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viernes, 22 de julio de 2016

Se tensa aún más la relación Nueva embestida de Macri contra el gobernador de Santa Fe

El presidente dijo ayer que a los socialistas “tal vez les quedó el chip de su relación con el kirchnerismo”. Esta vez, el mandatario provincial prefirió no responder.

Foto: Agencia EFE

Ivana Fux
ifux@ellitoral.com

No hubo pregunta capciosa ni sacada de contexto ni un día con demasiado estrés. Mauricio Macri no sólo dijo lo que quiso decir hace 48 horas sobre Miguel Lifschitz, sino que lo reiteró ayer. El miércoles, el presidente de la Nación sacudió el tablero político afirmando que el gobernador de Santa Fe era el que menos “vocación” tenía para trabajar en equipo, y el que menos cooperaba. Entonces, el socialismo cerró filas para defender la figura del mandatario; el radicalismo hizo equilibrio y el PRO enrostró al gobierno provincial que la reacción presidencial era a raíz del “doble discurso permanente” de Lifschitz que “critica” en Santa Fe, y “se va en elogios” cuando llega a la Casa Rosada.

Lifschitz se defendió; dijo que las acusaciones de Macri estaban “fuera de la realidad”, que tiene “asistencia perfecta” a las convocatorias presidenciales, que es un “hombre de diálogo”, pero que no se callará si las políticas nacionales afectan a Santa Fe. “Si las importaciones dejan gente sin laburo en la provincia, yo lo voy a decir”, bramó.

Capítulo II

Lifschitz pensó que formulada la declaración y generadas las repercusiones, el capítulo se cerraba. De hecho, decidió no volver a hacer intervenciones mediáticas y apostar así al “fin de la historia”. Pero ayer, en una nueva entrevista (esta vez con la FM Radiofónica de la ciudad de Rosario), Macri volvió a apuntar a su gestión. 

“Lo que dije del gobierno de la provincia de Santa Fe es que en lugar de querer trabajar en equipo, lo único que escucho cuando habla algún responsable del gobierno (provincial) es que todas las cosas que les pasan y que tienen que ver con su gestión, hasta un camino rural, es responsabilidad de la Nación. Por ahí -chicaneó-, se quedaron con el chip de su relación con el kirchnerismo; el gobernador (Lifschitz) es de los que más le cuesta trabajar en equipo. Es una dura realidad que creo tiene que ver con la forma de ver la política que tiene el socialismo”, planteó.

“En la política -siguió diciendo Macri-, cada uno defiende sus ideas y la gente elige, pero al día siguiente hay que trabajar todos juntos porque la gente quiere vivir mejor y no le importa si el gobernador es de un signo, el intendente de otro y el presidente de otro”.

Macri enumeró las obras que se prometieron ejecutar en Santa Fe, y apostó “a que las cosas mejoren y que el socialismo tenga una actitud de compartir la responsabilidad y trabajar en equipo”.

Silencio

Por el momento, el gobernador mantuvo silencio. Ayer, antes de conocer la segunda embestida presidencial, había instado a superar el esquema binario de “buenos y malos” instaurado por el kirchnerismo.

“Venimos de muchos años en los que se ha intentado separar al país entre los buenos, si estaban en el gobierno; y los malos, que éramos los que pensábamos distinto. Sería malo que se repita ahora. No me considero un opositor aguerrido, me interesa que le vaya bien (al gobierno nacional) pero tengo que defender a los santafesinos”, concluyó.

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