La interpelación de diputados al ministro de Energía, Juan José Aranguren, no estuvo exenta de calientes cruces entre los legisladores y el funcionario nacional.
Infobae |
La diputada Graciela Camaño, del interbloque federal Unidos por una Nueva Argentina (UNA), le formuló varias preguntas a Aranguren, de quien alertó incompatibilidades en su función pública por haber sido CEO de Shell, al tomar determinaciones sobre el precio del petróleo. Tras esa pregunta, Aranguren insistió en señalar que no puede "tomar ninguna decisión en particular por la empresa" que lo empleó, ni él "ni ningún funcionario" del Gobierno, y al respecto sostuvo que "en todo caso la Justicia decidirá" si hay incompatibilidad, porque "hay una causa penal en la materia".
"No hemos incumplido con ningún trámite legal por fijar estos precios en boca de pozo. Si fuera así, usted tiene la potestad de discutir esto en la Justicia", afirmó Aranguren, y agregó: "No le estoy pagando nada a ninguna petrolera". Anteriormente, Camaño había sido dura con el ministro: "No nos tome por pavotes. Hay mil maneras de que usted participe y tenga que participar en esto (aumento del precio del petróleo)", dijo. La diputada massista también acusó al ministro de incurrir en el delito de "incumplimiento de los deberes de funcionario público" y se despachó: "Con el país no pueden hacer lo que se les cante".
Sin embargo, ese no fue el único intercambio caliente protagonizado por Graciela Camaño, quien también se cruzó con el diputado de la UCR, Mario Negri. Cuando la diputaba preguntaba por el transporte del gas, el legislador la interrumpió para corregirla, a lo cual Camaño respondió tajante: "¡Y qué va a ser, amigo Negri, eso pasa por ser oficialismo! Cuando éramos los dos oposición nos divertíamos más". Sin amdrentarse, Camaño volvió a la carga y disparó: "Está bien que ustedes tomen decisiones políticas. Pero hay un mínimo de legalidad que tienen que cumplir, muchachos. No jodan".
En medio de una tensa audiencia, el presidente del bloque del Frente para la Victoria, Héctor Recalde, se cruzó con Eduardo Amadeo cuando el legislador kirchnerista leía la carta que envió Julio De Vido en la que explicaba su ausencia en la audiencia. "Amadeo, te escuché, te escuché y te voy a contestar, pero no ahora", lanzó Recalde dando lugar a la primera interrupción de la jornada. Si bien el episodio no pasó a mayores, el presidente de la sesión, el oficialista Luciano Laspina, debió intervenir para calmar los ánimos en la sesión.
El ministro remarcó que en los últimos 12 años Argentina "pasó de tener energía abundante y barata, a escasa, cara". Según explicó, "el sector representaba un gran desorden, con alta discrecionalidad". Aseguró que había "distorsión de precios y falta de capacidad de generación de energía", entre otros problemas.
En su denuncia de lo que denominó una "grave herencia" del sector, apuntó que hubo un "crecimiento récord de la demanda que no pudo ser acompañado por la oferta a pesar del nivel de inversión estatal que se produjo".
Apoyado en gráficos que se mostraron a los diputados -algunos de los cuales portaban carteles contra sus medidas-, detalló la situación en cuando a la generación de energía eléctrica, el gas natural y se refirió a los vaivenes del precio del petróleo y su impacto. Dijo que los "precios artificiales" afectaron las inversiones necesarias y que durante años se aplicaron subsidios para sectores pudientes y se castigó a los más postergados.
"Nuestro país es el segundo en reservas de petróleo y gas no convencional en el mundo seguimos dependiendo de energía externa", lamentó.
La adecuación ha sido gradual
Aranguren dijo que la "adecuación" de los precios de los servicios "ha sido gradual". Precisó que la "recomposición permite recuperar el 30%" del costo, mientras que el restante siguen siendo subsidiado. "Para los que hablan de que esto es un shock o un tarifazo", remató.
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