

El gol de Magnín a los 11’, tras una pared con Montero que, con un guante, se la puso en la cabeza para el segundo, trajo más tranquilidad para Unión. Y más desesperación para la Crema que está en medio de una crisis y tiene a su entrenador en la cuerda floja.

El Tate ratificó el punto que sumó en el 15 de Abril y ganó un duelo que vale seis puntos. Tras arrancar abajo de Atlético de Rafaela en la sumatoria general, pudo pasarlo y tomó aire para trabajar con más tranquilidad. La defensa, de la mano de Avendaño, lo hecho por Montero y Velázquez en el medio, más la contundencia en ofensiva, hicieron que el Tate vuelva a sonreír y demuestre que dos Joyas pesan más que una Perla.

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