Foto: Archivo El Litoral
Enrique Cruz (h)
Luis Spahn seguirá gobernando Unión por tres años más y así se convertirá en uno de los dirigentes (o “el” dirigente) con mayor permanencia consecutiva al frente del club. Luis Spahn tiene una concepción empresarial, viene de ese contexto y tiene la frialdad de los números a la hora de sus análisis. Hace unos días, Darío Pignata escribió lo que seguramente todos piensan, respecto del horizonte futbolístico de Unión y del desafío que debería imponerse Spahn. El tiempo del acomodamiento económico y político ya pasó y lo consiguió. Unión es un club normal, probablemente deficitario como todos, pero controlado. A Spahn le gustaría tener una mayor eficacia en la confrontación debe-haber, pero es complicado en este fútbol argentino que hace agua por todos lados. No ve con buenos ojos todo lo que se genera en torno a la Súper Liga y el reparto del dinero. Pero lo veo como un tipo sincero con los números. ¿Es capaz de tirar una canita al aire?, posiblemente, pero a su medida, moderadamente. Y Madelón lo ayuda bastante en eso.
Si a Spahn —a Unión, en realidad— le aumentan el ingreso que se percibe por TV al doble, quizás lo haga rendir más que otros. Ahí es donde Unión puede hacer la diferencia. Pero está todo atado con alambres en esta AFA que está sumergida en fuertes rumores de intervención, aunque desde la Fifa se desaliente cualquier tipo de injerencia del Estado en el manejo del vapuleado fútbol argentino.
Spahn es un tipo práctico, sobre todo en el manejo de los números. Es así y nada ni nadie lo va a cambiar. Por eso se instaló en Buenos Aires esta semana, participó de la reunión del comité ejecutivo y su voz se hizo escuchar. Sabe que está metido en un mundo que no comparte. No le deben gustar las “trenzas” políticas ni las discusiones sobre temas que él considera banales. Va al hueso. “Se preocupan por el color que hay que darle a la copa pero yo quiero saber cuánto dinero hay, cómo se va a repartir y cuánto me va a tocar”, debe ser su pensamiento. Y lo que se propone desde la Súper Liga tiene un matiz discriminatorio para los clubes chicos o los del interior. Los grandes deben sostener que la TV vende porque están ellos; y los chicos o los del interior piensan que ellos tienen los mismos derechos deportivos y por lo tanto quieren permanecer en un plano de tolerante diferencia entre lo que gana uno y lo que ganan los otros. En definitiva, que la brecha sea lo más chica posible, algo que se consiguió en el controvertido y cuestionable “Fútbol para Todos”.
En ese contexto está lo deportivo. Spahn sabe que el desafío es solidificar al club en Primera para evitar los “sube y baja” comunes de los últimos tiempos. No creo que por la cabeza de Spahn pase la idea de seguir acumulando ascensos (fueron dos bajo su mandato). Mucho más en este momento en el que la brecha económica entre la A y la B se agranda, con razonables consecuencias deportivas.
“Vamos a traer entre siete u ocho refuerzos”, dijo públicamente el presidente. ¿Qué avizora Spahn?, que al menos se irán dos o tres jugadores. Las posibilidades de buenas ventas son muchas. Es el mejor momento de Martínez en su carrera. Y si queda en la lista final (ya está entre los 35) para ir a los Juegos Olímpicos, más todavía. Dicen que no hubo pedidos oficiales, pero a la expectativa de ingreso de dinero, Unión la tiene. Y algo parecido pasa con Malcorra, el volante con mayor gol del fútbol argentino. En este caso, Unión tiene el 50 por ciento de los derechos económicos, pero se sabe que es un buen momento para venderlo. Racing lo quiere, Independiente también, a él le gustaría jugar en Brasil (lo dijo en una entrevista en “Café con Fútbol”) y algún tanteo del fútbol mexicano también hubo. Pero la lista no termina allí. De Gamba, Unión tiene el 80 por ciento y es otro de los jugadores apetecibles del plantel.
Las situaciones por resolver no son pocas. El contrato de Riaño se termina ahora y la intención es darle continuidad. No arrancó bien, pero en estos últimos seis meses se nombró poco y nada a Triverio, y fue su responsabilidad. También se deben arreglar algunos contratos (el de Zurbriggen, por ejemplo). Y a partir de todo esto, pensar en los refuerzos.
Madelón se fue a Europa y volverá más allá de mediados de junio. Tiene gran respaldo y consenso. Los dos clásicos ganados y estos aceptables 22 puntos cosechados, le dan confianza y firmeza. Es el técnico de mayor permanencia en el fútbol argentino. Los que estaban por encima suyo, dejaron aquellos clubes en los que marcaron un tiempo. Pasó con Troglio en Gimnasia, con Barros Schelotto en Lanús y ahora con Zielinski en Belgrano. Después de Reynaldo Volken (el técnico del subcampeonato de 1979), es el entrenador con mayor permanencia en el club. En estas últimas semanas ha monitoreado a su plantel. Estudió detenidamente las intenciones, las posibilidades y también las apetencias dirigenciales. Sabe que si se van Martínez, Malcorra, Gamba, Riaño y por ahí también Brítez (sería un cálculo de máxima y muy al extremo), se le desbarata prácticamente la base de su equipo. “Necesitaba unos mimos”, comentó por lo bajo un alto directivo rojiblanco. Pasa cada vez que se avecina el final de un torneo. Y si no, basta con recordar aquellas declaraciones después del partido con Estudiantes, el año pasado, en cancha de Arsenal. “Mandé a mis colaboradores a Mar del Plata para arreglar todo lo de la pretemporada. Conmigo o sin mí, Unión ya tiene todo listo para enero”, dijo esa noche en la que puso mayoría de pibes y suplentes. Al final se quedó. Y ahora también se quedará. Pero quiere dar un salto de calidad. Por él y por Unión, club al que quiere muchísimo. Y se nota.
Spahn seguirá gobernando Unión. Es posible que haga historia por permanencia en el cargo de presidente. Va en ese camino. Pero además, tiene frente a sí un desafío deportivo muy grande en estos tres años que también lo puede conducir a que haga historia. Con tantos descensos en el horizonte, el primer gran objetivo debe ser el de solidificar a Unión como un club de Primera y que sea un club de la elite del fútbol argentino, algo que le ha costado mucho en estas últimas dos décadas. Pero ese tan mentado salto de calidad debe figurar necesariamente en la agenda de los dos principales responsables de este proceso. En la de él y en la del técnico.
Elecciones en AFA, el 30 de junio
El presidente de la AFA, Luis Segura, ratificó anoche que la fecha de las elecciones es “inamovible” y que por lo tanto se desarrollarán el 30 de junio próximo.
“(Las elecciones) son el 30 de junio, ni hace falta ratificarlo. La fecha es inamovible”, afirmó Segura, quien se encuentra en San Juan junto al Seleccionado argentino. El dirigente se aferra a la fecha establecida por asamblea para las elecciones tendientes a renovar autoridades en la AFA porque es uno de los principales argumentos para sostener que de ninguna manera hay razones como para que el gobierno intervenga la casa madre del fútbol argentino.
“Lo de la intervención es sólo un rumor, y lo tomo como tal. No hay motivos para hablar sobre supuestos”, se excusó el actual titular de la AFA.
En cuanto a la creación de la Superliga, Segura reiteró que, si trae solución para la problemática del fútbol, “bienvenida sea”. “No hay desacuerdo como para que no salga (la Superliga). Como se dice, falta hablar de la letra chica. Si la liga trae la solución, bienvenida sea. El modelo de hoy esta agotado”, puntualizó.
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