viernes, 16 de diciembre de 2011

LERCHE: "NO ME BAJONEÉ, PERO ME DOLIERON LOS INSULTOS"

El presidente de Colón habló de por qué mantuvo a Sciacqua contra viento y marea, confirmó el interés por Bertoglio, la continuidad de Fuertes y el casi seguro arreglo con Prediger. Dijo que Chevantón le pidió un premio por llegar a 15 goles en un torneo.

LERCHE:

Aquella frase de Diego Pozo, cuando en Mendoza dijo que “es muy loco analizar a este Colón”, es la que mejor refleja este final de torneo muy difícil de evaluar. El hincha dice que “no se jugó a nada” o que “la campaña fue de regular a mala”, y la pregunta que uno se hace es: ¿puede un equipo que “no juega a nada”, salir segundo?, ¿se puede catalogar de regular a mala una campaña de 31 puntos? Es posible que haber perdido el clásico, sumado a otras cuestiones extrafutbolísticas como lo de la Virgen, haya condicionado negativamente la opinión del hincha. Pero Colón terminó en la misma posición que, anteriormente, sólo dos equipos lo habían logrado: el de Ferraro en 1997 y el de Piazza en 2000. De todo lo que pasó y lo que vendrá, habla Germán Lerche.

—¿A vos te cuesta analizar a Colón como dicen los mismos jugadores?

—¿Lo decís por la campaña y por el cierre de año?

—Claro...

—A veces uno imagina cosas que no se dan o se dan cosas que uno no imagina. Yo estaba convencido de que al año lo íbamos a terminar bien porque soy un tipo que siempre construye desde el optimismo. Lo que sí te puedo confesar es que me cuesta disfrutar y creo que es algo que le pasa a los dirigentes en general. Por el propio trajín que tenemos, se nos hace complicado disfrutar estos momentos. Pero me siento bien y no sólo es por el segundo puesto y los 31 puntos.

—¿Por el club en general?

—Por la consolidación de Sciacqua, por el posicionamiento y crecimiento de los chicos de inferiores y por lo que nos está pasando a nivel institucional.

—Entonces, el balance es positivo...

—Justamente estaba observando unas estadísticas que tenemos en el club y llego a estas conclusiones: estamos en el grupo de los subcampeones del fútbol argentino, como visitantes fuimos segundos junto con Boca y debajo de Belgrano, pero en la tabla de los locales estamos duodécimos. Ése fue nuestro déficit, el de no ser más fuertes de local. No pudimos ganar dos o tres partidos más en nuestra cancha, lo cual nos habría dejado en una situación muy mejorada a la que tenemos. Y si hacemos la prolongación en todo el 2011, el Clausura fue todavía peor. Y reconozco que el clásico es un karma que duele mucho.

—¿La pasaste mal?

—Duele cuando te putean... Y duele porque ese día con Estudiantes me putearon a mí por traer a Chevantón, que terminó haciendo dos goles en el último partido que fueron maravillosos y la gente lo ovacionó. los estados de ánimo se modifican de límite a límite con los resultados. No quiero pedirle a la gente que me puteó que venga ahora a reconocer que se equivocó, pero se hizo en el contexto de un torneo en el que sacamos 31 puntos. Pero en general, soy un tipo que no se amarga ni se bajonea con las malas noticias.

—¿Y qué fue lo mejor que te pasó?

—Que juegue Argentina dos veces en nuestra cancha en la Copa América, que se note el trabajo de inferiores a través, por ejemplo, de lo que hace el pibe Luque, que hoy tengamos 11.000 chicos perteneciendo a Colón, inclusive con el problema de tener que buscar un club en el cual podamos descargar jugadores porque estamos dejando libres a chicos que tienen condiciones pero que hay otros que andan mejor. Éstos son los desafíos del crecimiento... El hotel hace que el club luzca en el contexto nacional... ¿Sabés qué me hace muy feliz?

—¿Qué cosa?

—Que hayan habido inversores que confiaron en esta dirigencia para poner dinero para el hotel, porque es difícil creer en la dirigencia del fútbol por los vaivenes que tiene este deporte en la Argentina y porque somos criticables, pero ellos creyeron. Y otra de las cosas que me pone muy bien, es que Colón va a jugar tres torneos el año que viene, porque la clasificación para la Sudamericana es casi un hecho, y que tenemos plantel para afrontar esos tres campeonatos: el local, la Sudamericana y la Copa Argentina.

—¿Te preocupaste cuando se fue Gamboa y los resultados tampoco se le daban a Sciacqua?


—Arranqué preocupado y hasta jugando al ajedrez, porque miraba bastante la tabla de promedios. Colón hoy está consolidado en un fútbol argentino donde River, Central, Quilmes, Gimnasia de La Plata y Huracán están en la B y donde Newell’s y San Lorenzo tienen muchísimas complicaciones para mantenerse en Primera.

—¿Es tan cierto lo que dice Sciacqua respecto de que te mantuviste muy firme siempre para bancarlo?, ¿flaqueaste en algún momento?

—Sciacqua iba al predio a las 8 de la mañana y se quedaba hasta las 10 de la noche cuando estaba abajo. Entonces, yo pensaba: ¿cómo puede ser que un tipo laburador así no triunfe? Siempre soñé con gente comprometida en serio y Sciacqua lo es. A Colón vinieron técnicos de renombre que no pudieron hacer la campaña que hizo Mario, porque los nombres no garantizan nada y eso es lo que todos debemos entender. Que tenemos que jugar mejor, es cierto, porque uno ve cómo juega la Universidad de Chile, por ejemplo, y se pregunta por qué en el fútbol argentino no se juega de esa manera. Pero Mario ha trabajado mucho, muchísimo diría yo, y ha recogido los frutos. a mí me dio mucha bronca cuando miraba a esos pocos de la platea oeste que lo insultaban.

—¿Creés que esos insultos a Sciacqua y a vos, se deben a una reacción espontánea de la gente o a algo que tenga que ver con un club politizado?

—Hay de todo un poco... Gente malintencionada hay en todos lados, pero no puedo detenerme en ellos ni preocuparme, sino preocuparme por el club. No me pongo en el plano de discusión de los mezquinos y sí de los grandes. Pierdo tiempo con los mezquinos o malintencionados.

—¿Prediger jugará en Colón?

—Tenemos todo arreglado con él para que siga tres años y está faltando que el Porto nos mande la documentación. Creemos que todo resultará favorablemente porque hay ganas de las dos partes.

—¿Te interesa Bertoglio?

—Hablé con Facundo, tuvo un par de lesiones que se le hicieron prolongadas en su recuperación, le planteé que venga seis meses con nosotros, ahora está bien y terminó el año jugando. Quedamos en seguir conversando, me dijo que hablará con el técnico y que si le dan permiso, a él también le gustaría volver. Y si no, que juegue Mugni, que para mí es un jugador diferente y haciéndolo de enganche puede llegar a darnos muchas satisfacciones.

—¿Es factible pensar que si no es Bertoglio, Colón puede no traer a ningún jugador?

—Es muy factible, porque tenemos una plantilla de 35 profesionales y está la apertura de un libro de pases “cerrado”, por más que parezca una paradoja. El fútbol empieza y termina a mitad de año y es muy complicado traer jugadores a esta altura. Además, en Colón, gracias a Dios, lo que abundan son los enganches y los delanteros. Si traigo jugadores seguiré tapando, por ejemplo, al crack de la sexta que en un año y chirolas tiene que estar en el plantel de Primera y debutando.

—¿En serio que no te da para disfrutar?

—No, de verdad... El trajín es muy grande y ayer, por ejemplo, tuve que venir a Buenos Aires y ya mismo me estoy pegando la vuelta porque esta noche tengo la recepción en el hotel.

—Pero tenés motivos para brindar a fin de año, imagino...

—Sí, claro, obviamente... ¿Sabés qué me pone muy contento, además de todo lo que te acabo de decir con el tema del crecimiento deportivo e institucional?... Que hace cinco años, el club tenía 6.700 socios y que hoy estamos en 23.000... Esto también me da tranquilidad y orgullo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario