Más ancianos. El proceso de envejecimiento avanza en forma constante durante las últimas décadas y esto se refleja en el Censo 2010. Los mayores de 65 años ya alcanzan el 10,2% de la población argentina. Foto: Archivo El Litoral
Agustina Mai
amai@ellitoral.com
Al menos 36 resultados arroja una búsqueda en Internet de geriátricos en la ciudad de Santa Fe. Pero sólo 24 están habilitados por el Ministerio de Salud de la provincia y 12 cuentan con el correspondiente permiso municipal para funcionar. Por eso, a la hora de elegir una institución para internar a un ser querido, es fundamental exigir las autorizaciones correspondientes.
En el departamento La Capital existen 22 geriátricos y 13 hostales de larga estadía para adultos mayores (holepam), con un total de 719 y 153 camas respectivamente, habilitados por la cartera sanitaria provincial. De ese total, 15 geriátricos y 9 holepam se encuentran en la ciudad de Santa Fe, 2 geriátricos y 3 holepam, en Santo Tomé y el resto, en otras ciudades de la región: San José del Rincón, Recreo, Llambí Campbell, Ángel Gallardo y Emilia. Estas cifras aumentaron un 15 % en el último año, según registros del Ministerio de Salud de la provincia.
Pero además del permiso de Salud, en la ciudad estas instituciones necesitan la habilitación municipal que se rige por dos ordenanzas: la N° 9.378 (1991) y la 12.056 (2013). “Nosotros las habilitamos en tanto instituciones de salud; el municipio los habilita como comercios”, precisó Jorge Prieto, director general de Auditoría Médica, la dependencia encargada de habilitar y controlar estas instituciones, dependiente del Ministerio de Salud.
De las 24 instituciones autorizadas por la cartera sanitaria en la ciudad de Santa Fe, sólo 8 cuentan con el correspondiente permiso municipal. Por fuera del listado provincial, otras 4 instituciones fueron habilitadas por el municipio y una está en proceso.
Geriátricos, hostales y hogares
“La modalidad con marco legal, bajo la cual se habilitan para funcionar a establecimientos que asisten al adulto mayor, constituyen las figuras de geriátricos, hostales, hogares y centro de día. Lo primero que hay que diferenciar es un geriátrico de un hogar. Las personas autoválidas están en hogares del adulto mayor, que dependen del Ministerio de Desarrollo Social. Desde Salud, habilitamos los geriátricos y los hostales de larga estadía de adultos mayores (holepam), que constituyen una figura intermedia entre el geriátrico y el hogar”, explicó Pietro.
Los geriátricos están destinados a mayores de 60 años -dependientes, semidependientes o autoválidos-, que requieren asistencia -continua o parcial- para las tareas de la vida diaria (alimentación, higiene, vestido, etc.).
Por su parte, los holepam hospedan a pacientes en riesgo psicosocial, vulnerables, que no pueden vivir solos o convivir con un grupo familiar y requieren de esta estructura para una mejor inserción social. Estos hostales admiten hasta el 30 % de menores de 60 años y un 20 % de ancianos dependientes.
La tercera categoría corresponde a los centros de día para la tercera edad, donde los ancianos no son internados, sino que pasan parte de la jornada y realizan actividades para conservar sus capacidades y prevenir su deterioro.
Por fuera del alcance del Ministerio de Salud, las personas que pueden valerse por sí mismas, pero que no tienen dónde vivir recurren a los hogares, residencias que no están comprendidas en la ley provincial 9.847 y que son habilitadas por la Dirección Provincial del Adulto Mayor.
Las habilitaciones del Ministerio de Salud tienen vigencia por cinco años. Durante ese lapso, se realizan auditorías cada dos o tres años, pero las instituciones tienen la obligación de informar cualquier modificación que realicen, la cual debe ser auditada. La cartera sanitaria también realiza controles ante denuncias por maltrato por parte de familiares o del propio personal.
Consultado acerca de cuántas denuncias recibieron en los últimos años, Prieto no pudo precisar la cifra, ya que los datos no están centralizados, sino que debe revisarse el expediente de cada institución para verificar si cuentan con denuncias. La única penalidad que puede imponer el Estado es la clausura administrativa.
Durante 2015 y enero y febrero de 2016, el Ministerio de Salud de la provincia concretó 60 auditorías para relevar establecimientos que solicitaron habilitación, renovación o informaron cumplimientos de requisitos pendientes y auditorías de funcionamientos generales, donde se controlan los recursos humanos, condiciones de habitabilidad e higiene, ambiente social, historias clínicas, estados de salud general y alimentación, entre otros.
Cobertura de Pami
Pami brinda la internación geriátrica con una cobertura total a los afiliados que reúnen determinados requisitos. “Si la persona está consciente y lúcida debe expresar su decisión de internarse. Además se realiza una evaluación socioeconómica para determinar si el grupo familiar efectivamente carece de los recursos para pagar una internación en forma particular. Estos dos criterios son excluyentes. En tercer lugar se evalúa el estado de salud del afiliado para establecer cuál es el mejor geriátrico en base a sus necesidades y el grado de dependencia”, explicó Valeria Preti, coordinadora de Prestaciones Sociales de la delegación local de Pami.
— ¿Qué necesidades plantean los familiares o afiliados que solicitan una internación geriátrica?
— Hay dos extremos: hay gente que se quiere sacar de encima al adulto mayor y cree que el geriátrico le va a resolver todos los problemas; y hay quienes se atormentan con la culpa de abandonar a una persona que en algún momento cuidó de ellos, como lo es un padre o un abuelo. Acá tratamos de explicarles que hay que sacarse ese fantasma de que el geriátrico es lo peor del mundo, así como también les planteamos otras alternativas que ofrece Pami, como subsidio por alquiler o para contratar una persona que lo cuide, internación domiciliaria, talleres de integración o socialización, respondió Preti.
Actualmente unos 150 afiliados de Pami de la ciudad cuentan con internación geriátrica, pero la demanda es mayor. “Siempre hay lista de espera porque no damos abasto. Estamos buscando más prestadores para tener más oferta, pero como nuestras exigencias son superiores a las que pide provincia, no todos los geriátricos habilitados cumplen con nuestros requisitos”, agregó.
En Santa Fe y zona de influencia, Pami tiene convenio con tres geriátricos —Longevity, San Pablo y Santo Domingo, los tres habilitados por el Ministerio de Salud de la provincia— y con dos psicogeriátricos en Recreo y Maciel para los pacientes con patologías psiquiátricas. Estos lugares son auditados por profesionales de la obra social nacional al menos tres veces al año. A lo que se suma alguna visita excepcional ante el reclamo o queja de familiares o afiliados.
—¿En estos controles detectaron falencias?
— Sí. Cuando los incumplimientos no ponen en riesgo la vida de las personas, se aplican medidas intermedias. Pero si las falencias son graves, se le da de baja como prestador. Hemos tenido casos en los que Pami suspendió el convenio porque no cumplían con nuestros requerimientos, concluyó Preti.
Recomendaciones
Para determinar el tipo de alojamiento, la familia deberá:
>>>Informarse sobre los establecimientos que cuenten con la habilitación correspondiente (Ministerio de Salud o de Desarrollo Social y Municipalidad).
>>>Visitar los establecimientos e interiorizarse. La responsabilidad de un alojamiento es compartida: del adulto mayor si está en condiciones de tomar la decisión; del Estado como fiscalizador y habilitante; de la familia o responsable; de los titulares y del médico director de los establecimientos.
>>>Solicitar al médico de cabecera que indique el tipo de asistencia y de cuidados que requiere de acuerdo a la dependencia. La complejidad asistencial en las distintas modalidades prestaciones (hogares, hostales, geriátricos o psicogeriátricos) es diferente en cuanto a recursos humanos y profesionales, equipamiento y asistencia.
>>>Participar con el adulto mayor de su alojamiento, visitarlo en los horarios de alimentación y recreación, ver el ambiente social.
>>>Observar el comportamiento del adulto mayor frente a su visita, su rostro, su estado general, su condición de higiene.
>>>Notificar cualquier observación que no considere apropiada ante la institución, la obra social y los organismos habilitantes.
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