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domingo, 22 de mayo de 2016

De 2007 a 2015 En 8 años aumentaron un 10 % las cesáreas en los hospitales

En las maternidades del Iturraspe y del Cullen la tasa de intervenciones supera el 40% de los nacimientos, cuatro veces más de lo recomendado por la OMS. En el sector privado, se estima que alcanzan el 80% de los casos. Las razones por las que cada vez se practican más cesáreas.

Los miedos (al dolor, a lo desconocido, a no poder manejar la situación), las malas experiencias (propias o de terceros) y la imprevisibilidad (cuándo, dónde y cómo será el parto) llevan a algunas mujeres a elegir una cesárea.Foto: Archivo El Litoral

Agustina Mai
amai@ellitoral.com

De los 3.574 bebés que nacieron en 2015 en la Maternidad del hospital Iturraspe, 1.958 (54,8 %) lo hicieron por parto y 1.586 (44,4 %), por cesárea, un 8,3 % más que hace ocho años. “Ésta es una maternidad donde se atienden los embarazos de alto riesgo de toda la provincia y donde nacen bebés con una gestación inferior a las 34 semanas, entonces la tasa de cesárea es mayor que en otros ámbitos”, comenzó explicando Andrea Ducasse, jefa de obstétricas del Iturraspe, presidenta del Colegio de Obstetras de Santa Fe y directora de la licenciatura en Obstetricia de la UNL.

En la maternidad del Cullen, también creció la tasa de cesáreas: pasó del 30 % en 2007 al 41 % de los 2.972 nacimientos que se produjeron en 2015.

Estos datos fueron solicitados por El Litoral tras la advertencia que lanzó la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la “epidemia de cesáreas”, ya que en el continente cerca del 40% de los partos son por cesárea. Las estadísticas de las dos maternidades públicas de la ciudad lo confirman.

En Argentina, la tasa de esta intervención promedia el 30,8 % de los partos registrados en el país entre 2010 y 2014, según el Segundo Informe Nacional de Relevamiento Epidemiológico. Esto triplica el ideal de entre 10 y 15 % recomendado por expertos de todo el mundo. Si bien en el ámbito privado no hay estadísticas fidedignas, la obra social Ioma analizó 54.000 partos en 13 provincias incluyendo el sistema privado- y arrojó una tasa de cesáreas del 75 %. En consonancia con este resultado, médicos y obstetras santafesinos estiman que este porcentaje podría alcanzar el 80% de los nacimientos en clínicas y sanatorios.

— ¿A qué se debe este aumento de las cesáreas?

— La sociedad no sabe esperar los tiempos de la naturaleza y las mujeres desconocen su cuerpo. Perdimos el concepto de esperar los tiempos del otro, que en este caso son los tiempos del bebé y de la madre, y no los del médico -respondió Ducasse.

Los miedos (al dolor, a lo desconocido, a no poder manejar la situación), las malas experiencias (propias o de terceros) y la imprevisibilidad (cuándo, dónde y cómo será el parto) llevan a algunas mujeres a elegir una cesárea. “Hay pacientes que piden la cesárea, que necesitan fijar una fecha de acuerdo al ritmo de vida que llevan y no en base a los tiempos del bebé. Esto se ve más en el ámbito privado, pero acá en el hospital también tenemos mamás que la piden. Ahí les explicamos las ventajas del parto natural. Una mujer, con la información adecuada, una correcta preparación para el parto y la contención necesaria, elige el parto”, comentó Ducasse.

Esta opinión es compartida por Claudia Barreyro, coordinadora de la Red Latinoamericana y del Caribe por la Humanización del Parto y del Nacimiento (Relacahupan): “La falta de información fidedigna y completa, y la naturalización de las intervenciones quirúrgicas -al punto de que si no nos gusta una parte de nuestro cuerpo, la seccionamos- posibilitan un abuso de la técnica. Una mujer que solicita que se le seccione el útero para no pasar por la experiencia del parto, está desinformada de las consecuencias”.

—¿Cuáles son las consecuencias? -preguntó El Litoral.

—La cesárea salva vidas y eso no hay que negarlo; además los avances tecnológicos la hacen cada vez más segura. Pero siempre hay que tomarla como lo que es: una maniobra de rescate del bebé, la mamá o ambos. El problema es que como sociedad hemos tecnificado todo -hasta el nacimiento- y se ha impuesto la cesárea como una forma de no sentir miedo. Entre las consecuencias, podemos mencionar que un 20 % de los niños que nacen por cesárea tienen dificultades respiratorias. Además, en vez de ser un proceso en el que el bebé se da cuenta paulatinamente de que está naciendo, es extraído abruptamente por una mano ajena. Por otra parte, durante el trabajo de parto, las contracciones liberan oxitocina que proporcionan un baño hormonal para la madre y el bebé, que fomenta el apego. Finalmente, los puerperios no son iguales: una mujer seccionada no tiene la misma disponibilidad para un recién nacido.

¿Parto o cesárea?

El doctor Ricardo Bruno, jefe de clínica de la Maternidad del Cullen, es contundente cuando se le pregunta si el parto es mejor que la cesárea: “Siempre es mejor un parto”.

—¿Por qué entonces la tasa de cesáreas viene creciendo los últimos años?

—Hay muchas razones: en primer lugar, hoy ya no se va a un parto vaginal si el bebé está en posición podálica (de cola). Además, si la mujer opta por una lisis tubaria (ligadura de trompas), se le hace una cesárea y, en la misma intervención, se le ligan las trompas. Otro factor muy importante: antes no se consideraba el pedido de la paciente. Hoy, tenemos mujeres que llegan pidiendo una cesárea. Se les explican los riesgos porque no deja de ser una intervención quirúrgica, pero si persisten con su decisión, se les practica una cesárea electiva. En este sentido, influye mucho el entorno familiar porque las madres o abuelas pudieron tener una mala experiencia de parto y quieren evitar que sufran. También está la cantidad de estudios fetales que permiten sacar chicos pre-término. Y finalmente está la cuestión legal: ante un juicio por mala praxis, el juez siempre pregunta: ¿esto se hubiese evitado si se hubiese realizado una cesárea? Nunca se va a cuestionar una cesárea de más, pero sí una de menos -respondió.

La operación cesárea podría ser necesaria cuando el parto vaginal entrañe un riesgo para la madre o el bebé, por ejemplo debido a trabajo de parto prolongado, sufrimiento fetal o porque el bebé está en una posición anormal. Los últimos estudios realizados por la OMS revelan que cuando la tasa de cesárea se acerca al 10 %, disminuye el número de defunciones maternas y de los recién nacidos. Pero cuando la frecuencia va por encima de ese porcentaje, no hay indicios de que mejoran las tasas de mortalidad.

—¿En qué casos está médicamente aconsejada la cesárea?

—Hay indicaciones que no se pueden obviar, por ejemplo si el bebé se presenta en posición podálica (de cola) o si en un embarazo gemelar, uno de los bebés está de cola. También si la madre tiene algún trastorno de la pelvis o si tuvo dos o más cesáreas previas. En estos casos, la indicación de cesárea es absoluta, no se cuestiona. Ahora bien, hay otras condiciones que son relativas y que dependerá de cada caso. Por ejemplo, si la madre tuvo una cesárea previa, habrá que analizar cuál fue el motivo. Si el feto tiene macrosomía (gran tamaño) habrá que evaluar el riesgo de que se luxe el hombro si nace por parto vaginal. También hay que tener en cuenta las restricciones de crecimiento del feto y la progresión del trabajo de parto -detalló Bruno.

Un dato alentador es que cuando el parto se inicia en forma espontánea, la mayoría concluye en un parto vaginal: en el Iturraspe sucede esto en el 82,7 % de los casos y en el Cullen, en el 77,2 %. “Son las mamás que llegan al hospital con el trabajo de parto desencadenado, con buenas contracciones y dilatación. La mayoría termina con un parto vaginal, aunque hay casos en los que pese a tener todas las condiciones para un parto de estas características, la mujer o la familia insiste con la cesárea. Siempre se respeta la decisión de la paciente”, explicó Bruno.

En el Iturraspe, sólo el 7,3 % de los embarazos de bajo riesgo -en los que ni la mamá ni el bebé presentan una patología- terminan en cesárea y esto ocurre cuando el trabajo de parto no evoluciona como se espera.

Nueva carrera

Durante 2015, las obstétricas atendieron el 61,7 % de los partos del Iturraspe, mientras que los médicos intervinieron en el 36,7 % de los casos. Esta tendencia de una mayor participación de las parteras también se da en el ámbito privado: “En 1999, había un solo sanatorio en la ciudad que trabajaba con obstétricas. Hoy, estamos en el otro extremo: hay uno solo que no permite el acceso de las obstétricas”, comparó Ducasse.

Tal es la demanda de obstetras, que la Universidad Nacional del Litoral (UNL) abrió este año la licenciatura en obstetricia, con sede en Santa Fe, Sunchales y Rafaela y unos 200 estudiantes. “Esta carrera nació por la necesidad que implica la falta de obstetras, sobre todo en el interior de la provincia”, explicó la directora académica.

Menos cesáreas

Funcionarios del Ministerio de Salud de la Nación y expertos de distintas organizaciones llamaron a disminuir la creciente tasa de cesáreas innecesarias en Argentina y la región, durante la Jornada por la Semana Mundial del Parto Respetado, que se celebró esta semana. “Las imposiciones, las modas, la desinformación motivaron que ciertas prácticas como el parto fueran medicalizándose.

Muchas veces se trata de prácticas injustificadas, no exentas de riesgos y complicaciones”, afirmó la representante de la OPS/OMS en Argentina, Maureen Birmingham.

En Argentina, existe la ley de parto respetado, que garantiza una serie de derechos para las mujeres como la elección de quien la acompañará durante el parto y prioriza el parto natural por sobre la cesárea.

Anticoncepción

A partir de la semana 32 de embarazo, en las consultorios del Iturraspe se habla sobre qué método anticonceptivo elegirá la mujer después del parto. La mayoría de las mujeres escogió el hormonal (69,9%), mientras que en segundo lugar aparece la ligadura de trompas (20,4%), una opción que viene creciendo.

“Si la mujer opta por este método anticonceptivo, durante el embarazo ya se le hacen los análisis pre-quirúrgicos. Luego del parto, si todo está bien, a las 24 horas ya se la puede operar. En el ámbito privado, es más común que las mujeres que eligen este método opten por una cesárea para hacer todo en la misma cirugía: el nacimiento del bebé y la ligadura de trompas”, comparó Ducasse. Esto ocurre también en el Cullen.

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