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El Litoral
DyN
Las cinco centrales obreras coincidieron este sábado en formar la unidad en una sola CGT y una CTA, con el aval de la Iglesia católica, y criticaron el veto presidencial a la llamada "Ley Antidespidos", aunque se reservaron de proclamar un paro general.
Sin la presencia del gastronómico Luis Barrionuevo, quien fue representado por el titular de Viajantes, Luis Cejas, por la CGT Azul y Blanca, los titulares de la CGT Azopardo Hugo Moyano, de la CGT Alsina Antonio Calo, de la CTA Hugo Yasky, y de la CTA Autónoma Pablo Micheli, se mostraron unidos para avanzar en un acuerdo para formalizar la unión de las centrales y coincidieron en el mensaje del Papa Francisco en que "es esencial profundizar la cultura del encuentro".
En los cuatro minutos que tenía cada expositor en el panel "Unidad Sindical" que se desarrolló en el Hotel 13 de Julio de Mar del Plata, donde se realiza la Semana Social de la Comisión Episcopal de la Pastoral Social, Moyano dijo que "este es un día muy esperado por el esfuerzo de todo el movimiento obrero en su conjunto y porque la Iglesia fue un factor fundamental en esta unidad del conjunto del movimiento obrero".
En tono irónico, Moyano dijo que "el mayor esfuerzo es del gobierno nacional por las medidas que llevan adelante que nos unen cada vez más".
"Esta unidad no debe ser transitoria para tomar ciertas medidas, sino que los trabajadores tiene que dar la opinión para buscar lo mejor para el país. Nadie quiere que le vaya mal al Gobierno", completó Moyano.
Por su parte, Yasky aseguró sentirse bien de "estar junto con el resto de los secretarios generales", y agregó: "Para demostrar que estamos en coincidencia con nuestros reclamos en defensa del trabajador".
"Este es un mundo donde la concentración de la riqueza es despiadada y se observa la codicia de los grandes bloques empresariales. Nuestro papel es frenar este proceso de la concentración de la riqueza, y tal como lo dice el Papa cuando condena a las políticas neoliberales que perjudican a los que menos tienen. Esto es porque el Papa habla por los más humildes y por los trabajadores", mencionó Yasky.
Y Caló agregó: "Estamos demostrando que vamos a hacer la unidad de la CGT y del movimiento obrero el próximo 22 de agosto, sin renunciar a la lucha".
"El Presidente veta la ley, pero no va a poder continuar con los despidos, porque con ley o sin ley no queremos más despidos. A los despedidos los vamos a defender estando en la calle porque nuestras conquistas siempre fueron en la calle", remarcó.
Caló reconoció que no hay un pensamiento uniforme: "Sabemos que los dirigentes podemos tener diferencias, pero los trabajadores no las tienen, y por eso tenemos que bregar por su bienestar como se lo merecen. Esto el Gobierno no lo entiende, pero de todas formas no quiero que al Presidente le vaya mal, porque queremos que le vaya bien a la argentina".
A su turno, Micheli consideró que la situación "es muy dura y preocupante". "Es importante que podamos estar aquí para asumir el compromiso de estar todos juntos para tomar decisiones correctas y ponernos la patria al hombro en el pensamiento de buscar la solución en favor del pueblo, porque nuestra lucha es la búsqueda del trabajo. El despido de nuestros compañeros es una constante y el trabajador hoy no duerme tranquilo", dijo.
Respecto al veto del presidente Macri a la llamada "Ley Antidespidos", dijo que "puede ser legal y constitucional, pero no puede decirse que es legítimo".
"El Papa nos decía que lo mejor es llevar a la práctica la unidad en favor de los trabajadores y llevamos la unidad de la CTA y la CGT para madurar y buscar resolver los problemas de los argentinos, ese es nuestro compromiso", completó.
Finalmente, Cejas -titular del Sindicato de Viajantes de CGT Azul y Blanca-, dijo: "Las cinco centrales privilegiamos la preocupación de la gente en que no tenga miedo de perder su trabajo. Por eso queremos el diálogo junto a los empresarios para bregar por el trabajo y la seguridad laboral".
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