Foto: Luis Cetraro
Gabriel Rossini - @taperossini
El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, aseguró que la sociedad hoy les demanda a los dirigentes que generen las acciones necesarias “para que a los argentinos nos vaya bien”, criticó la metodología del gobierno para aumentar las tarifas de los servicios públicos y dijo que el país “está pagando el costo de un cimbronazo muy fuerte porque pasamos de una especie de realismo mágico a una ortodoxia absoluta casi sin escalas”.
"El aterrizaje forzoso a esta cruda realidad está impactando muy fuerte, sobre todo en los sectores medios y en aquellos que no tienen ni la protección de los sectores más vulnerables, por ejemplo con las tarifas sociales, ni la situación holgada de otros. En este tránsito se debería advertir alguna señal de crecimiento, de desarrollo de alguno sectores de la economía porque sino la cosa se complica”, dijo respecto a su visión del país.
-Hoy se cuestiona mucho el tránsito de un extremo a otro. ¿se podría haber hecho distinto?
-Creo que si pero ya está. Mi percepción es que estamos a mitad de cruzar el río. Si nos ponemos a discutir en el medio del río si debimos haber ido por este camino u otro seguramente el río nos va a llevar puesto. Hay que terminar de cruzarlo y cuando lleguemos evaluar para no volver a cometer el mismo error. La sociedad argentina nos demanda que generemos las acciones políticas necesarias para que a los argentinos nos vaya bien. Nuestro gran problema es que, primero, buscamos saber quien tiene la culpa de lo mal que nos va y después decir que hubiésemos hecho si hubiera sido distinto. Pero estamos acá y lo que hay que hacer es evitar que esto le impacte más severamente a los sectores más vulnerables.
-¿Cree que el gobierno tomó nota de esta situación?
-En algunos ámbitos parecía que no, pero ahora creo que empieza a tomar conciencia por la fuerza de los hechos. Hubiese sido mejor que se tomara conciencia antes de que estas cosas sucedan.
-La clase medida es la más afectada por las medidas del gobierno nacional y tiene formas de manifestar su descontento distinto que los sectores más vulnerables. ¿Cree que el gobierno también tomó nota de esto?
-Espero que haya sucedido y yo estoy dispuesto a colaborar en todo lo posible porque esto no es una cuestión política sino social y necesitamos que a la sociedad argentina le vaya bien. No se trata de defender a un gobierno sino a la gente. En la medida que la defensa de la gente pueda modificar algunas decisiones políticas que a nuestro juicio son desacertadas y llevarlas por el camino correcto nos va a ir muy bien.
-Este año parece perdido para la economía. ¿Cree que el año que viene puede cambiar el panorama?
-Espero que si. el proceso inflacionario tiende a ralentizarse por la propia caída de la actividad y otras situaciones. Probablemente este año no tengamos los parámetros de déficit fiscal que estaban previstos y termine siendo más alto porque me parece que no se tenía una acabada radiografía de que pasaba en el país. Tengo expectativas de que la ley de blanqueo permita que se aceleren algunos procesos de inversión y estamos trabajando para que esa inversión tenga que ver con la actividad productiva y no sea solo financiera. En la medida en que el país pueda mejorar la logística, el transporte, la energía, y sobre todo la capacidad de acceso al financiamiento de los sectores industriales y empresarios habrá mayor actividad, de lo contrario vamos a tener problemas.
-Me ha respondido varias preguntas con “espero que”, como si todo se tratara de una cuestión de fe.
-Es casi una cuestión de fe. Creo que la mayoría de los argentinos pensamos igual. Lo que queremos es que nos vaya bien y vamos a hacer todo lo necesario para que así sea aunque a veces no se vea mucho la luz al final del túnel, tenemos que empujar todos por el mismo lado.
-¿Cree que hay posibilidades de recrear las condiciones para que vuelvan a invertir en el país?
-Están dadas las condiciones. a veces las marchas y contramarchas ralentizan el proceso. Esta especie de entuerto vinculado a las tarifas de los servicios públicos terminaron generando una retracción. Creo que todos, en primer lugar el gobierno, tenemos que trabajar para bajar los decibeles y para que el péndulo argentino deje de ir de una punta a la otra. Creo que hay gran parte de la Argentina que piensa así y una gran parte de los dirigentes que trabajan en ese sentido. Otros no.
-¿Quienes?
-Aquellos sectores que están más lejos de escuchar a la gente. La sociedad argentina está planteando que ya pasó el momento de la discusión y de la cosa disruptiva. Hay una lógica de construcción política que está atada a la contradicción y otra atada a los consensos. Lo que está pidiendo la gente es privilegiar consensos e ir avanzando lo más posible.
-Durante la campaña electoral los principales temas fueron la inseguridad, infraestructura, la salida del cepo ¿se mejoró en estos aspectos?
-Del cepo se salió de una manera razonable. se generó una devaluación del 40 por ciento, pero eran los niveles que todos sabíamos que costaba efectivamente el dólar. Respecto a lo que yo planteaba como un sendero de sinceramiento de los servicios públicos, la cosa no salió bien. Y sobre la cuestión de la inseguridad, me parece que estamos en una especie de impasse, con el acento puesto en tratar de ordenar el desbarajuste importante que había. Hay marchas y contramarchas, avances y retrocesos, como siempre pasa. Para mí hay que acelerar los procesos. En Salta avanzamos con el nuevo código procesal penal, modificamos el sistema de administración policial, cambiamos el sistema de coordinación operativa y generamos una fuerte lucha contra el microtráfico de drogas. Todavía no hay una acción muy mensurable a nivel de trabajo articulado entre nación y provincia.
-¿Que va a pasar con el peronismo?
-Si yo supiera, sería mucho mejor para los argentinos. Mi mirada es que el peronismo viene de una derrota muy fuerte. a mi juicio lo que hay que hacer es elaborar el duelo. Pretender saltearnoslo al final del camino nos va a generar más daño. Hay reconstruir el peronismo de abajo para arriba y no al revés. Tenemos una gran oportunidad. el año que viene hay elecciones, hay que empezar a generar esos nuevos liderazgos que nos permita en 2019 tener dirigentes validados desde la sociedad.
-Hay dirigentes que fueron validados en las elecciones como su caso, Massa, de la Sota, Omar Perotti en el peronismo del siglo XXI. Hay liderazgos importantes.
-Hasta ahora cada uno están localizados geográficamente. Lo que hay que hacer es validarlos a nivel de cada una de las provincias y luego arribar a los niveles de consenso que nos permita ser competitivos.
-¿La reconstrucción incluye al kirchnerismo?
-Creo que no debe excluir a nadie. Pero claramente debe incluir a aquellos que se sientan parte de un proceso colectivo porque la lógica mesiánica termina arruinandolo.
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