Geraldine Largay, de 66 años, se perdió en los Apalaches en 2013. En 2015, hallaron su tienda de campaña con sus restos adentro.
Cuando Geraldine Largay, una excursionista de 66 años, se perdió en el área de los Apalaches en julio de 2013, las autoridades enviaron helicópteros, caballos y hasta 130 voluntarios a peinar decenas de kilómetros.
La búsqueda fue intensa pero infructuosa, y los esfuerzos de rescate se redujeron a inicios del mes siguiente en la boscosa zona de Maine.
Los restos de Largay fueron hallados dos años más tarde, en un terreno tan inhóspito que se utiliza para ejercicios de entrenamiento militar.
En octubre de 2015, un contratista que examinaba el área forestal propiedad de la Marina de los EEUU halló su tienda de campaña con sus restos adentro.
El médico forense determinó que murió de hambre.
Entre sus propiedades se hallaron pasta de dientes, polvos de talco, un botiquín de primeros auxilios, soga, un lápiz y un bolígrafo y un mapa de papel de los senderos. Su teléfono celular estaba sin batería, pero los investigadores fueron capaces de recuperar la información.
Largay mantuvo un diario durante muchos días, y se calcula que sobrevivió 26.
En su bitácora, la mujer le pidió a quien la hallara que avisara a su esposo e hija.
"Será un gesto de gran bondad para ellos saber que estoy muerta y donde me encontraron - independientemente de cuántos años pasen a partir de ahora", escribió la mujer.
Un expediente de 1.500 páginas publicado esta semana por el servicio de guardaparques de Maine recoge esos extractos de su diario y de las comunicaciones por teléfono celular.
Largay se perdió después de salir del sendero el 22 de julio de 2013 para hacer sus necesidades y estableció su campamento final al día siguiente en un área elevada con el fin de ser hallada, dijeron los guardaparques.
Escribió mensajes de texto a su marido advirtiendo que se había perdido pero nunca llegaron a su destinatario por la escasa recepción de las señales telefónicas en el área. Se tiene conocimiento de ellos ahora tras recuperar su teléfono con sus restos.
En su diario, Largay poco a poco comienza a aceptar la idea de que no sería hallada con vida.
La mujer había empezado el recorrido con una amiga, Jane Lee, pero esta tuvo una emergencia familiar y lo interrumpió. Largay decidió continuar sola.
No podía llevar las mochilas pesadas necesarias para un viaje de larga duración, por lo que su marido siguió a las dos mujeres en auto para alcanzarles los suministros o llevarlas a un motel para descansar o tomar una ducha.
El 23 de julio tenía previsto encontrarse con su esposo pero nunca acudió. El hombre denunció su desaparición a la mañana siguiente.
Ahora se sabe que los rescatistas llegaron a estar muy cerca de ella, a hasta unas 100 yardas -91 metros-, pero esa distancia en los bosques de Maine equivale a millas.
El hallazgo de los restos, el teléfono y el diario cierra la historia de la misteriosa desaparición de la mujer, que colocó una sombra de duda sobre su esposo y otros miembros de la familia.
"Estos resultados son concluyentes con que ningún juego sucio estaba involucrado", dijo su familia en un comunicado "y que Gerry simplemente hizo un giro equivocado".
Fuente: yahoo.com
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